Gracias a ese gran agujero que la pared teníamos una enorme ventana por la cual salir y gracias a la anti-gravedad la caída simplemente no importaba. Les hable a los demás para contarles lo que había encontrado y al llegar al sitio donde trepamos desde un inicio al techo no había alguien, incluso Ikoru o Fabiola, me hubiera asustado de no ser porque aquella jauría aún se encontraba allí
- ¿Dónde están? – Comencé a gritar, pero nadie me respondía. - ¡Eh! – Dije por una última vez.
Al no recibir respuesta de absolutamente nadie, comencé a preocuparme un poco, avance por aquel pasillo del que había venido y di una vuelta a la izquierda al haberme yo ido antes por la derecha; me sorprendía que el suelo se viera tan destruido pero el techo así de estable, era como si estuviese en un cuento de fantasía donde todo es posible, hasta llegue a pensar que esto era simplemente una historia escrita por algún sujeto allá por el 2020… Pero eso sería imposible, esto es la realidad no hay duda de ello… lamentablemente.
- ¡Donde están! – Repetí con más fuerza, pero nuevamente no obtuve respuesta.
En esta ocasión si comencé a asustarme y apresurando el paso comencé a verificar todas las habitaciones que se veían, el edificio parecía ser uno departamental pues algunas puertas llevaban a un mismo pasillo y otras a una especie de casa para pocas personas, no era demasiado grande y eso era lo que más me intrigaba. ¿A dónde se pudieron haber ido siendo que no es tan extenso?
- ¡Salgan de donde estén! – Mi voz aunque no quería, comenzaba a romperse, nuevamente parecía que estaba solo, y lo que es peor no entendía por qué.
- ¡Acá! – Dijo una voz familiar a lo lejos, proveniente (creo yo) de un departamento contiguo.
Al escucharlo no lo pensé dos veces y comencé a correr hacia el sitio, al llegar abrí la puerta que estaba entreabierta y los mire a todos descansando en unos sillones muy bien cuidados.
- ¡Por qué no me avisaron! – Grite molesto.
- Tranquilo, estamos bien. Genaro encontró este sitio y como no podíamos salir por donde llegamos decidimos mejor descansar. – respondió muy tranquilamente Fabiola.
- ¡Creí que algo había sucedido! – Volví a decir con una voz aún más molesta.
- ¡Espera!, no te enojes. – Interrumpió Ikoru, intentamos buscarte pero nadie se fijó para donde habías ido y como estamos encerrados pensamos que eventualmente nos encontrarías y pues, aquí estas. Mira, estamos todos bien. – Dijo señalándose a sí misma y a los demás. – Siéntate y relájate un poco…
- Encontré una salida. – Respondí a lo que decía sin moverme de la entrada y aun un poco molesto.
- Vamos. – agregó Hernán levantándose de su sillón, sacudiéndose un poco el trasero y caminando hacia afuera.
Todos hicieron exactamente lo mismo, y en el mismo orden y después caminaron hacia afuera.
- No entiendo cómo pueden estar tan tranquilos después de todo lo que ha pasado. – Les cuestione a todos por su forma de actuar.
- Porque estamos juntos. – Me contestó Fabiola con mucha calma y sonriendo al final sin prestarme más atención.
Con su respuesta quede un poco satisfecho y sin ganas de querer pelear aún más avance hacia el sitio donde estaba el agujero en la pared; al llegar todos activamos la anti-gravedad y bajamos a la superficie y posteriormente comenzamos a caminar una vez más hacia donde el mapa indicaba.
Tras mucho tiempo de camino llegamos por fin al destino, era un sitio exageradamente grande, aún más grande que las plataformas de aterrizaje y despegue de los transportes inter-planetarios y en el centro del todo se veía claramente un holograma informativo que giraba con lentitud y mostraba un símbolo que todos conocen. Un gran escudo de metal siendo abrazado por unos grandes brazos, por la parte superior de los brazos un sol que arde con fuerza y por la parte de abajo una G y una S de color azul marino; estábamos en una de las bases de la Guardia Solar aquí en la tierra. Si he de ser sincero jamás había estado en una, ya que su ubicación no es conocida por muchas personas, no es un secreto la localización de las mismas, pero es algo que en realidad nunca había preguntado (o quizás muy pocos) y esto solo revelaba que el pasado de Hernán no era una simple historia para levantarme los ánimos o entenderlo…
- Iremos hacia allá. – Dijo Hernán señalando a la izquierda y al fondo de básicamente todo el sitio. – Las naves que buscamos deberían estar en un bunker subterráneo en esa dirección.
