CAPÍTULO 4
Anna
Paré el despertador ocho veces, y siguió sonando hasta que mi hermana se levantó y lo tiró al suelo. Rotó quedó el reloj
- Como mañana no te levantes a la hora te voy a acuchillar con un tenedor. - Susurró en mi oído mientras me destapaba. - Como llegues tarde a clase, mamá te va a matar con el otro tenedor, lo pillas niña?
- Llegas a casa y crees que todo sigue igual después de lo de papá, pues no. Ya que te dejamos quedarte en nuestra casa lo mínimo es que te adaptes, y de momento has roto mi despertador.
-Mira rarita, si no te gusta mi llegada te jodes, soy tu hermana, y por lo tanto - Sonrió - soy de tu sangre, si no te gusta, puedes morirte cuando quieras.
- Solo eres un poco de mi sangre, lista. - Dije fuerte
-Te aseguro que no te hubiera gustado conocer al lerdo de mi padre. - Escupió.
Salí con mi ropa hacía la ducha, mientras ella se limitaba a insultarme. En el pasillo estaba madre, contando azulejos, otra forma más de olvidarse de papá, llevaba días haciendo lo mismo.
-Sheila - Gritó golpeando la puerta del baño - Abre la puta puerta o te arranco los ojos. - Repitió ruidosamente.
-No, me estoy duchando, es mi privacidad.
-Sheila hostia, ni privacidad ni mierdas, abre la puta puerta o morirás ahogada según entre.
- Más razón para no abrirla.
- No te muevas niña estúpida, voy a por el destornillador.
Apresuradamente me sequé y me vestí, salí disparada a por mi mochila, bajé las escaleras. Si me quedaba unos segundos más acabaría en una caja de pino.
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-Señorita, llega tarde - Dijó el señor Ortega.
- Lo siento… - Susurré - ¿Podré pasar?
-Si, siéntese. - Dijó el alto mientras se sentaba en la mesa. - Como iba diciendo, los temas que habéis elegido son buenos, unos mejores que otros. Hoy trataremos el poder del estado. ¿Cómo se define el estado? - Preguntó sólido. - el estado se define como organización política con poder administrativo y soberano sobre un área geográfica específica. - Sacó una tiza y escribió “Rousseau” y “Hobbes” -Los amigos Rousseau y Hobbes eran grandes filósofos con ideas totalmente contrarias. Ros decía que el hombre es bueno por naturaleza, y que el estado es el que corrompe al humano. En cambio, Hobbes afirmaba que era el estado el bueno, y que los hombres eran los que le corrompía, además estaba el Leviatán, que era un ser que controlaba las normas gracias al pueblo. - Hizo una pausa. -¿Hay alguna duda? ¿No? - Esperó una respuesta - Sacando un papel, como veo que ninguno quiere hablar hoy.
- Perdone, ¿Cómo era el Leviatán? - Pregunté suavemente.
- Interesante pregunta, señorita…
- Señorita Mendez, Ana Mendez.
- Leviatán se define como monstruo marino fantástico o cosa de grandes dimensiones y difícil de controlar. Era, o es, grande, largo, fuerte, un animal gigantesco. - Me miró - ¿Curioso verdad? - Sacó otra tiza-
“Redacción 2 páginas en folios en blanco a mano a bolígrafo azul. Nombre, apellidos, y clase en negro”
- Para mañana, ¿dudas? - Preguntó - Perfecto
FPS fué mejor de lo que esperaba, aún que Ortega era un poco estricto, era majo, y explicaba bien. Matemáticas fue peor de lo que esperaba. Es horrible querer y no poder entenderlo. Más aún, me toco salir a hacer un ejercicio y ni positivo me daba.
Pasarón las horas y llegó el momento de volver a eso que algunos llaman casa… No tenia ganas de ir con una madre sin memoria y una hermana adicta. Me dirigí a la biblioteca, no podía estudiar en cuatro metros cuadrados llenos de ruido y suciedad.
-Hola Ana ¿Quieres alguna edición en especial o te vale cualquier enciclopedia? - Sonrió la bibliotecaria. La misma pregunta todos los días, no había una buena jubilación para bibliotecarias sin memoria, pero si para un funcionario nivel 30 con una salud excelente.
- Hola Narcisa, no te preocupes, me autosirvo de enciclopedias. Gracias. - Le devolví el amable gesto. Y seleccione el tomo indicado.
Elegí la mesa de la esquina, como siempre, los enormes ventanales dejaban pasar la luz, iluminando toda la sala. Los días laborales no había mucha gente, ni mucho ruido, ni mucha cola. Solo estabamos yo y Ella que adoraba colocar los nuevos libros donados en las secciones correspondientes, escuchado Sinatra.
-Si, si, eso nos han dicho - Dijó una voz conocida. - No, no no queríamos molestar, no se preocupe.
-Los jóvenes nunca molestan, no se molesten ustedes. - Dijó Narcisa. - Allí tenemos los baños, y la cafetería central está al salir del edificio a mano derecha. En aquellos ordenadores pueden consultar los libros disponibles, y en pisos superiores hay salas por secciones de trabajo.
-Gracias… Ahora nos situamos. - Dijó otra voz más grave - No hay mucha gente por aquí… ¿No?
-Por desgracia la biblioteca central nos quitó toda la fama que teníamos, hace apenas dos años teníamos esto repleto de gente, incluso teníamos actuaciones, y charlas con los autores.
-Perdone, pero según tengo entendido la biblioteca central se inauguró en 1999, fue hace veinticinco años. - Dijó el conocido.
-Hay perdonarme hijos, se me olvidan las cosas, ya estoy un poco mayor… Por Favor, pasen, pasen - Se acercó al ascensor. - Aquí tienen un mapa de la biblioteca, y una distribución de sus plantas. Normalmente solo estamos Ana y yo, los fines de semana viene algún otro joven. Disfruten del arte de la lectura. - Volvió ella a su silla reclinable.
Se oyó el ascensor y volvió el silencio, con el mi estudio. El Leviatán no se iba a dibujar solo.