-Hoy no hay cuento- dijo el escritor -hoy no se me ocurre una sola frase para escribir- repitió un tanto enojado por la insistencia de su público -¡en serio nada escribiré esta noche, la inspiración no ha llegado y tal vez no llegue en un rato!- terminó diciendo un tanto enojado.
Decepcionados, todos los sueños tuvieron que retirarse a sus respectivos dueños con la esperanza de que ellos hayan tenido durante el día un sólo deseo para convertirlo en realidad.