Capitulo 60. Sellando nuestro amor.
JADE.
Mi respiración comienza a tranquilizarse poco a poco mientras siento como Aren pasa su lengua lentamente sobre la herida que ha hecho con sus dientes en mi cuello, cierro mis ojos disfrutando de lo que me hace, el dolor ha desaparecido y ha sido reemplazado por una sensación agradable y deliciosa, suspiro paseando mis manos por su espalda, el rubio comienza a dejar suaves besos sobre mi cuello.
— ¿Estás bien, cariño?—susurra en mi oído con ternura.
— Lo estoy.—murmuro sin querer soltarlo, sonrio con alegría y lo abrazo con fuerza—. Soy tu compañera.
Él acaricia mi cintura a la vez que nuevamente acaricia su marca en mi cuello con su lengua.
— Eres mi luna, Jade.—afirma y finalmente sale de su escondite para mirarme fijamente—. Finalmente puedo sentir tu esencia, es exquisita amor, vas a volverme loco.
Llevo mis manos a sus mejillas y deposito un beso caliente sobre sus labios.
— ¿Por qué yo no puedo sentir la tuya?.
— Porque no te has convertido aún, preciosa.—contesta dejando pequeños besos en mis labios—. Cuando tu gen se haya activado por completo vas a poder sentirme, así como estoy sintiéndote ahora mismo. Nos pertenecemos Jade Miller.
Mis ojos lo miran con adoración mientras mis manos acarician su cabello húmedo por el sudor.
— ¿Entonces eres mío ahora?.—susurro mordiendo mi labio inferior, él sonrie de lado y se acerca a mi boca para ser él quien muerda mi labio.
— Siempre fui tuyo.—declara y se mueve suavemente haciéndome gemir pues aún se encuentra dentro de mi—. Te esperé toda mi vida cariño, y puedo asegurarte de que la espera ha valido la pena.
Mi sonrisa se hace mas grande, pero entonces mi mirada se va hacia el techo a sus espaldas y mi ceño se frunce.
— No sabía que te gustaban las plantas en el techo, amor.
Él me mira confundido hasta que levanta la mirada al techo y observa los gruesos tallos verdes pegados en él, enormes flores de diferentes tipos y colores se encuentran en ellos.
— Eso no estaba allí...
Entonces nuestras miradas recorren toda la habitación y nos llevamos la sorpresa de nuestras vidas cuando nos damos cuenta de que no solo el techo se encuentra forrado de vegetación, sino también las paredes y el suelo. Nos encontramos rodeados de flores grandes y pequeñas, azules en su mayoría, entonces recuerdo la extraña energía que sentí salir de mi hace unos pocos minutos y el color rojo invade mis mejillas.
— Creo que ha sido mi culpa.—susurro trayendo su atención de nuevo a mi.
El rubio suelta una ronca risa y se dispone a salir de mi, pero yo no pienso dejarlo ir aún y tomándolo por sorpresa mis manos lo empujan hasta dejarlo de espaldas sobre el colchón de su cama quedando así yo encima suyo, un suspiro sale de mi cuando lo que había salido de mi vuelve a entrar pero ésta vez un poco más profundo.
Mis manos descansan sobre sus pectorales mientras que las suyas vuelven a aferrarse a mi cintura, sus ojos grises me miran con atención dejándome hacer con él lo que quiera. Así que me inclino sobre su cuerpo y comienzo a devorar su boca con una pasión desenfrenada, y todo vuelve a comenzar pero ésta vez mucho más fuerte y salvaje, mi cintura comienza a moverse arriba y abajo con fuerza y rapidez disparando nuevamente las cosquillas hacia mi vientre.
Los gemidos altos vuelven y yo vuelvo a tocar el cielo con la punta de mis dedos. Ésta vez soy yo la que tiene el control, ésta vez soy yo la que lo devora a su antojo.
Acaricio, beso y araño su piel robándole el aliento y sacándole más de un gruñido de placer.
Mis movimientos se vuelven más rapidos y más salvajes conforme pasa el tiempo, en un dado momento me reincorporo sobre él y curvo mi espalda hacia atrás al sentir la caliente sensación del orgasmo aproximándose de nuevo a mi, Aren se sostiene de mi trasero apretandome contra si mismo y comienza a alzar su pelvis al mismo tiempo que yo bajo sobre él causando que mi cuerpo se estremezca y se acerque mucho más al tan deseado clímax.
Nuestras respiraciones son un asco otra vez pero no nos importa, nuestro cuerpos vuelven a humedecerse por el sudor pero tampoco nos importa, mis manos vuelven a posarse sobre su pecho y mis ojos se abren justo a tiempo para ver a mi lobito llegar a la cima del placer antes que yo. Él echa la cabeza hacia atrás, su boca se aprieta en una linea y su mandíbula se tensa mientras su cuerpo se estremece y un ronco gemido sale desde lo más profundo de su garganta. Es en ese momento que me dejo ir también y todo en mi explota por segunda vez. Ésta vez no puedo reprimir un grito mientras me pierdo en la abrumadora sensación de un segundo clímax que parece ser diez veces más arrasador que el primero.
Pierdo la noción del tiempo mientras exploto en mil pedazos, pero cuando todo acaba me dejo caer sobre Aren, quien me recibe sin dejar de estremecerse y me abraza con fuerza dejando una de sus grandes manos sobre mi trasero.
— Mierda, estás acabando conmigo, princesa.—susurra sin aliento.
Suelto una risita y me apego más a él, la sensación de estar abrazada a él sin ninguna prenda que nos estorbe es simplemente hermosa, mis pechos se encuentran presionados contra el suyo y puedo sentir perfectamente el latir de su acelerado corazón, sonrío más al saber que soy yo la causa de sus latidos desenfrenados.
Respiro profundo intentando recuperarme de tanta pasión. Realmente me asombra lo apasionados que hemos sido ambos, pero lo entiendo, después de todo nos hemos estado reprimiendo desde que nos conocimos; es normal que hayamos explotado de ésta manera.
Eso explica el por qué todo ha sido tan mágico, pasional y salvaje.
Y lo mejor de todo es que finalmente hemos podido descubrir que todo éste tiempo, yo fui su Luna, su compañera eterna. Ahora entiendo por qué no he querido apartarme de su lado en todo el día. Unos minutos más tarde nos encontramos en la misma posición, observando a través de las rendijas de las cortinas como la luz del sol comienza a bajar su intensidad, Aren sale de mi cuerpo finalmente dejándome una sensación de vacío, así que me aferro a él con más fuerza.