De repente llegaste a mí

Alice

Entré a la recamara de aquel hotel, me quité mis tenis y mi abrigo. El viaje fue realmente largo y me dolía todo el cuerpo. Saco mi celular de mi bolsillo y me dejo caer en la cama. Acomodo mi rostro en la suave almohada y cierro los ojos por un instante haciendo que mi cuerpo sintiera estar volando por el cielo y estar en la comodidad profunda de las nubes.

Calvin nos había explicado que los trabajos iban a iniciar el martes y que tomáramos todo el lunes para descansar. Oh claro que debemos de descansar porque aquel viaje fue exhausto y verdaderamente estresante. Sentada por tanto tiempo en el avión es agobiante o al menos lo siento así... odio viajar, de eso estoy muy segura. De pronto escucho como mi celular entona su melodía típica de una llamada. Tomo mi celular y veo que Alice me llama. Allá deberían de ser media noche ¿por qué me estará llamando a esa hora?

—¿Hola? —pregunto llevando mi celular hacía mi oreja.

Hola, ¿Qué tal el largo viaje a San Bernardo? —pregunta Alice carismáticamente.

—Cansado, llegué hace unos minutos, ahora es que por fin estoy en cama. Me dormiré sin cenar, realmente tengo sueño, supongo que se trata por el cambio de hora. —le digo volteando mi cuerpo mirando al techo.

Lo más probable. En fin. Adivina a quien tengo en mi cama. Te daré pistas —dice burlonamente—Se trata de un hombre rubio castaño, muy musculoso, su pecho tiene unos sexys vellos que están para besarlos y demonios, se parece mucho al Capitán América...

—¿Qué hace Trevor en tu casa? —pregunto interrumpiéndola haciendo que esta riera a carcajadas.

¿Recuerdas cuando te dije que iba a salir con unos amigos a un bar? Suele ser que cuando fui al baño de damas, él entró al mismo por equivocación, el pobre estaba tan ebrio que ni se había dado cuenta. Cuando lo ayudé a abrirle la puerta, salió obviamente y después de unos minutos me percaté de que salía con Liam—dice Alice—Pero Liam es tan buen amigo, que se fue con una tipa al baño, Trevor salió y decidí llevarlo a su casa porque se veía muy mal.

—¿Qué tan borracho estaba? —pregunto sin poder creerlo.

Tanto así que se cayó al suelo. Lo tuve que tirar a mi auto para que fuera conmigo, pero se quedó dormido, lo traje a mi apartamento con ayuda del encargado de seguridad y bueno, aquí está. Dormido como un lindo bebé sexy. Se ve mejor en persona que en fotos —¿Trevor muy borracho?

—Me voy por unas horas y ya mi novio pierde la cordura—digo atónita—Por favor, levántalo cuando esté mejor. Mañana es su primer día de clases y no quiero que reciba un regaño.

Claro, claro. Aunque dudo mucho que se despierte esta noche, realmente está fuera de sí. Lo levantaré para darle un baño de agua fría. Te llamaré en un rato.

Me quedé un momento mirando el techo y siento un enorme vacío, cuando me gustaría haber ido a ese bar con Trevor y pasarla bien por un rato, después hubiéramos hecho el amor posiblemente en el baño. Sonreí imaginándome a un atrevido Trevor besarme el cuello mientras entráramos al cubículo del baño y en ese mismo lugar me hiciera el amor.

Era una lástima que no lo vería dentro de un mes y medio. Me pregunto si pudiera aguantar, digo, no podré tocarlo ni amarlo. Me entristecía un poco estar lejos de casa, echaré de menos a mi familia por un tiempo... aunque debería de dejar de sentirme así, creo que soy muy mayorcita por sufrir por ello.

Me levanto y me dirigí hacia mis maletas, pero entonces escucho como alguien toca la puerta. Ese debe de ser Calvin pretendiendo que salga de aquí. Me acerco hacia la puerta y la abro encontrándome con Calvin y una caja de pizza en su mano... al mirarlo me recuerda a Trevor, quien siempre hacía eso cada vez que me iba a visitar, algo que me causa un dolor punzante en el pecho.

—Me imaginé que no querías salir y por eso traje pizza. ¿Puedo pasar? —pregunta Calvin con una sonrisa, ¿Cómo puedo aceptar aquello?

—Gracias, pero me siento muy cansada por el vuelo. Pienso dormirme ahora, la verdad es que no tengo hambre.

—Entiendo, bueno... de todas formas quédate con la pizza. Estoy seguro de que sabe muy buena por las mañanas. Buenas noches—dice Calvin desilusionado pasándome la caja de pizza. Di un suspiro e intenté procesar su expresión.

—Bueno, una pizza no hará daño antes de dormir. Ven, pasa—lo invito a pasar mientras este emboza una sonrisa.

Este se sienta en mi cama mientras yo me dirijo hacia donde está un pequeño refrigerador. Al abrirlo me fijo que hay agua, té helado, cervezas y jugo. Tomo una lata de cerveza y una botella de té helado. Le paso la cerveza a Calvin, este abre la caja de pizza mientras me siento al frente de él. Ambos tomamos una porción de pizza, este me miraba con una sonrisa.



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En el texto hay: romance, amor, futbolamericano

Editado: 28.06.2019

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