Rose Lewis:
- Sal de aquí. - Murmure lento, golpeando mi aliento contra su mejilla.
Ella negó.
Sonreí.
- No me separare de mi novio. - Alce ambas cejas.
Fingi sorpresa por su tono firme.
- No te estoy pidiendo que lo hagas - me burle -, simplemente te lo estoy ordenando, Gruber.
Fruncio el ceño enojada.
- Nadie me da órdenes. - Alzó su cabeza.
Reí.
- Ya veremos. - Di un paso atrás dándole una última calada a mi cigarrillo.
En un rápido movimiento me la acercó pegando el cigarrilo en la pared. Cerca de su brazo.
Su cuerpo tembló debajo mío.
- ¿Q-qué... ?
- Vamos, cariño. - Susurre en su oido -. No me dejes ser mala contigo - roce mis labios en el lobulo de su oreja -, no quiero que te asustes.
- Alejate.
- ¿Por qué lo haría?
- Sólo hazlo.
- ¿Asustada? - Pregunté -. Mi lindura tiene tus garras en su hermosa piel pálida.
- El le dijo a Cole que me dejará.
Aleje mi rostro haciendo que la vea fijamente.
- ¿Y? - Me burle -. Hizo bien mi Lindura.
Sus manos subieron hasta dar con mi cuello apretandolo.
- Cole no puede dejarme. - Apretó más su agarré.
Me quedé quieta viendo su rostro rojo.
Subí mi mano hasta su cuello he hice lo mismo.
- N-nunca te toqué.- Apreté mi agarré igual que el suyo.
- S-suelta.
Negué.
Le di un rodillazo en su abdomen lo suficientemente fuerte para que me soltara y se tirará al suelo adolorida.
Tosi masajiando mi cuello.
- Fueras apretado más fuerte.
Ella me miró desde el suelo.
Su rubio cabello estaba desordenado y su rostro rojo.
- ¿Qué quieres?
- No te quiero cerca - murmure lento, casi saboreando las palabras -, puedes irte me ayudaste mucho en responder mis preguntas.
No tuve que repetirlo dos veces.
Anne Gruber ya había salido lo suficientemente asustada.
Recargue mi peso en una pierna.
- Señorita. - Michael inclinó su cabeza respetuosamente.
- Michael. - Hice lo mismo.
- El joven Izan quiere hablar con usted.
Mordi mi labio observando la vieja puerta cerrada.
- Déjalo pasar - lami mis labios -, por favor.
Fui hasta el escritorio agarrando mi cartera de ahí.
Vi la hora del teléfono.
2:43 pm.
- ¿Rose? - Me giré viendo ha Izan .
Este se acercó lento hacia mi. Cuidando de sus pasos, casi podría decir que no se me quería acercar.
Fingi una sonrisa.
- Lo siento por venir sin avisar. - Masajie mi cuello adolorido.
Mi lindura parpadeo lento ha mi dirección dándole un leve vistazo a lo que estaba haciendo.
- ¿Qué...? - Alce una mano, callandolo.
- No paso nada.
- Y-yo...
- Lindura me encantaría hablar contigo hoy pero voy tarde ha una reunión. Tienes mi teléfono cuando quieras hablar conmigo sólo llámame. - Le di un rápido beso en su nariz -. Micahel estará cuidando de ti.
- Pero yo quería hablar contigo hoy. - Le regale una sonrisa.
Con cuidado pase mis dedos por su mejilla bajando lentamente por su cuello haciendo estremecer. Roce mis uñas en su playera y con cuidado fui hasta su brazo.
Unas marcas estaban ahí.
Roce mis dedos ahí.
Sentí como cogía aire.
- Mañana lo haremos con calma - prometí -, dile a Cole que también queiro hablar con el.
Izan Harrison:
Movía mi pierna nerviosamente debajo de la mesa.
Rose estaba al frente mío concentrada en lo que decía la carta de la cafetería. Su ceño se encontraba fruncido y sus ojos azul y café estaban concentrados en la carta.
Ella me dio un rápido vistazo sonriendo un poco, pillandome que la estoy observando muy fijamente.
- ¿Ya sabes lo que pediras? - Asenti sin mirarla.
Saque mi teléfono de mi bolsillo delantero.
- Lindura - alce la mirada confundido -, la señorita te está preguntando algo. - Señaló a la joven quien estaba parada con un pequeña libreta.
- Disculpe ¿Qué decía?
Ella me regaló un pequeña sonrisa.
- Su orden por favor.
- Un té frio y un pedazo de pastel de chocolate.
Ella asintió escribiendo rápidamente.
- ¿Nombres?
- Izan y Rose. - Respondió por mi Rose.
Con una pequeña inclinación se fue diciendo que pronto llegará nuestras órdenes.
Prendí mi teléfono de nuevo usándolo debajo de la mesa.
- Lindura - casi podría decir que Rose está frustrada -, te estoy preguntando algo.
- Disculpa. - Frunci el ceño.
- ¿Qué es lo que querías preguntarme? - Su nariz se encontraba fruncida igual que sus labios.
Le escribí un adiós a Luz.
- ¿Yo?... Oh, yo. - Asenti -. ¿Q-qué paso con Anne?
Me acomode mejor en la silla.
Ella alzó ambas cejas he se inclinó en la mesa.
Obsevandome detenidamente.
- Te responderé si tú me dices por qué me estás ignorando.
Hice un mueca.
- Luz me estaba preguntado algo. - Respondí -. Ahora tú.
Rose ladio su cabeza claramente enojada con mi respuesta pero no dijo nada.
- Sólo le hice unas preguntas. - Sonrió apenas.
Frunci el ceño.
Anne se ha comportado extraño hace dos días. Sólo habla con Cole y cuando pasa al lado mío choca su hombro con mi brazo.
Podía sentir su mirada como unas cuchillas estos dos días.
Ahora tenía otra chica quien me odia.
Morgan y Anne.
¡Yo no hice nada!
- Su cuello tenía marcas. - Susurre.
- Igual que el mío.
Me quedé en silencio.
Tenía muchas cosas que decir y por algún motivo no salían de mi boca.
Ella lo noto.
- Lindura sabes...
Nuestros nombres eran anunciados en un altavoz.
Ella me indicó que me levantará.
La seguí hasta que se paró en el mostrador de la cafetería y pago por las cosas.
Rápidamente la ayude con el capuchino y mi té frío.
Ella agarró una bolsa quien adentro tenía el embace con mi pastel.