De Nuevo Tú

Capítulo 17

Sus miradas se conectaron, la de ella era de odio y desprecio hacia él. Derek en cambio. Su mirada era seria, fría ocultando la preocupación que sentía, de lo que podría ocurrir de aquí en adelante. Tenía algo importante que proteger y eran sus hijas, ahora que había regresado a esta ciudad debería tener más cuidado.

Se paró frente a ella –no tienes derecho a mirarme así –dijo Ana.

–¿Y cómo debo mirar a la loca que casi hacen que me maten? –dijo directo.

–¡Loca! –se levantó furiosa. Levanto la mano para cachetear a Derek, pero se detuvo. –Agradece que estas herido, de lo contrario te haría girar la cabeza.

–Lo dudo –dijo bajo para que no escuchara.

–¿Para qué querías verme? –pregunto.

–Sabes a lo que me refiero. –ella lo miro –mi presencia aquí no es buena, eso lo tengo claro.

–Lo sé. Pero también es buena para mí –dijo Ana.

–Escucha –dijo fuerte Derek –no me interesa los problemas que tengas conmigo, queda entre nosotros y nosotros nos divertiremos con ellos, pero… –hizo una pausa dando un paso más a ella –no quiero que involucres a mis hijas. Queda claro –su voz era más severa.

Ana lo miro noto la preocupación detrás de esa mira fría que le proporcionaba, pero ella quería lastimarlo por lo de Luis –tú no tienes voz para decirme que hacer. Bien puedo hacerles una visita y contarles la clase de hombre que eres –amenazo Ana.

Derek cambio su expresión y se acercó más a ella –¿Y qué clase de hombre crees que soy?

–Un miserable, un asesino que mato a mi novio y engaño su novia –contesto Ana.

–No sabes nada. sigues siendo la misma niña caprichosa de papi, que solo quiere llamar la atención. Si tú quieres creer esas tonterías hazlo. Pero no te metas con mis hijas –fijo más su mirada.

Ana estaba molesta hervía de la ira –no te me acerques –lo empujo al sentir su cercanía –vas a pagar por lo de Luis.

Derek exhalo –haz lo que quieras por ese idiota –termino la frase y la mano de Ana impacto en su rostro.

–Nunca te dirijas de esa manera a él. Tú no eres igual a Luis –dijo marchándose del parque.

–Tienes razón no soy él. Yo soy Derek del Hierro. Niña tonta –respondió Derek. Ana regreso más molesta y comenzó a golpearlo – ya basta –dijo.

Pero ella siguió golpeándolo hasta que Derek tropezó cayendo al suelo con ella sobre él con sus miradas conectadas y a pocos milímetros que sus labios chocaran entre sí. Ana reacciono rápido poniendo su mano en el área lastimada de Derek haciendo que soltara un quejido de dolor.

–Lo siento –se levantó.

Derek se levantó y solo la miro marchándose del lugar volviendo a casa. Donde lo esperaba su familia.

Ana volvió también, estaba molesta por lo ocurrido. La enojaba que el culpable de la muerte de su novio se dirigiera así a ella. Entro hecha una furia dentro de la casa.

–Hija bienvenida –dijo padre.

Ella no lo escucho y continúo subiendo las escaleras, encerrándose en su cuarto. Empezó a perder el control llevo sus manos por su cabello.

–Idiota, patán. Eso es lo que eres. Eres… –se detuvo y el recuerdo de ella sobre él llego a su mente. Sus ojos la miraban igual que antes, pero su cuerpo le trasmitía un calor agradable. Talvez era lo único que no había cambiado desde aquella vez. –¿Por qué siempre me miras así? –se preguntó.

–¿Mirar? ¿de qué forma? –Jenny ingreso a su habitación. Ana no la noto al estar distraída.

–¡Jenny! –dijo algo exaltada –¿Qué haces aquí?

–Papá me envió a verte. No lo saludaste, viniste directo a tu habitación –contesto Jenny.

–Lo siento. Estaba… –no completo la frase. Tomo asiento sobre su cama.

Jenny se sentó a su lado –bueno, decías algo sobre. Mirar. ¿podrías decirme?

Ana miro a su hermana –No. Nada. lo que sucedió me tiene estresada –evadió la pregunta.

–Te refieres a la aparición de Derek –Ana la miro nerviosa –la verdad nunca pensé que volvería después de esa noche. Parece que le va bien en la vida. Esposa, hijas y trabaja en este proyecto en la alcaldía. ¡qué afortunado es!  

–A ella tampoco le va mal es una chef importante –comento Ana.

–Cierto. Ahora que lo dices. ¿Por qué no estuvo en el hospital acompañando a Derek? Es extraño –comento Jenny.

Ana lo recordó. Solo estaban sus hijas acompañadas de la señora y ese hombre junto a Derek, pero nunca observo a Nora junto a él.

–Bueno. No importa. Me voy a dormir tengo mucho trabajo mañana –dijo Ana.

En la alcaldía Derek trabajaba en el proyecto y a la vez que revisaba el que le importaba con la alcaldía el que iba permitir la llegada de más turista al pueblo, mientras más rápido terminara con esto, pronto estaría en casa sin correr los riesgos de exponer a sus hijas a la mirada de Lucio Salvatierra. Caminaba por el pasillo doblando en la esquina chocando con la secretaria del alcalde, dejando caer unas carpetas.




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