De la ilusión al adiós

Al fin, me amo

Al fin, me amo. Me amo con una fuerza y una pasión que nunca antes había conocido. Me amo no a pesar de mis defectos, sino por ellos. Me amo no solo por lo que he logrado, sino también por lo que he superado.

Me miro al espejo y ya no veo a la chica insegura que solía ser. Veo a una mujer fuerte, valiente, hermosa. Veo a una mujer que ha luchado batallas, que ha superado obstáculos, que ha resistido tormentas y aún así, sigue en pie.

Me amo por mi fortaleza, por mi resiliencia. Me amo por mi capacidad para amar, para dar, para soñar. Me amo por mi risa, por mi llanto, por cada emoción que he sentido y cada experiencia que he vivido.

Me amo por mi pasado, por mi presente y por mi futuro. Me amo por cada cicatriz que llevo, cada una de ellas es un recordatorio de las batallas que he ganado, de los desafíos que he superado.

Me amo por mi capacidad para crecer, para aprender, para cambiar. Me amo por mi capacidad para perdonar, para soltar, para seguir adelante.

Me amo por mi capacidad para soñar, para esperar, para creer. Me amo por mi capacidad para amar, para dar, para ser yo misma.

Al fin, me amo. Y aunque el camino para llegar aquí no fue fácil, sé que cada paso, cada lucha, valió la pena. Porque al final del día, no hay nada más gratificante que amarse a uno mismo.
 




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