Darkwood (reescribiendo)

Capitulo 2

Capítulo 2. La mamá.

JADE

—¿Te encuentras bien?

Parpadeo un par de veces poniendo mis pies de nuevo sobre la tierra, me estremezco un poco cuando una ráfaga de viento helado nos envuelve. Aclaro mi garganta riendo un poco nerviosa a la vez que me adentro al edificio con Finn a mi lado.

—Estoy bien. ¿Quién era ese? —le pregunto intentando sonar desinteresada.

Finn bufa metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón.

—Ese era Aren Vikram, se cree el dueño del mundo solo porque su familia fundó el pueblo y su padre es el rector de la universidad, sin obviar que su abuelo es el alcalde y su tío el sheriff.

—Vaya, realmente suenan como los dueños del pueblo. Y por lo que vi, parece que él no te cae muy bien, ¿o si? —le sonrío divertida y él suelta un bufido pero sonríe.

—Mi familia y la suya prácticamente están obligadas a llevarse bien pero para serte sincero nunca he podido tolerar a ese presumido. Si me permites darte un consejo... procura guardar tus distancias con él, y con su tóxica familia.

—¿Tan malos son? —inquiero sorprendida.

—Esa gente son lo peor de lo peor. Solo espero que tú no seas como todas las que caen ante los pies de Vikram... porque no sentiste nada en ese encuentro, ¿o si? Me parece haberte visto quedar medio embobada —comenta haciendo una mueca.

Me ahogo un poco con mi propia saliva y niego frenéticamente con la cabeza.

—N-no —balbuceo con las mejillas calientes—. Tal vez solo quedé un poco... impactada, si... eso fue, no me lo esperaba.

Él asiente.

—Claro, después de todo literalmente se impactaron. Solo ten cuidado, créeme cuando te digo que no querrás involucrarte con él y con su gente. Eres nueva aquí, pero eso no quiere decir que debas confiarte de todos.

—¿Ni de ti? —alzo una ceja y él suelta una risita.

—De mi si, boba. Puedes venir a mi si tienes alguna duda o simplemente quieres algo de compañía, soy un poco molesto a veces pero soy soportable, lo prometo.

—Lo tendré en cuenta. Muchas gracias, Finn.

Despues de mis últimas palabras nos sumimos en un silencio extraño el resto del camino a la oficina. Finn no sigue hablando ni bromeando, su semblante se torna un tanto pensativo y distante al igual que el mío; no dejo de pensar en mi pequeño accidente con Aren Vikram y en todo lo que mi nuevo amigo me ha contado sobre él.

Cuando llegamos a la oficina de administración Finn solo se despide apresuradamente y se marcha, quizá el haber tenido que enfrentar brevemente a su aparente archienemigo le arruinó la mañana, es decir, se notó en ese encuentro que se odian mutuamente y a pesar de que la curiosidad pugna en mi pecho, decido hacerla a un lado porque no es mi asunto.

La secretaria me da mi horario luego de unos minutos y para mi suerte, mi primera clase es lingüística, no me es muy difícil encontrar el salón puesto que mi horario tiene un mapa del edificio en la parte trasera. Afortunadamente cuando llego el profesor aún no se encuentra allí. Busco un asiento libre hasta el fondo del salón ya que no estoy acostumbrada a estar cerca de los profesores, después de todo solía verlos a través de la pantalla de mi computador. Tomo asiento un poco más adelante de la mitad del gran salón sacando mi cuaderno y mi libro para tomar anotaciones. No pasa mucho tiempo para que el salón se llene, de pronto entra una mujer rubia bastante elegante y para sorpresa mía detrás de ella viene el chico rubio con el que me choqué en la entrada: Aren, y una chica igual de rubia que él muy parecida a la mujer mayor, la chica casi que corre para tomar el único asiento libre en la primera fila para llegar antes que el rubio, quien la mira incrédulo y bufa frustrado, cubro mi boca con el dorso de mi mano para que nadie note mi risa.

Eso fue gracioso.

—Muy bien, bienvenidos a todos, comenzamos la clase. Aren Vikram toma asiento por favor —ordena la mujer mirando al chico quien aún busca un lugar vacío desde abajo.

—¡Aquí hay lugar, Aren! —grita un chico al lado mío casi explotándome el tímpano.

Miro el asiento vacío a mi lado y suspiro; o el destino realmente está escrito o simplemente es pura casualidad. Aren sube a paso rápido hasta donde estamos y sin más se sienta al lado mío, finjo ponerle atención a la profesora, pero en realidad por dentro lucho por no voltear a verlo, mi cuerpo se tensa al sentir su presencia tan cerca, puedo oler su perfume varonil desde donde estoy y mi piel cosquillea.

—Gracias, Jay —escucho su voz a mi lado y su puño pasa enfrente de mi y se choca con el del chico a mi otro lado.

Mi piel se eriza, mis dedos se aferran más a los libros en mi regazo.

—No hay de qué, jefe.

Junto mis cejas confundida, ¿jefe? ¿qué es esa manera de llamar a un amigo? ¿será algo común aquí?

—Bien, mi nombre es Glenda Vikram y soy su profesora de lingüística —anuncia la mujer rubia, me sorprendo cuando ella dice su apellido, es el mismo del chico a mi lado.

No puedo evitar mirarla y escanearla.

Definitivamente el tal Aren se parece mucho a ella, debe ser su madre o quizá su tía. Ella continúa hablando pero no presto mucha atención por estarla escaneando, buscando cualquier pequeño parentesco con el rubio, de repente siento como alguien a mi izquierda se acerca a mi y su aliento me da de lleno en mi oreja y cuello, me estremezco levemente.

—Yo que tú, presto más atención, a mi madre no le gusta que la ignoren cuando imparte su clase.

Volteo a verlo y me encuentro con su rostro a escasos centímetros del mío, trago saliva y miro sus ojos grises.

—Lo tomaré en cuenta, gracias por tu consejo — susurro y vuelvo la mirada hacia enfrente, nerviosa.

—Siento lo de nuestro choque accidental hace rato. Soy Aren, por cierto —murmura sin separarse, no puedo evitar voltear a verlo con una pequeña sonrisa.




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