Hoy es el primer día de clases, otro año en la secundaria de Lecxaro, pero esta vez no conoceré a nadie en mi nueva aula ,por lo cual estoy muy nerviosa. Mi nombre es Jessica y vivo con mis padres y mi hermano menor. Podría vivir sola, pero los prefiero tener cerca a mi familia, aparte de que soy muy torpe y no duraría viviendo sola.
— Hija, deje el almuerzo sobre la mesa para que lo lleves a la escuela— Dijo mi madre mientras ayudaba a mi hermano a vestirse.
— Iré a cambiarme de ropa y luego me voy— Subo a mi cuarto y no me doy cuenta de que estaba por llegar tarde, el tiempo paso muy rápido así que salí corriendo hacía la escuela, el primer día no podía llegar tarde.
Una vez allí no sabía donde sentarme, todos parecían conocerse entre ellos. Luego de encontrar un lugar me percato de que me olvide mi almuerzo y eso que mi madre me dijo que no me lo olvidara. No se que voy hacer ahora.
Pasaron unos minutos y un chico se sentó junto a mi, en la mesa que estaba justo alado mío, nose por que, pero parece que me está mirando ¿Será que este lugar ya era de alguien? La verdad no lo sé, quizás lo estoy molestando de alguna forma.
A medida que pasa la clase me encuentro con un problema, no traje mi borrador y me da mucha vergüenza pedírselo a alguien, así que miro de reojo al chico que está sentado alado mío, pero no me animo. Así estuve un rato hasta que prefiri pedírselo de una vez, para que no me mire como bicho raro.
—Pueden sacar sus almuerzos— Dijo el profesor, yo no sabía que hacer, hasta prece que le Di pena al chico que se sienta junto a mi por que me ofreció de su comida. Parece que es amable ,quizás luego le pregunte su nombre.
Es tiempo del receso y decidí ir a mi santuario, la biblioteca, era el único lugar en toda la escuela que me hacía sentir cómoda y con una tranquilidad impresionante. Me puse a leer algunos libros para no aburrirme, estaba totalmente sola en la biblioteca, bueno... no del todo.
— Hola Jessica — Me dijo alguien.
—Hola, ¿Cómo sabes mi nombre?— Respondí.
— Acabo de hablar con tu compañero para que desactivien el reactor del Palacio.
— ¿De qué estas hablando?
— No tienen mucho tiempo.
—...
— Se que ahora no entiendes lo que te estoy diciendo, pero conozco tu secreto ¿Cómo puedes llevar esa carga? Ese bosque oculta muchas cosas.
— ¡¿Cómo sabes lo que pasó en el bosque?!— Ya me estaba alterando— ¡¿Quién eres?!.
—Encuentrame detrás de la escuela a la salida del colegio y te explicaré todo. — Luego de eso, el sólo se dio media vuelta y camino hacía la salida.
No entendía lo que estaba pasando, pero si el sabía lo que estoy pensando será mejor que le crea. También dijo algo sobre un compañero, mientras más lo pienso más complicado se vuelve.
— Hola Jessica— Era mi amiga Sofía que entró a la biblioteca.
—Hola amiga, que pena que estemos en salones separados.— Le respondí con una mueca triste.
— Sí, es muy triste, pero tengo una buena noticia— Dijo mientras sonreía.
— Yo también tengo una noticia, pero tu primera.
—Tomas, un chico de tu clase, me invito a salir mañana, estoy nerviosa, nunca había salido con nadie.
— Felicidades, espero que la pases bien.
— Eso espero, ¿Qué me ibas a decir?
— ¿Le contaste a alguien sobre ese noche en el bosque?
— Claro que no, no se lo conté a nadie ¿Por qué preguntas? ¿No confías en mi? — Si ella no había sido, entonces como sabía ese chico sobre eso.
— No es que no confíe en ti, sólo que...
nada, olvidalo— Decidí no contarle, no quería proucuparla con tonterías.
Cuando terminó el recreo, volvimos todos a clase.
—Oye, ¿Cómo te llamas? —Preguntó el chico junto a mi.
— Soy Jessica— Le respondí.
— Yo me llamo Alex, un gusto
— El gusto es mío— Le iba a preguntar su nombre yo, pero se me adelantó.