De mi a ti solo un paso, se interpone.

Capítulo 4: Despedida del gran planeta rojo.

Tiempo ha pasado desde la última vez que escribí en este diario sobre lo que acontecía día a día en mi vida; hoy es 11 de noviembre del año 2763, más de 4 meses después de haber escrito por última vez y si la duda es: ¿Por qué escribo hasta apenas ahora y no durante ese tiempo?, la respuesta que puedo dar es muy simple: he estado altamente concentrado en una única meta, que ha sido conseguir aquellos 3000 dólares que me faltaron, pude haberlo hecho antes pero necesitaba un extra en lo que encontraba trabajo en aquel sitio y para establecerme bien sin necesidad de tener que regresarme, lo cual me será imposible ya que volver a juntar 60,000 dólares para el viaje me es básicamente imposible.
Pues bien, hoy he terminado de juntar todo el dinero que necesitaba y no he podido dormir porque justamente este día despega el cohete Rx-986 de pasajeros con destino a la tierra, y sí, mi vuelo es en este cohete compre el boleto hace una semana y la emoción me ha hecho dormir apenas unos minutos al día, pero como es de suponerse estoy más emocionado que cansado por lo que mi cuerpo apenas lo resiente (mis ojos son los que más han sufrido estos días)
- ¿Estás listo? – Dijo una voz en mi cabeza.
- ¿Raúl? – Respondí sorprendido.- Nuestro contrato termino ayer y ya no deberías poder acceder a mi chip como jefe, ¿Cómo le hiciste?
- Ningún buen mago revela sus trucos. – Respondió el riéndose entre dientes. – Pero bueno ese no es el caso, responde a mi pregunta, ¿estás listo?, sé que hoy sale tu vuelo y lamentablemente no podré ir a despedirte.
- Tranquilo, supuse que no podrías, estas ocupado casi el 90% del día. – Dije con una voz tranquila y pensando en los momentos divertidos que tuvimos, para que el también lo viera a través de la transferencia mental por la llamada.
- ¿Recuerdas ese día? – Preguntó el en una imagen en específico que había recordado.
- Como no hacerlo. – Añadí con melancolía. – Fue semanas después de que mis padres fallecieran y cuando fui a pedirte empleo, no lo dudaste un solo segundo y aprovechando que soy buen conductor me dijiste que necesitabas a alguien con mis capacidades, después de eso pues empecé a trabajar para ti, te estoy muy agradecido y sé que lo sabes, pero siempre he sentido que mi vida pertenece a la tierra y quiero descubrir si este sentimiento esta en lo correcto.
- No tienes que convencerme de algo. – Respondió Raúl con una voz un tanto entristecida. – Lo sé perfectamente y es por ello que desde que me lo dijiste… - y lo interrumpí.
- ¡espera, yo te dije nada!, ¡Tú fuiste quien lo descubrió estando de metiche en mis pensamientos cuando estábamos teniendo una llamada de transferencia mental por culpa de ese estúpido contrato! – En realidad yo no estaba molesto, simplemente fingí para molestarlo un poco.
- Jejeje. – rio él. – Bueno, el punto es que me entere y desde ese día en vez de detenerte intente impulsarte y ayudarte para que lo lograras, entonces no creas que no se, que añoras llegar allá y solo puedo desear que encuentres todo lo que buscas y que si no lo haces, no te rindas. Aquí en marte siempre tendrás un hogar que te espera y estoy seguro que en la tierra, aunque no tengas, eventualmente encontraras un lugar al cual llamar hogar, no me queda más que despedirme de ti y decirte que aunque sé que tus padres y yo… - Antes de que terminara lo interrumpí de nuevo.
- No necesitas decir eso. – Dije con fuerza y felicidad. – Sé que es lo que dirás y siempre lo he sabido, además de que no me estoy despidiendo de ti, simplemente te estoy diciendo: “hasta pronto”, nos volveremos a ver, eso puedes darlo por hecho.
Tras decir esto, él dijo que su nuevo chofer ya estaba allí por él y que yo debía apresurarme, pues el viaje comenzaría pronto, ninguno de los dos dijimos adiós y simplemente colgamos la llamada. No puedo negar que me sentía muy triste, él siempre ha sido más que un padre para mí pero siempre supimos que en algún momento nuestros caminos tomarían un camino distinto.
Sin más que decir coloque mi maleta en el suelo y la active, tras unos minutos termino de hacerse y active el modo hipercompresion, para poder llevarla en mi bolsillo, llegue a la puerta de mi departamento y tras voltear por una última vez hacia su interior lo cerré para decirle adiós; hoy si quise hace uso de la anti gravedad del chip para llegar volando hacia la terminar de cohetes lo cual me tomo un tiempo porque de esta forma los humanos no podemos avanzar a más de 70km/h y la plataforma estaba en la sección B-20, por fortuna no era demasiado lejos de la sección residencial donde yo vivía, a esta velocidad me tomarían quizás 2 horas y media llegar; al estar ya frente a la zona de despegue el cohete se veía exageradamente grande, para transportar a más de 15 personas en un viaje que duraría al menos un mes pueden darse una idea la cantidad de cosas que tiene que tener en su interior, es literalmente como una casa gigante de donde no podemos salir hasta pasado un mes: “Pasajeros se les informa que en 20 minutos nuestro cohete con destino a la tierra estará despegando, por favor diríjanse a la zona de registro para que se les de su equipo de viaje.” Dijo una voz por una bocina; toda esta área está completamente a la intemperie, los mostradores y demás cosas están al aire libre entonces perderse era casi imposible además de que de este lugar todos los cohetes que salen son exclusivamente para la tierra, por lo que tampoco es que me haya equivocado de sitio; me registre me dieron mi equipo de viaje espacial (traje, una pastilla XEHEX la cual prepara el cuerpo para todo lo que el viaje requiere y que a su vez cura el cuerpo de absolutamente todas las enfermedades que apenas se están presentando, siendo inútil contra bacterias, virus u otras afecciones ya desarrollados en el cuerpo.) pero en fin, ya estaba todo listo solo era subirme al Cohete.
La cuenta regresiva comenzó y cada número que contaban mi corazón se aceleraba, la persona que estaba en el asiento a mi lado me recordó tomar la pastilla ya que sin ella y por el aumento de los latidos de mi corazón podría morir y haciéndolo tan rápido como pude apenas y logre realizarlo llegando al número 1; el despegue había comenzado y sentía como si mis ojos casi se salían de sus cuencas por no haberme tomado el medicamento a tiempo, por fortuna es de rápido efecto y tras 5 segundos mi cuerpo comenzó a relajarse y a volver todo a la normalidad, sin duda la fuerza que ejercen los cohetes es abrumadora, puse sentir como mi cuerpo se quedó pegado al asiento e incluso se hundió un poco a causa de esta misma fuerza, a mi lado había una ventana muy pequeña por la que podía ver el exterior y como poco a poco aquel planeta que me vio crecer se iba alejando a una velocidad considerablemente alta, tras unos minutos ya estábamos completamente fuera y a lo lejos se veía una oscuridad que se extendía sin un fin, mi viaje había comenzado y al terminar una nueva vida me espera, solo tengo que esperarme un mes a llegar a la tierra.




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