La luz me invadió cuando sentí que despertaba de un gran sueño en el cual había estado sumergido desde hace mucho tiempo, o al menos eso había sentido.
Estaba en un gran cuarto completamente blanco, una voces se escuchan detrás de una puerta, sólo eran personas charlando entre si, no había ninguna ruta de salida aparente, entre en pánico en mi mente, afuera, mi rostro y mi cuerpo no denotaban ninguna preocupación o nerviosismo.
Lo único que ví unos minutos después fue una charola con comida que entraba por una pequeña ventanilla que se acababa de formar, la charola quedó en el suelo y la ventana se cerró silenciosamente, me levanté para caminar y luego tomarlo.
Comí lo que había ahí, mi hambre cesó y yo me tranquilice, pero luego la habitación empezó a dar vueltas y yo me desmayé, volviendo a otro largo sueño.
—HENRY—
Una voz se escuchaba en la habitación, yo con los ojos aún cerrados trate de silenciarla diciéndole que se callara, seguía cansado por todo lo que había pasado ayer, abrí los ojos y ví a Ray a un lado de mi, estaba tratando de despertarme para ir a clases.
- Henry, levántate. - Dijó Ray moviendo mi hombro y sentándose en la cama.
- Shhhhhhh. - Le dije tomando su mano y poniendo un dedo en mi boca.
- Llegaremos tarde al instituto. - Volvió a hablar pero ahora levantándose de la cama y dándome un pequeño beso en los labios. - Levántate.
- Esta bien. - Bostece y me salí de la cama, Ray se había metido a bañar, yo solo revise mi teléfono y tomé mi mochila, de esta saque la libreta que había traído de la casa Labson, la abrí y pude ver que las primeras hojas habían sido arrancadas, seguí hojeando la libreta hasta que llegue a una página la cual tenía algo escrito, esta decía.
- Ya salí Henry, quíeres entrar. - Ray me interrumpió mientras salía del baño con tan solo una toalla cubriendo su cadera, guarde la libreta rápidamente sin que Ray lo notara, entré en la ducha y comencé a bañarme.
Salí de allí unos minutos después, Ray me había dejado un cambio de ropa encima de la cama, el ya se había vestido y había bajado para desayunar.
Tomé aquella ropa y me la puse, no tarde demasiado y cuando acabe bajé rápidamente a la cocina, donde estaban todos desayunando y me uní.
Estábamos todos preparados para irnos, salimos de la casa con nuestras cosas para otro día escolar, afortunadamente el coche de Ray era grande, lo suficiente para transportarnos a todos.
Llegamos a tiempo al edificio, los rayos del sol entraban por la ventana, las puertas de la parte trasera se abrieron después de estacionar el auto.
Abrí la puerta cerca del asiento donde estaba, salí y Ray se dispuso a acompañarme hasta mi casillero, allí me despidió con un ligero besó.
- Te veo en la tarde. - Dijó volteando hacia atrás mientras camina al otro extremo del edificio.
- ¡SI! - Le respondí cerrando mi casillero, cuando Ray ya se había ido entré al salón donde mis amigos se encontraban sentados.
Todo transcurrió normal, las clases no eran nada de otro mundo, hoy era un día sin planes, asi que cuando estas terminaron cada quien fue a su casa, Harry vino por mi y regresamos a la casa, el camino fue muy tranquilo, demasiado.
Harry se estacionó a las afueras de la casa, al salir pude ver que un coche negro llegaba a la casa vecina, camine apresuradamente hacia esta, del auto un chico salió, este tenía un cabello negro y desaliñado y unos hermosos ojos grises, extrañado fuí con el y justo cuando iba a entrar a la casa le hablé.
- Eres... David. - Le dijé al chico que claramente era el que había visto en mi sueño.
—DAVID—
Un chico que acaba de llegar a la casa de la derecha se acercó a mí, y me hizo una pregunta extraña, me preguntó si yo era David, error, el me dijo que yo era David, yo no sabía cuál era mi nombre, ni por qué estaba ahí, pero al ver a ese chico el me transmitió una confianza que nunca había sentido, o tal vez fue porque no recordaba nada.
Traté de recordar quién era yo, pero no lo conseguí, sólo le respondí las primera palabras que salieron de mi boca.
- Si, Soy... David, mucho gusto.
- Mucho gusto yo soy Henry... Bueno, creo que me iré, necesitas tiempo para asimilar todo. - Dijo tranquilamente con una sonrisa en el rostro.
- Claro, pero ¿Te puedo preguntar algo?
- Si, ¿Qué cosa?
- ¿Cómo supiste que me llamaba David?
- No lo sé, creo que fué... Intuición.
Cuando el chico terminó de hablar se alejó de mi y se dirigió a su casa la cual estaba al lado de donde yo estaba, entré en lo que parecía ser mi nuevo hogar y ví a un hombre esperándome.
El auto en que había llegado se había ido, y la puerta de la casa se cerró al entrar.
- Hola, tu debes ser David. - Me dijó el hombre que cada vez se acercaba más a mi.
- Si, ¿Y tu eres? - Le pregunté.
- Soy Patrick, desde ahora viviremos juntos.
—RAY—
Había llegado a casa, estaba solo, como siempre.
Empecé a hacer la tarea que me habían dejado.
Era mayor de edad, había cumplido 18 años el 14 de junio del año pasado, Isabelle había estado conmigo ese día, estaba feliz de que al menos hubiera una persona con la que pudiera hablar y sentirme querido.
He estado solo desde que tengo memoria, y no había sentido tanta felicidad hasta que llegó Henry, se que sólo lo conocía desde hace 4 días, pero era como si ya lo hubiera conocido antes y me hubiera enamorado de él, parecía que nos separaron y nos encontramos de nuevo.
En serio quería quedarme con Henry y los demás, nos entendíamos muy bien, aunque no compenetrara mucho con Nicholas, daba la sensación de que a él no le agradaba.
Pero estaba seguro de que si hablaba con el nos podríamos hacer amigos.
Dejé de pensar las cosas cuando un mensaje me llegó a mi teléfono.