Caminando por la casa despreocupado y a la vez inquieto, se acomodaba la camisa arreglando el cuello, el momento había llegado dentro de poco se llevaría a cabo el juicio por la custodia de sus hijas y estaba convencido de que iba a ganar. Todo estaba previsto, mirándose en el espejo del corredor miro sus labios y por instinto llevo su mano tocándolos con el dedo índice, recordando lo que había hecho ayer.
Ese beso, los labios de Ana se quedaron grabados sobre los suyos y en su mente. Resoplo suave en voz bajo dijo –Ana.
–No creo que necesites arreglarte más –José Miguel apareció.
Derek volvió acomodarse la camisa –estoy listo –dijo retirándose del espejo, pasando de lado de José Miguel que soltó una risa suave y él volvió a mirarlo. –¿Qué es gracioso? –pregunto.
–Nada –dijo conservando la misma sonrisa acercándose a él dándole un golpe en la espalda –solo me preguntaba ¿Cuánto tardara? –se fue dejándolo ahí sin saber que responder y muy confundido.
Llego hasta el auto donde sus hijas y la señora Gaby esperaban para irse a la corte, sus hijas lo llamaron diciéndole que se diera prisa, mientras agitaban sus manos llamándolo. Entraron partiendo hasta la corte, donde a las puertas de la sala donde se iban a llevar el juicio ya estaban presentes Ana y toda su familia.
–Ana –dijeron las niñas al verla y corrieron abrazarla.
–Hola niñas. ¡Que gusto volver a verlas! –saludo Ana.
–Queremos preguntarte algo –dijo Eva.
Ana sonrió –Claro. ¿Qué es?
–¿Por qué papá…?
–Hola mis amores –la señora Carlota corto la pregunta de Eva. –¿Cómo han estado?
Las pequeñas se volvieron a verla, juntas moviendo su mano dijeron –hola.
–¿Qué sucede? No hay un abrazo para la abuela –pregunto la señora Carlota.
Derek observaba molesto, por lo que iba a intervenir siendo detenido por José Miguel y la señora Gaby pidiéndole que se controle, no podía causar ningún problema dentro de la corte. Lucio sabía bien esto por lo que intento provocar todavía más a Derek acercándose a sus hijas.
–Hola pequeñas. ¡Que gusto volver a verlas! –dijo Lucio.
–Me está provocando –dijo Derek.
–Hijo cálmate. Todo saldrá bien. De acuerdo –dijo la señora Gaby.
Las niñas lo miraron y tímidas le dijeron –hola.
–Ana podemos ir contigo y Jenny –dijo Sofía.
Ana asintió partiendo junto a su hermana y las niñas hacia un lugar apartado, dejando solo a dos grupos que iban a matarse entre ellos. Lucio se acercó hasta Derek, junto a su esposa y Alberto.
–Vas a perderlas Derek –dijo seguro Lucio.
–Eso crees –dijo en tono de burla.
–Derek –llamo la atención José Miguel.
–No tuviste oportunidad con Nora. Tampoco la tendrás con mis princesas –dijo Derek con el mismo tono,
Lucio cambio su expresión por una de enojo –eres un desgraciado. Maldigo el día en que te recogí de la calle. Debí haberte dejado, como el maldito huérfano callejero que eres.
–Si grave error –dijo Derek tranquilo, pero José Miguel tenía otro semblante en sus ojos brillaban con ira y sus puños estaba con ganas de impactar en rostro de Lucio. La señora Gaby estaba del mismo modo –y gracias a eso conocí al amor de mi vida y tuve dos hijas con ella –dijo triunfante Derek.
–Maldito –dijo Lucio dando un paso cuando escucho la voz de Jenny muy fuerte.
–¿ustedes qué? –dijo Jenny.
…
Las niñas se apartaron hasta el extremo del pasillo de la corte –No me gusta este lugar –dijo Eva. –¿Por qué tenemos que estar otra vez aquí?
–Es por un asunto importante –dijo Jenny. –hoy será el último día.
–Tu eres muy bonita –dijo Sofía a Jenny.
–Gracias –respondió Jenny.
–Cuando nos visitabas, pensamos que creías enamorar a nuestro papá –continuo Sofía.
Jenny sonrió con algo de vergüenza –pero no sucedió, lo que paso con Ana –intervino Eva.
Ana se sonrojo, sintiendo mucha vergüenza –¿Qué sucedió con Ana? –pregunto Jenny.
–No, nada –dijo Ana nervioso.
–Ellos se besaron –dijo Sofía sonriendo. –Fue tan lindo, ¿Verdad Eva?
–Si –contesto su hermana.
Ana no sabía que decir, el rubor en sus pómulos la delataban y Jenny no decía nada hasta que, pudo formular la pregunta –¿ustedes qué? –dijo alto llamando la atención de los presentes en el lugar, que regresaron a verlas. –Ana… –al mirar a su hermana y lo ruborizada que estaba se centró en las pequeñas –haber niñas. ¿es cierto lo que dicen? –pregunto.
Ambas asintieron –sí, papá la beso, porque…
La puerta de la corte se abrió dejando ver al oficial de la corte interrumpiendo a Eva –los delegantes del juicio 678 ingresar a la sala.
Todos empezaron a ingresar mientras Jenny sujeto a su hermana –me tienes que contar eso del beso Ana –dijo Jenny ingresando dentro de la sala junto a su hermana.
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Editado: 03.08.2023