- ¡Me tienes cansada! Sigues dudando de mi, además prefieres dejarte guiar por las palabras de una desconocida ¿Que ocurre contigo Ryan?
Los gritos se escuchaban en toda la finca ya que nuestra pelea se había traslado fuera de la cabaña. Al principio había sido en la habitación luego en la sala para terminar en el patio por que Ryan lo único que quería era "Espacio" y no enfrentarme como un hombre.
- Sabes que? Quieres espacio, quieres alejarte de mi un tiempo... - digo mientras me meto nuevamente a la cabaña y voy a la habitación. Traigo conmigo todas las perchas con la ropa de Ryan que tan meticulosamente se lo había ordenado yo y se las tiré afuera - ¡Aquí tienes toda tu maldita ropa y te puedes ir bien al carajo! ¡Lejos de mi! No quiero estar cerca de un hombre que no cree en mi y prefiere escuchar a otras personas ¡Vete, terminamos!
Me volví a meter a la cabaña para seguir sacando toda la ropa de Ryan mientras se lo seguía tirando al suelo. Estoy echa una furia que nadie podía calmarme, mis amigas querían intervenir que salieron corriendo porque empecé a gritarles, luego vinieron mi madre y el señor Alexander preocupados que tuviera otro episodio con la presión pero cuando oyeron nuestra discusión quedaron alejados. Toda la familia se había enterado de nuestra pelea.
- ¡Me voy! Me doy cuenta que estas por completo loca!
Estas fueron las últimas palabras de Ryan antes de marcharse, Xime dispuso un cuarto para él en la casa ya que en la cabaña no lo quería más. No toleraría su presencia ante mi sin necesidad alguna.
- Mamá, señor Alexander me encuentro perfectamente así que no hay nada de que preocuparse. Iré a dar una vuelta por el campo, necesito pensar.
- No Julia. Ya es tarde dentro de poco se meterá el sol.
- Mamá necesito estar sola, necesito pensar prometo volver y avisarte. Solo déjame ir.
Y así con un montón de cosas que pensar, agarre mis zapatillas de correr, una campera ligera ya que estaba comenzando a refrescar porque se hacía tarde además de que solo llevaba puesto un vestido y me llevé el celular. Colocándome los auriculares y poner música para olvidarme de todo salí a correr por el campo. Vi que habían unos espectadores merodeando por ahí curiosos por conocer los por menores de la discusión pero no les di importancia y me marché de allí.
Conseguí llegar al lugar con la mejor vista de todas, también uno de mis lugares favoritos que debo decir que llegué a extrañar mientras no estuve aquí. Era un lugar donde siempre que veníamos aquí escapaba cada que necesitaba pensar y hoy era uno de esos momentos, y aquí me encontraba frente a un hermoso campo de girasoles. Eran unas flores magníficas que te transmitían paz, harmonía y felicidad, puedo decir que es una de mis flores favoritas.
Estuve sentada en el pasto observando como los girasoles con el atardecer se iban mirando entre ellas hasta que caían por completo como si se quedaran dormidas hasta que un ruido me sobresaltó, cuando giré me encontré con la persona que quizás estaba esperando que me siguiera pero al final de cuentas no había creído que se animaría a tal cosa.
- Esteban - digo suspirando volviendo mi rostro hacia, el ahora oscuro, campo de girasoles.
Traía consigo una linterna y al parecer estaba un poco agitado. Se colocó a mi lado y sentándose algo inseguro de si, veía que estaba como en una encrucijada entre hablarme o no. Decidí calmar su mente ya que parecía estallar en cualquier momento.
- Que haces aquí?
- Fui a buscarte a la cabaña porque nadie sabía nada de ti y tu celular directamente iba al buzón - ah es verdad mi celular se había quedado sin batería por haber escuchado música y haber sacado un sin fin de fotos - Luego de no encontrarte hice memoria de cuales eran tus lugares y fui a la hamaca del otro lado del estanque pero no te encontré entonces recordé este lugar. Supuse que vendrías a pensar después de todo lo que ocurrió hoy.
Interiormente estaba feliz, tal parece que todo está resultando bastante bien. Claro que en vez de haber sido abogada podría haberme dedicado a la actuación tranquilamente. Era muy creíble todo mi drama.
Me quedé observándolo pensando en cuál sería mi siguiente movimiento, lo conocía muy bien y para mi desgracia él también me conocía por eso debía de estar con mucho cuidado a su alrededor porque no era ningún tonto un patán eso si pero con cerebro.
- Porque viniste a buscarme Esteban, deberías estar con tu flamante esposa. Ahora quizás te estará buscando.
Veo como arruga la nariz ante la mención de su esposa y allí se encendieron mis alarmas, sentía curiosidad. Así que no le agradaba que le platique sobre ella.
- Florencia de seguro no me buscará. - Bueno eso si que llamo mi atención, ¿Cómo está tan seguro de que no lo buscará?
- Es que sabe que estas conmigo, imagino que enterarse de ello no le agradará mucho. No parece tenerme mucha estima. - digo, soy la mejor cuando de agregarle leña al fuego se refiere.
- No lo sabe aunque si lo supiera créeme que estaría más feliz. - Ok, eso si que me interesó. Me senté de lado a él observando su perfil esperando que siguiera hablando - No se si te has percatado pero las cosas con ella no están del todo bien. Y todo empeoró cuando llegamos y estabas aquí. Sabe que entre nosotros hay historia y como que eso terminó de arruinarlo más. Aunque veo que no soy el único que está teniendo problemas en casa con el amor.
Con esto último el también se da vuelta y me enfrenta cara a cara. No sabía aún que responder lo que me dijo me dejó un poco sorprendida aunque para ser franca no sabia si creer o no en sus palabras. Conocía lo manipulador que podría ser cuando se lo proponía.