De la realeza

¿Nuevos amigos?

Eira al levantarse escuchó las voces de su tía junto con los caballeros, se levantó rápido pero sigilosa y empezó a escuchar.

- Tenéis que tener más cuidado - dijo su tía

- Lo sé, se me escapó, lo siento -

- No te preocupes Beltrán, pero tened cuidado que es una cabeza dura como su padre y va a querer saberlo todo -

- ¿Pero por qué no lo sabe ya? - preguntó Lyonel

- Quería guardarlo todo lo que pudiera este secreto, pero al enterarme de las pesadillas que tiene, es posible que se entere cuando tenga 18 años, no lo puedo evitar -

- ¿Pero por qué ocultárselo? Es su destino -

Suspiró Elisabeth - No quiero que le pase lo mismo que a sus padres, al principio ella no me importaba pero al enterarme de todo esto y de más, la cuidé, con el tiempo le cogí cariño y no quiero que le pase nada malo -

- Entiendo - dijo Lyonel - Nosotros seguiremos en el mismo sitio si necesitáis algo -

Al escuchar que se iban Eira salió de su choza para irse a bañar - Buenos días, tía -

- Buenos días Eira, ¿dormiste bien? -

Eira asintió, vio que los caballeros la estaban mirando - ¿Pasa algo? -

Los caballeros negaron con la cabeza. Elisabeth al ver que Eira se iba la llamó a ella y a los caballeros.

- ¿Qué pasa tía? -

- Si, Elisabeth -

- Em... me gustaría que vigilaseis a Eira -

- ¿¡Qué!? - gritó Eira - Pero tía, me puedo valer por mi misma -

- Lo sé pero... - suspiró - Hazlo por mi Eira -

Eira le miró a los ojos a su tía - Bueno... -

Elisabeth la abrazó - Ya sabéis lo que tenéis que hacer - dijo dirigiéndose a los caballeros

Los caballeros asintieron.

 

 

***

 

 

Me molestó que Elisabeth nos pusiera a cargo de Eira, ya era mayor, ya debería de estar casada con otro rey de otras tierras.

- Se nota que te molestó la orden que nos dijo Elisabeth -

- ¿Tanto se me nota? -

- Si, ahora eres como un libro abierto - se rio Beltrán

- Oye, os podéis girar, me voy a bañar - dijo Eira

Beltrán y yo nos giramos, justo escuchamos un ruido.

- Iré yo, ocúpate de la niña - dijo Beltrán

- No, pero... - Beltrán ya se había ido - no me dejes con la niña -

Pasaron unos minutos y aún Beltrán no venía, Eira se había sentado a mi lado para esperar a Beltrán.

- Tengo una pregunta - dijo Eira

Suspiré - No diré nada de lo de anoche -

- No era eso -

- ¿Entonces? - pregunté sin mirarla

- El día que os vi hablando con mi tía me miraste con cara de querer matarme -

La miré confundido - No hice eso -

Ella me miró también - Si lo hiciste, ¿tenía algo que no te gustó? -

- No, sólo te miré y ya, es mi cara normal -

- Pues que cara - dijo mientras se tendía

La miré esta vez con cara de querer matarla. Estuvimos más tiempo esperando a Beltrán y seguía sin venir.

- Voy a buscarlo - dije

- Espera - Eira se sentó de nuevo, cerró los ojos y posó sus manos en el suelo lleno de plantas - Está cerca, aparecerá en 3, 2, 1... -

- Era un simple animal - dijo Beltrán mientras salía de unos arbustos

Miré a Eira sorprendido y confuso - Bueno, vámonos Beltrán - dije levantándome

- Espera, mientras buscaba el causante del ruido me encontré a Elisabeth y me dijo que nos podemos quedar en una de las chozas que está en su pequeño pueblo -

Al escuchar eso sentí que me iba a quedar allí por la eternidad teniendo que aguantar a una niña.

Suspiré - Bien, vamos -

 

Al llegar Elisabeth nos enseña donde dormiremos, y como me temía dormimos cerca de la choza de Eira.

- Ya se ha hecho tarde, dormir bien - nos dijo Elisabeth

- ¿Me podría quedar un rato más con vosotros? Es que no tengo sueño - dijo Eira

- No -

- Si -

Dijimos a la vez Beltrán y yo.

- Oh, venga Lyonel, no molestaré tanto -

Suspiré - No me queda más remedio - dije mientras miraba a Beltrán

Mientras que ellos hablaban me estaba quitando la armadura, al intentar quitarme la hombrera me costaba, se notaba que estaba cansado, normalmente me quito la armadura menos de lo que canta un gallo, sentí a alguien aguantando mi hombrera.

- ¿Quieres que te ayude? - preguntó Eira

La miré serio - Yo aguanto la hombrera y tú la desabrochas -

Eira tardó un poco pero lo consiguió - Ya está - dijo con una gran sonrisa - ¿Algo más en lo que te pueda ayudar? - me miró directa a los ojos

Me puse nervioso - No, me voy a dormir, deberías de hacer lo mismo - refiriéndome a Eira

 

 

***

 

 

Esta vez volví a levantarme con la respiración alterada y en sudor, cogí la ropa y me dirigí al lago, escuchaba unos pasos detrás de mí, me giré en posición de pelea.

- Ey, ey, cuidado brujita, sólo quería saber el porqué estáis alterada - dijo Lyonel

- Tuve una pesadilla - dije retomando mi camino

- ¿La pesadilla que nos contó tu tía? -

- Puede ser, no estuve presente en toda la conversación -

Me giré a mirar a Lyonel, entendió lo que quería transmitirle, cuando él se giró me desvestí y entré en el lago.

- ¿Y tienes alguna solución para tú pesadilla? - preguntó

- Si, esperar a tener 18 años y venir a este lago - dije mientras me iba a la cascada

Estuvo un rato callado hasta que - Niña -

- Dime -

- Os quería agradecer por la ayuda de anoche -

Me sorprendí al escuchar aquello - De nada, supongo -

 

Salí del lago, me vestí y le dije a Lyonel que se podía girar - Lyonel -

- ¿Qué pasa? -

Me senté enfrente del lago y hundí mis pies en el agua - Sé que no está bien escuchar conversaciones ajenas pero, antes de conoceros os escuché a Beltrán y a ti hablar sobre encontrar una princesa - lo miré - os puedo ayudar -



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En el texto hay: amor, angel y demonio, magia brujas fantasia

Editado: 13.01.2023

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