Libre de sus cadenas el escritor despertó del sueño de la desesperación y frente a él vio a un niño.
- gracias por liberarme pequeño - comentó con cierta debilidad.
- No fui yo - aclaró el niño - acabo de llegar. He venido a mostrarte tu camino -
Sin decir más el pequeño señaló el corazón del escritor, este comprendiendo el mensaje se levantó, la oscuridad se acabó y por fin pudo iniciar su camino a casa mientras que el joven guía regresaba a formar parte de su alma.