Capítulo 5: Primer viaje.
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Llega un momento del viaje cuando todos podemos salirnos de nuestros asientos y caminar por la nave, como les dije antes este sitio es bastante grande considerando que es para 15 personas más la tripulación, es como si fuera un crucero pero en el espacio de un tamaño apenas menor; saliendo de la cabina de pasajeros las cuales están divididas en 3 siendo de 5 cada una llegamos a la sala principal del cohete y del cual parten todos los demás sitios: Recámaras individuales para cada uno de los tripulantes, sitios de recreación, que son lugares a donde puedes ir si requieres un lugar tranquilo, los sitios de comida que afortunadamente ya están absolutamente todos incluidos en el precio del boleto pero limitando los horarios a desayunos, comidas y cenas; un sitio que es conocido como: el gran ventanal, el cual es simplemente una ventana gigante que te permite ver el exterior y absolutamente todo por donde pasamos.
Claro está que como pueden imaginar el primer sitio que visité fue el gran ventanal, este era el primer viaje inter-planetario que hacía en mi vida y no me quería perder el espacio exterior al sentir una muy alta fascinación por él. Camine por el lugar que era un espacio algo grande de forma ovalada con pasillos que llevaban a las diferentes secciones de la nave y justo al centro del gran salón se encontraban unas escaleras que iban en espiral hacia el techo de la nave y justamente en la parte de arriba estaba el gran ventanal; sin tardarme demasiado avance rápidamente allí chocando por error con algunas personas que igualmente salían de las diferentes cabinas de pasajeros y a diferencia de lo que hubiera imaginado fuimos muy pocos los que fuimos hacia el ventanal.
- ¿Primera vez? – Preguntó una voz que subía las escaleras a mi espalda.
- ¿Disculpa? – Respondí confundido, volteando la mirada para descubrir a un hombre de aparentemente mi misma edad.
- Pregunto si es la primera vez que viajas en estas cosas. – Recalcó señalando con sus ojos todo el sitio.
- ¡Oh!, sí. Este es el primer viaje inter-planetario que hago en mi vida, ¿y tú? – Pregunte por cortesía, para continuar la plática.
- No, este es mi tercero y justamente el último para completar de visitar todos los planetas. – Dijo en un tono serio, no parecía presumir, simplemente respondía a mi pregunta.
- ¿Y qué tal son los otros planetas? – Pregunté con un poco de curiosidad.
- Bueno, La tierra no lo sé… Es la primera vez que voy a ese lugar aunque he escuchado que es una cosa maravillosa, marte me pareció un sitio bastante deprimente, y discúlpame que te lo diga ya que si es tu primer viaje debes de ser originario de allí; no puedo dejar de preguntarme como le hicieron los primeros pobladores para llegar y colonizar júpiter pues, ¡es un sitio de caos constante! Tormentas eléctricas diarias, nubes de polvo que nunca cesan, un ambiente tan espantoso que es como si vivieras en un mundo de terror diario, y quizás por ello las películas de terror que hacen en mi planeta son las mejores de todo el sistema solar… Pero en fin, nací y me crie ahí entonces me encanta mi planeta a pesar de que se nota a eones de distancia que no estaba hecho para que viviéramos ahí, y eso sin contar el frio que hace durante la noche… - Continuó platicando sin detenerse.
Yo apenas y lo escuchaba de trasfondo porque mi vista estaba completamente enamorada de lo que le mostraban a mi cerebro e incluso pude sentir como el chip de mi cerebro se sobrecalentó por la emoción. La vista era completamente hermosa y muy diferente a lo que hubiera imaginado que seria, una mancha oscura completamente carente de luz y en cambio era un sitio que no se podía distinguir donde acababa (o si lo hacía) con todo montón de cosas absolutamente llenas de colores de todos los tipos, estrellas fugaces, estrellas que se veían únicamente por su luz; voltee a ver al tipo que había subido conmigo con una cara exageradamente llena de asombro y solo podía ver como no le paraba la boca por estar hablando sin descanso, ve tú a saber de qué.
- ¡Calla!, ¡mira! – Dije yo deteniéndolo en seco colocando mi mano en su boca y volteando a ver todo.
- No es como que no lo haya visto antes… - Empezó a decir él. – Este tipo de imágenes te terminarán aburriendo tras dos semanas aquí afuera, cree lo que te digo. Las veces que he viajado son una maravilla los primeros días pero tras pasar un poco de tiempo viendo lo mismo, porque si… La imagen básicamente nunca cambia, se torna un poco aburrido, a menos que haya algún choque de meteoros y la explosión te haga ver algo nuevo, pero de todos los viajes que he tenido solo ha sucedido una vez y la verdad fueron muy pequeños entonces no te daré tantas esperanzas… - El tipo volvió nuevamente a agarrar platica sin detenerse y yo me distraje mirando todo a mi alrededor.
Quizás es algo que para él seria “normal” pero para una persona como yo, que nunca lo ha visto me atrevo a decir que no hay forma posible en que esto visto completamente de frente y no en imágenes no te haga pensar en todas las maravillas que el espacio exterior tenía para ofrecerte… Me daba un poco de gracia que mientras yo estaba ensimismado viendo todo aquello, y mirara ocasionalmente al sujeto, este siguiera hablando sin descanso: “Es uno de esos” dije para mí mismo riéndome.
- ¿Cuál es tu nombre? – Pregunté interrumpiéndolo nuevamente.
- Deberías decir primero el tuyo… Quien pregunta lo dice, así me educaron a mí. – Respondió él.
- Mmm, vale puedo darte cierta razón. – Agregué yo calmado y riéndome un poco. – Me llamo pánfilo, mucho gusto.
Él se me quedo viendo entrecerrando los ojos denotando por completo que no me creía ni dos palabras.
- Ajá y yo me llamo: Doctor señor profesor Raymundo; ¡Venga! Dime cómo te llamas, recuerda que los chips pueden detectar mentiras cuando se habla con alguien a esta cercanía… - Resulto ser un poco más serio de lo que pensé…
- Me llamo Javier Fernández. – Y tras decirlo extendí la mano para saludarlo.
- Pues no creerás como me llamo yo… - Dijo el un poco sorprendido.
- ¿En serio?, 3 planetas habitables en nuestro sistema solar, tantas posibilidades y ¿resulta que te llamas Javier? – Pregunté con un tono muy elevado, demostrando mucha sorpresa.
- Nope. – Respondió el muy serio. – Me llamo Pánfilo. – Y cuando lo dijo se echó a reír porque me había hecho caer por completo en su broma estúpida, claro que también me reí, un poco…
- ¡No puede ser cierto! – Dije con fuerza.
- Evidentemente no. – Respondió el, limpiándose los ojos por las lágrimas de risa que tenía. – Soy Kolhun Ecoema – Creí que estaba mintiendo por tener un nombre tan raro, pero mi chip me dijo que esta vez sí era en serio…
- Pues un gusto, Señor profesor doctor Kolhun. – Respondí haciendo una reverencia de caballero, como se solía hacer hace más de 1200 en aquella que llamaban edad media.
Apenas empezar y podría decir que encontré a mi primer amigo en este viaje… O bueno eso creo, el tipo a pesar de que no se calla, parece ser buena persona, veamos cómo termina siendo esto tras un mes de estarlo viendo básicamente diario…