EL SABIO

Durante varios días la gente del pueblo solo habló de un gran sabio que estaba de visita en la región, hasta que finalmente este se hizo presente en las afueras del sitio. En un principio los aldeanos al escuchar las trompetas de la caravana en la que venía creyeron que se trataba de algún circo, pero conforme se acercó a la plaza todos comprendieron que se trataba de aquel hombre del que todo mundo hablaba.

El sabio una vez con toda su caravana en el centro de la plaza comenzó a hablar de temas que llamaron la atención de la gente que acudió sin importarle sus labores diarias. El hombre comenzó a responder todas las preguntas que la gente le hacía sin importar lo vanas que fueran y todos se maravillaban de su gran sabiduría.

Repentinamente el sabio notó que de entre toda la gente había uno que no lo escuchaba,  se encontraba solo, sentado en la más lejana jardinera de la plaza con los ojos cerrados y la cara hacia arriba. El sabio sin vacilación se dirigió a él, pero la gente le dijo que era un loco soñador y que perdería su valioso tiempo. Sin atender los comentarios le habló.

- Disculpa amigo ¿cómo te llamas? -

El escritor tardó un poco en reaccionar pero cuando se enteró de la presencia contestó - Perdón su señoría, pero mi nombre hace mucho que no es mencionado, muchos me llaman soñador, otros solamente loco, aunque aquellos que no me desprecia o me odian me dicen escritor -

- Bien, como no te conozco y no puedo juzgarte te diré escritor - agregó el sabio - ¿puedo saber qué es lo que hacías? -

- ¿En verdad quiere saber lo que hacía? - preguntó el escritor un poco confuso mientras el sabio afirmaba con la cabeza - Entonces he de decirle que todo comenzó cuando me enteré que vendría al pueblo, ésta mañana cuando escuché su caravana rápidamente me puse mi ropa de gala ya que iba a recibir su visita, una vez afuera de mi humilde hogar descubrí un polluelo que deseaba volar pero era muy pequeño, así que le dije " Es bueno tener un sueño y luchar por conseguirlo, pero debes primero madurar para lograrlo" una vez dicho eso lo dejé en su nido para que disfrutara su infancia. Poco después encontré a un niño que lloraba por la vida efímera de su amiga nube, así que tuve que consolarlo con las siguientes palabras "No llores amigo por el irremediable destino, alégrate porque ahora tu amiga tiene una nueva vida". Finalmente cuando llegué a la plaza escuché el llanto del viento que se lamentaba su etéreo existir así que antes de que su señoría me saludara le comentaba lo siguiente "No debes entristecerte por ser lo que eres, mucho desearían ser como tú, vivir en la eterna libertad, sin ataduras de algún cuerpo material, viajar sin fronteras y sobretodo ser útil para todos los seres vivos" -

El sabio quedó callado y pensativo, le bosquejó al escritor su más sincera sonrisa y se retiró a la tienda que habitaba, donde se despojó de sus joyas y elegantes vestiduras para colocarse una vieja y gris túnica. Salió de la tienda y para sorpresa de todos despidió a sus sirvientes dándoles un gran pago y repartiendo todas sus pertenencias. Finalmente en completo silencio salió del pueblo y viendo por última vez al escritor que consolaba una marchita flor y diciéndose a sí mismo -  CREI QUE ERA SABIO POR RESOLVER LOS PROBLEMAS  MUNDANOS DE LOS DEMAS, CUANDO SIEMPRE IGNORE EL LLAMADO QUE MI ALMA ME HACIA –