Aquel día el escritor se miraba en el espejo.
- ¿Estoy solo? - se dijo a sí mismo.
- Así es - contestó su reflejo.
- ¿Por qué tratas de engañarme? - continuó.
- No te engaño - respondió el reflejo - mírate en la oscuridad, no hay nadie a tu lado, no lo hubo y no lo habrá -
- ¡Mentira! - gritó - una vez ame a alguien -
- ¿Dónde está? - siguió torturando el reflejo.
El escritor guardó silencio y el torbellino de sus recuerdos lo arrastró al pasado que una vez olvido.