- ¿estás seguro? – Contesto Ikoru sin poder sostenerle la mirada por lo malhumorado que siempre se ve. – Todo este sitio está muy destruido… Dudo que haya quedado algo con vida, además seguramente esta infestado de Saturnianos…
Hernán no respondió y en cambio busco la mirada de Ikoru, se colocó de frente a ella y la miro sin parpadear por varios segundos, ella evidentemente se incomodó y simplemente dijo.
- Vale, vale… ¡Ya entendí!, tu mandas. – al termina de hablar se fue detrás de todos y se limitó únicamente a vernos.
Quizás hubiera sido lindo que la defendiera de aquella mirada, pero siendo sincero creo que le tengo más miedo yo a Hernán que Ikoru… después de todo son contadas las veces que he hablado con el directamente. Fabiola se hizo hacia atrás con Ikoru y a lo lejos pude escuchar que hablaban pero no podía escuchar con claridad, solo alcance a escuchar: “Tranquila… sitio… atacado…mucho…atrás” Hilando esto supongo que dijo algo sobre que este lugar seguramente si estaba abandonado, solo nos restaba encontrar aquel sitio que Hernán mencionó e irnos de una vez por todas; y seguramente será a Marte pues como han dicho estos últimos días: Marte es de momento el único lugar seguro en todo nuestro sistema solar; la base de la Guardia Solar era gigantesca y aunque estaba muy maltratada y con indicios altamente visibles de que hubo una gran pelea, todo era realmente impresionante, solo de verla así me imaginaba como era antes de que todo esto sucediera, había varias naves de ataque con agujeros de balas en casi todos lados y por su tamaño supongo que 5 personas entran perfectamente, quizás incluso para eso estaban diseñadas.
Justo como Hernán dio a entender con su atemorizante mirada todo este sitio estaba completamente solo, no había ni una sola cosa y por curioso que parezca cualquier persona pensaría que estaría repleto de los cuerpos de los miembros de la guardia solar, pero tampoco se encontraban, ni siquiera aquellos que cayeron en combate de los Saturnianos, era como si simplemente hubiera sido un sitio abandonado desde hace muchos años… Al llegar a donde el mapa indicaba no se veía más que solamente tierra en los alrededores, cuestione sobre si Hernán en verdad pensaba que aquí estaba aquel bunker que menciono antes, ya que no se veía algo por donde entrar o alguna terminar para que las puertas se abrieran, en cambio y como mencione era solamente tierra, ni siquiera pavimento, literalmente pura tierra.
- ¿Es aquí? – Pregunto Fabiola, evidentemente comenzó a sospechar del estado mental de Hernán.
- No. – Respondió el con total tranquilidad, es por allá. – Agregó avanzando a la derecha hacia la nada…
Todos nos quedamos quietos viendo como aquel tipo caminaba literalmente hacia ningún lugar, de pronto se detuvo en seco y comenzó a patear el suelo como queriendo sacar algo, nadie se movió y todos le mirábamos con curiosidad, “tal vez se volvió loco…” Dijo Ikoru en tono bromista, “¡Nah!” Respondió Genaro haciéndole una mueca, tras varios segundos Hernán se detuvo, se agacho al suelo y metió su mano por completo no se en donde… Comenzó a intentar jalar algo pero era como si no pudiera, parecía ser muy pesado, Genaro fue corriendo a ayudarle y sin pensarlo lo seguí. Al estar allí vi que Hernán tenía el brazo metido en una ranura del ancho casi perfectamente de su brazo, Genaro lo tomo por la cintura y comenzó a jalarlo, yo me coloqué detrás de Genaro y me puse a jalarlo también todo para lograr que Hernán sacara el brazo y algo en el suelo crujiera… Era como si un mecanismo se hubiera encendido.