De popular a nerd.

Capítulo 24.

A la par de que tomé las cosas en mis manos comencé a caminar a paso firme y desganado, me sentía decepcionada, feliz por Lily pero realmente mal por mí porque tres años esperé para mi último baile, mi baile de fin de cursos, mi baile de graduación, siempre pasé viendo películas en las que era una velada perfecta y que se disfrutaba al máximo pero siendo realistas, éste no era mi caso.

Mi pareja de baile se encontraba charlando con sus amigos de quien sabe que cosa, mi mejor amiga se divierte con el hermano gemelo de mi pareja de baile, y yo estoy sola caminando y abriéndome paso entre tanta gente, comenzaba a sentirme desesperada, sólo quería poner un pie fuera de este gimnasio.

- ¡Julie! ¡espera! - Escuchaba la voz proveniente de Brice plantador de chicas, pero no dejaba de avanzar, no me quedaría más tiempo. Me tomó de la muñeca un poco fuerte para que parara y después aflojó ya una vez que nuestros ojos tenían contacto.

-No quiero escuchar ni una excusa más

- ¿Acaso no te divertiste? - Solté una carcajada.

-Claro, me divirtió tanto ver como hablabas con tus amigos

- ¿Es por eso Willys?

-Sí, es por eso… Me abandonaste como si fuera un par de zapatos viejos que ya no quieres usar nunca más

-Sólo les contaba lo maravillosa que eras

-Oh vaya sorpresa…

-Nadie se mueva- El subdirector había hablado por medio del micrófono, todos acataron a lo que había mandado- A petición de un chico del plantel la siguiente canción es dedicada  a alguien muy especial para él- De un momento a otro los reflectores me encendieron cual árbol de navidad siendo inagurado. Cubrí la luz intensa que golpeaba contra mis ojos sólo con mi mano derecha.

-No tienes que hacer esto, me tengo que ir- Le dije a Brice, di media vuelta por quinteaba vez para salir.

-No fui yo, lo juro- Giré la cabeza a la par de que la gente se dispersaba a los lados y daba espacio formando un camino hacia el otro lado del salón.

Caminé entre la gente con el ceño fruncido y mi cara en alto, entonces lo ví, lo ví iluminado por otro de los reflectores, la luz me perseguía mientras caminaba a un paso más constante y rápido, la canción lenta había comenzado. Thausand Years de Christina Perri. Nuestra canción, no pude evitar sonreír haciendo que él también sonriera, nuestras miradas se conectaron y esos ojos color miel que tanto extrañaba me devolvieron a la vida. El camino me parecía ser eterno, sólo quería llegar a él y decirle cuanto lo había extrañado, quería contarle todo y aburrirme con sus pláticas de las tantas conferencias que pudo tener.

Mi cuerpo se lanzó sobre él y al mismo tiempo aquel sentimiento y necesidad también lo recibía por su parte, y lo abracé. Lo abracé con tanta fuerza que podría haber dejado de respirar, pero no lo hice. Había pasado tanto tiempo que su olor ya no divagaba dentro de mí, había pasado tanto que su sonrisa ya no venía a mi mente cuando usaba aquel brazalete de perlas blancas tan bien pulidas que tu alma se podía reflejar en ellas.

Nos separamos lento y nos miramos directamente a los ojos, esos ojos cafés claro que necesitaba en este momento.

-Te extrañé demasido, Julie- Confesó.

-¿Qué tanto?- Respiró.- Fueron unas semanas muy largas

-No se puede expresar en número- Reí.- ¿Quieres… te gustaría… me harías el honor de… Baila conmigo Julie Willys, por favor- Rio, su piel pálida estaba algo sonrojada al igual que la mía.

Tomé su mano y la otra la coloqué en su hombro, él colocó su mano en mi cintura y unos segundos después su otra mano también. Entrelacé mis dedos por detrás de su nuca y me apegué a él, me aferré queriendo que este momento jamás terminara. El sonido de piano que provenía de la canción me hizo recordar aquella vez que tocamos juntos en su casa, aquel día que admitimos nuestros sentimientos en el parque, aquel suceso histórico de que una pequeña roca disfrazada con nieve había aterrizado en mi cabeza. Sonreí y dejé que la canción me llevara a su ritmo.

La canción estaba por terminar, nos separamos nuevamente y nos miramos una vez más, mi mirada bajó y se concentró en el lugar que estaba un poco más arriba de su mentón.

-¿Sabes? Cuando te miré pensé en que tenía que conocerte pero temía que no quisieras salir conmigo- Me sorprendió que el líder de la sociedad de alumnos, el mejor de las clases y el chico del promedio perfecto me revelara eso.

-Yo cuando te vi, me dije a mi misma  “Ese chico es tan guapo, pero tan nerd”… Y veo que eso es lo que nos unió- reímos.

-La luna necesita un sol para brillar… tú eres mi sol- mis mejillas se encendieron, podría jurar que parecía un tomate enamorado.

-Es lo más cursi, científicamente hablando que me han dicho

-Tengo más frases como esa.- Susurró mientras acababa con el escaso espacio que nos separaba, juntó nuestros labios sellando este momento. La música, la canción, nuestra canción hacía que giráramos e intentáramos bailar al mismo tiempo, lento, juntos, haciendo que este momento se complementara sus labios tan suaves y sutiles hacían que este beso se volviera  algo necesario para mí, algo vital, su mano dejó de sostener mi cintura y subió hasta mi mejilla, nos separamos poco a poco, me acarició levemente y después lo abracé. Sabiendo que esto era el comienzo de algo bueno. Una persona que me quería como era, sin prejuicios y problemas. Una nueva vida. Una nueva identidad. Convirtiéndome en una chica que pasó de ser Popular a nerd.



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En el texto hay: comedia romantica, cliche, comedia romantica juvenil

Editado: 11.08.2018

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