6 meses atrás.
Desde pequeña siempre me han gustado dos cosas; la música y salirme con la mía, bueno aunque esto último no es una cosa. Seguramente es por el hecho de que todo lo que quiero lo obtengo. Me acostumbré a que los demás cumplan la mayoría de mis deseos.
Aún recuerdo aquella ocasión cuando me encariñé tanto con el gato de la vecina, que hice todo a mi alcance para lograr que “Luna” (Tiempo después la llamaría así) se quedara conmigo, a pesar que mi madre fuera alérgica al pelo de los animales, aceptó que yo cuidara de esa pequeña bola de pelos amarilla, después de todo ¿Quién se resiste a mis encantos?
Con el tiempo, las cosas que me gustaban eran cada vez más grandes y por supuesto más costosas, como aquella guitarra que quería para mi cumpleaños, la primera vez que la vi fue en esa tienda, al lado de la cafetería que solía frecuentar con mis amigos, en esa ocasión, Daniel y yo estábamos en una de nuestras primeras citas, tan enamorados, tan inocentes, la ilusión del primer amor, en donde crees que esa persona lo es todo para ti.
Caminábamos tomados de las manos, muy alegres por aquella avenida, cuando de repente mi mirada encontró a la más hermosa de las guitarras, era de color café claro, con unos dibujos increíbles en forma de rosas enlazadas entre sí, era perfecta. Daniel se dio cuenta de inmediato, en donde tenía fija mi mirada, y me dijo que esa guitarra sería para mí.
Jamás pensé que lo que decía en esa tarde era en serio, ya que su familia no tenía muchos recursos que digamos, no eran pobres pero tampoco era que tuvieran como para comprar cosas innecesarias. Fue entonces que en mi cumpleaños número quince me sorprendió regalándome ese maravilloso instrumento.
A partir de ese momento, me di cuenta que Daniel era el amor de mi vida, o al menos eso era lo que yo creía. Esa misma tarde, estuvimos sentados en el parque por un largo tiempo, donde hicimos una promesa. Enterramos al pie de un árbol la mitad de nuestros dijes de corazón que días atrás habíamos comprado.
Yo tenía uno con su nombre y él tenía uno con el mío. Prometimos que algún día cuando estuviéramos listos para compartir nuestras vidas, entonces y solo entonces, vendríamos a buscar estos dijes.
Pero como bien dicen “Las cosas no siempre salen como uno espera” al día siguiente se apareció mi Adorable abuela, >>Nótese el sarcasmo<< en mi casa diciendo que yo tenía que ir con ella, empezó a decir que era el momento adecuado para que yo estudiara en las mejores universidades y así tener un mejor futuro, para luego dirigir la empresa y bla bla bla. No entendí ni la mitad de lo que dijo, porque simplemente no me interesó.
Estaba tan furiosa, que salí literalmente corriendo hacia la calle, no sé a qué lugar fui a parar, pero para mi gran sorpresa encontré a mi novio besándose con otra, fue tan grande la rabia que sentí, que al llegar a mi casa, acepté sin duda alguna la propuesta de la abuela de irme con ella.
En cuanto a Daniel, corté fríamente con él, diciendo que para nada era lo que yo estaba buscando y que gracias por la guitarra ya que era lo único que quería de él. Quizás fui un poco brusca por la forma de terminar nuestra relación, pero se lo merecía, ya que él se había besado antes con otra.
Dejé a un lado la música, y como bien lo dijo mí abuela, aceptar su oferta había sido una gran decisión. Mi afán por conseguir todo lo que quiero, me llevó a estudiar Negocios Internacionales y ahora soy una de las mejores en esta área.
-¡Hola Smith! —escuché la voz de mi inconfundible amiga que entraba sin tocar a mi oficina, aparté la vista del ordenador donde revisaba los avances para el próximo lanzamiento, mientras ella se acercaba hasta tomar asiento en los sillones delante del escritorio.
-¡Vicky! -Exclamé-. Hoy tenemos un día muy largo, debemos terminar de revisar los nuevos catálogos -dije con cierto tono de diversión, ya que a ella le encanta realizar este tipo de trabajo, pero al notar cierta preocupación en su rostro, pregunté de inmediato.
-¿Hay algo importante que tengas que decirme? -Pregunte al mismo tiempo que me levantaba de mi hermosa silla giratoria y me acerqué a ella.
-Bueno resulta que… tu… -Dudaba al momento de hablar.
-¿Mi qué? -Exclamé intrigada.
-Bueno hoy en la mañana tu secretaria acaba de renunciar. -Respondió de una vez aclarando todo el misterio que había estado creando en los últimos minutos.
-Y ¿Cuál es el motivo de su renuncia? Espero que sea por motivos muy importantes. -En serio espero que sea por algo realmente importante, no tolero a las personas incompetentes.
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Editado: 14.05.2019