~ D-13 ~
Hanna.
Dedico arriesgarme en este momento, contando todo sobre mi. Desnudando mis miedos, temores y tristezas. Lo que pase hoy definirá todo.
—Ahora te contaré la otra parte de mi historia, aquella que solo supieron mi abuelo y mi madre, pero que yo presencié de primera mano. Así que retrocedamos unos meses atrás, antes de lo que te acabo de contar, ¿Ok? —pregunto, él asiente. Decido mirar al frente para poder contar mejor esto. —Tuvimos unos vecinos al frente, al inicio solo era un señor que trabajaba la mayoría del tiempo pero luego llegó su familia. Su esposa y sus dos hijos. El mayor era un adolescente y el otro era menor que yo por unos dos años.
» Esto es un poco vergonzoso de contar pero... Tuve un crush con el hermano mayor —río. —Yo no tenía planeado acercarme a la familia de los vecinos, no era tan buena haciendo amigos y los hijos tenían edades diferentes a la mía así que nunca consideré hacerme amiga de alguno. Los adultos siempre se saludaban entre sí cuando se veían y el hermano mayor ayudaba mucho a los ancianos o jugaba con los niños del vecindario. Todos ellos eran muy buenas personas.
» Luego ocurrió lo inesperado, para mi... El hermano menor iba a mi escuela y un día al salir él me habló. Yo al inicio ni siquiera entendía por qué un niño me hablaba como si tuviéramos la misma edad cuando incluso yo era más alta que él. Que grosero —me río pero siento la opresión apareciendo en mi garganta, carraspeo y continúo: —Pero luego apareció su hermano para irlo a buscar y ahí fue cuando supe a quien tenía al frente. Me gustaría decir que aproveché la situación para estar más cerca de mi crush, pero la realidad es que ni siquiera quería hacerme amiga del niño porque me sentía muy tímida al frente de su hermano.
—Pero el niño insistió —dice D4. Algo en su voz hace que voltee a verlo y casi me quedo sin aliento por la intensidad de su mirada. —Al final se volvieron muy buenos amigos... ¿No?
A mi mente vuelven las palabras que me dijo el señor Universo, el falso Minjun, sobre D4 siendo Myeong-Seok. La forma en como me mira es como si hubiera reconocimiento en ellos o tal vez esté imaginando cosas por mis ganas de recuperar a alguien que llegué a perder.
—Si, fuimos muy amigos —le contesto —Pasamos mucho tiempo juntos en los ratos libres, también iba a su casa cuando mis padres se ponían a discutir. Su familia me cuidaba y trataba como si fuera otra hija, era lindo. Pero luego, un día, ese niño me dijo que le gustaba, no lo dijo realmente pero las palabras que decía y su comportamiento eran siempre indirectas o directas que no captaba de inmediato pero al pensarlo detenidamente, ya tenían sentido.
—¿Lo rechazaste? —pregunta, yo asiento.
—Tenía que. A mi me gustaba su hermano, veo mal el aceptar los sentimientos de alguien cuando aún tienes los tuyos por otra persona.
—Pero el hermano era mayor que ustedes, ¿No eras consciente de que jamás te haría caso al tener tal diferencia de edad? Sin contar que también eras la mejor amiga de su hermanito, no creo que él se hubiera atrevido a quitársela —exclama alterado. Me ofendería pero es algo que ya pasó hace muchos años y verlo todo indignado es divertido.
—Era una niña con pensamientos inocentes de niña, no la culpo por gustar del hermano, era muy guapo, amable, gracioso y alto —me limito a decir y D4 rueda los ojos y me quita sus brazos de encima. Río por lo bajo cuando se cruza de brazos y hace un puchero. —¿Me dejarás contar mi historia o seguirás resentido por algo que ya pasó?
—Ya sé lo que pasó —dice y mi sonrisa se va desvaneciendo. ¿Qué dijo? —Hace unos días atrás le estaba pasando algo al hilo y por instinto lo toqué a pesar de que B1 me dijo que no lo hiciera —cuenta cuando ve la confusión en mi rostro. Se descruza de brazos y lanza un profundo suspiro. —Pasé inconsciente, o dormido, por horas y tuve alguna especie de visión difusa de una vida que no conocía ni comprendía... Pero ahora tiene más sentido —me mira de una manera que no puedo identificar, más tengo un deja vü de esta misma mirada en alguien más pequeño.
En Myeong-Seok.
—Un día peleamos, te enojaste porque te rechacé directamente. Pasamos días sin hablarnos y yo no iba a tu casa aunque en mi casa las voces se alzaran y las cosas se rompieran —cuento en tono bajo y un nudo en la garganta. El silencio de la noche ayuda a que mi voz se siga escuchando con claridad —Cuando me encontraste en tu casa recuperando unas vasijas me seguiste hasta afuera... —Lágrimas se forman en mis ojos, los cierro y respiro hondo. Una lágrima cae sin que pueda detenerla, pero Myeong-Seok me la limpia cuando vuelvo a abrir los ojos —Querías disculparte y que siguiéramos siendo amigos pero yo ya no podía serlo porque... porque tú tenías un hilo atado —confieso. Myeong-Seok abre mucho los ojos.
» De un momento a otro me tomaste de la mano y ese hilo se unió a mí, me asusté mucho cuando lo vi, por lo infeliz que era mi familia desde que mi mamá tenía ese hilo atado con Nicholas, así que me sacudí, te mordí y te empujé sin querer... Yo, fue mi culpa que murieras —digo en un susurro ahogado. Myeong-Seok me abraza, le regreso el abrazo con un agarre más fuerte —Tu hermano, Minjun, apareció de pronto y trató de quitarte de el camino pero el conductor del auto, que luego nos contaron que estaba ebrio, aceleró y los atropelló. La ambulancia tardó un poco en llegar, había mucha sangre, mi abuelo y tu madre salieron por el ruido y mis gritos. Cuando se fueron al hospital a mí solo me quedaba quedarme en casa, yo era una niña y no era familia así que no podía estar presente. —tomo una bocanada de aire y trato de limpiarme un poco las lágrimas silenciosas que habían salido. Myeong-Seok no deja de hacer movimientos relajantes de arriba a abajo en mi espalda.
» Cuando mi mamá llegó a casa ya había pasado una hora desde el accidente pero yo seguía en shock. Mi abuelo le contó lo que yo le dije sobre el accidente. Ella trataba de consolarme y decirme que nada de esto fue mi culpa y que estaba aliviada de que nada malo me pasara, que ustedes se pondrían bien y los iríamos a visitar al día siguiente. Estaba convenciéndome, le creía... Hasta que vi el hilo en mi dedo, ese que no había dejado de tocar compulsivamente desde que desapareciste de mi vista en esa ambulancia, vi como fue desapareciendo de a poco hasta que ya no había nada, ya no sentía nada más que vacío y una profunda tristeza. —sorbo la nariz, me incorporo y limpio el rastro de lágrimas en mis ojos. Myeong-Seok no me suelta, solo deja caer los brazos hasta mis manos. —Moriste en ese momento, lo supe cuando el hilo desapareció.
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Editado: 24.10.2024