Capitulo 4

¡Mi cielo!, Si llegaste -se acerca a darle un beso en los labios a su novio, así siempre era las cosas, ella tenía que tomar la iniciativa.

¡Claro que íbamos a venir, y mas a ver a nuestras chicas! ¿cierto? Bro -miraba a Robert, en busca de apoyo.

-No le gustaba para nada, las maneras de afectos demostrativos por parte de la chica rubia de ojos azules, que en efecto era su novia, que además era la capitana de las porristas y muy popular del colegio. Pero lo aceptaba no tenía opción o ¿sí? Y con una forzada sonrisa, respondió a su amigo- obvio que no podíamos faltar, por nada del mundo me perdería el partido de fútbol, y mucho menos, ver a mi chica y a tan lindas compañeras que conforma la porra– voltea su mirada, para la chica de cabellos rojizo, de ojos color celeste, novia de Wayne.

Ay tu como siempre de halagador Robert-dijo la chica de cabellos rojizos.

¡Ay mi cielo!, Tu como siempre, todo un amor- se colgó del brazo de su novio y le dio otro beso.

Ey no sean tan malo, comen pan enfrente de los pobres jejeje-logro decir Wayne ante la manera de besos que la chica rubia le proporcionaba a su amigo.

Si, ya sabes cómo son ellos de amorosos. Además, nosotros también podemos hacerlo, mi amorcito- mencionó la rojiza a su novio.

¡cierto mi vida!, por eso te amo, porque eres un genio – le da un beso en su mejilla.

Creo que allá les hablan, a estas hermosas chicas- Robert señalaba con su mirada para las demás porristas.

Es cierto, ¡hum!, ni modo, tendré que dejar a mi guapo novio, espero que no te pierdas ningún detalle de nuestra porra, ¡mi vida! - dándole otro beso, y posteriormente se aleja para decir algo- ¡ah! y Wayne, te encargo que cuides que ninguna lagartona se le acerque, cuento contigo.

¿Qué?, ¡Ah, claro! por su puesto

Nos vemos luego, mi amorcito- y la rojiza le da un beso en la mejilla, luego le da una sonrisa al chico castaño de ojos café que es su chico, y posteriormente voltea su mirada para el otro chico, novio de su mejor amiga, quien es un rubio de ojos color miel - adiós Robert, te encargo a mi encantador novio.

¡Si, claro!, que yo lo cuido. No te preocupes Alexa -dijo el chico rubio

¡Adiós mi cielo!, mucha suerte y animo para nuestro equipo- el chico castaño sosteniendo ambas manos con sus pulgares hacia arriba en modo de apoyo.