¡Tú si que eres raro!
Tan solo cerré mis ojos un par se segundos antes de que cuando los volviera a abrir me diera cuenta de que mi abuelo, ya no estaba dentro de la habitación, mis tíos junto a mis padres conversan sobre algo a lo que no le di tanta importancia como ir a sacarle información al pez más gordo de todo el lugar, ¡mi abuelo! Él siempre posee más información que cualquier otra persona dentro de este gran edificio. Sigo sin entender por qué la información no les termina de llegar por igual a todos. Pero, en fin, la hipotenusa.
Salude a mi madre, al tío Sony y al tío Spencer antes de salir casi corriendo de la sala para ir directamente hasta la oficina de mi abuelo. Antes de entrar llame a la puerta y puede escuchar y tenue pase proveniente del interior de la oficina y sin más preámbulos y educación gire la manija y entre cerrando la puerta detrás de mí. Por un segundo me sentí libre, pero por el otro sentía que las preguntas y las dudas me comenzarían a carcomer desde dentro antes de que pudieras salir.
—Pensé que estabas dormida —comento antes de levantar la vista del documento que yace entre sus manos.
—Pensaste mal —le respondí, aunque tuve que mentirle.
Soltó una pequeña risita antes de cerrar el documento y hacerme una seña de que me siente en la silla frente a su escritorio de madera, bastante rustico de su parte teniendo en cuenta que los de mis padres y tíos son de fierro y con diseños bastante modernos como el de mi padre que es marmoleado y de color blanco —bastante sucio, por cierto—, no es por nada, pero me gusta más el de mi madre color negro y ni siquiera se nota si lo he ensuciado.
Me deje caer sobre la silla, mire hacia otro lado para no ser tan pero tan pesada con las preguntas que le acostumbro a soltar así porqué sí. Mi abuelo dejo escapar un suspiro tan algo que yo quiero pensar que solo lo hace para que yo prepare bien mis argumentos para poder fundamentarle bien todas mis preguntas que casualmente son las mismas y sin un trasfondo argumentativo acerca del caso, pero de igual manera debo enriquecer mi lado detective y así conocer más a lo que mis padres se enfrentan.
—¿Ya has terminado? —pregunta.
—¿De qué? —le regrese la pregunta.
—De pensar con cuantas y cuáles serán tus preguntas con las cuales me comenzaras a bombardear para sacarme información, como si no te conociera Pepper. —Me respondió algo divertido.
—Ah, sobre eso —me rasque la parte trasera de mi nuca nerviosa—, sí ya las tengo, pero no creo que les vayas a entender.
Alardear sobre preguntas es como un hobby para mí.
—Entonces soy todo oídos, pequeña.
Seré sincera, ese hombre, sentado frente a mí si no fuera mi abuelo y él no tuviera ya sus años encima estoy muy segura de que terminaría perdidamente enamorada de él. Es guapo, atlético, tuvo un rango fenomenal cuando fue militar, conozco todas sus misiones al derecho y al revés y aun así no puedo dejar de creer que tengo el honor de que sea mi abuelo y no mi padre. Aunque de igual forma es como si lo fuera, pero con un par de años más encima y entre más viejo más guapos se hacen los hombres que me rodean.
—¿Lula? —me llama de nuevo esta vez con el apodo con el que solía llamarme mi abuela.
—Ya, yo solo... —parpadee muchas veces.
—Te fuiste —termino por mí.
—Exacto, me fui por un momento, pero he regresado —intente sonar segura de mí misma pero la verdad es que ni siquiera yo sabía si estaba segura de haber regresado del todo.
Suelo a irme por momentos de la realidad, por distraerme o porque constantemente olvido en que mundo vivo que y suelo olvidar de lo que hablo o de lo que quiero llegar a tocar. Cómo de costumbre he vuelto hacerle las mismas preguntas de siempre, ¿qué información tienen? ¿cuáles son todas las pistas que tienen? Y demás cosas que seguramente muchas personas ya saben si vives con policías como yo. Mi abuelo me tuvo bastante paciencia cuando le argumentaba sus respuestas y creo que realmente comprendí la razón por la que están terminando por dar vueltas en el mismo asunto y no terminan de encontrarle una respuesta concreta que los lleve directo al secuestrador porque sí, él tipo es bastante listo y yo debo de admitirlo, limpio e incluso puedo decir que ingenioso para hacerlo pero también es bastante creativo y creo que a eso le debemos sumar bastante puntos ya que la creatividad siempre los lleva a poder relacionarlos con otros criminales que ya han pasado por los registros pero estoy muy segura de que ninguno de todos tiene la mínima idea a lo que se están enfrentando y, la verdad es que tengo un poco de miedo; es como si tuviera una corazonada de lo que está pasando pero en realidad solo es una tontería y media de mi parte.
Con el paso del tiempo comprendes que no todas las corazonadas son del todo ciertas.
—¿En qué piensas? —me pregunto después de quedarme callada un par de minutos.
—Y si fuera un patrón —inquirí.
—¿Un patrón? —pregunto algo incrédulo—. No hemos descartado esa posibilidad, Pepper, pero el problema es que no se repiten los patrones en ninguno de los seis casos que van hasta ahora. No son los mismos métodos y debo admitir que ese sujeto se está tomando mucha dedicación en hacer las cosas perfectas.
¿Seis? ¿Cuántas personas se necesitan? ¿Doce? ¿Tal vez?
Querer ayudar a mi familia siempre termina despertando un lado mío que nadie termina de comprender; ni siquiera yo misma soy capaz de comprenderlo. Es definitivo que yo no quiero seguir los pasos de mis padres, aunque claramente tengo el conocimiento de todo a lo que me enfrento si aceptaría entrar a la academia de policías dejando a un lado que primero debería de entrar a la escuela militar si es que quiero hacerlo porque aún estoy a tiempo de hacerlo y pensándolo bien no sería una mala idea hacerlo, tengo el rendimiento físico al igual que la estatura, pero mi distracción no es un buen factor para ser de uso vital dentro de una misión. En fin, tal vez le doy bastante vueltas a una sola cosa sin importancia.
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Editado: 04.04.2023