02 || Una invitación festiva y reencuentro inesperados.
Samanta
—No esta en discusión — la mire de reojo volviendo a mi laptop — ¿Me acompañaras a la fiesta? Ambas comprendemos que no tienes inspiración, la nota de voz ha bloqueado tus ideas, necesitas dejar de discutir contigo misma sobre que estragos pasaran en el capitulo 20, algo se te ocurrirá, eres Samanta Barreto aun no observo ningún detalle que te logre derribar. Entonces ¿Vendrás conmigo?
Aunque no quisiera aceptarlo Layla tenia razón, no tenia sentido quedarme posada en la silla observando la laptop sin realizar un solo movimiento. Desde la separación de Liam y Sonia, no he podido articular una sola palabra, y la nota de voz, solo me bloqueo todavía mas. Estaba consiente de que no he puesto un pie fuera de la casa excepto para las clases en la facultad, tal ves si necesitaba salir.
—¿Adonde vamos?—mencione enmarcando una ceja, solo espero que no sea un bar, la ultima vez, no resultó ser una buena idea.
Layla estaba frente a mi, con un rostro fatal, miedo y terror, era la mezcla en ello. Estamos en problemas, escucho unos pasos acercarse hacia nosotras pero todavía me aterra saber quien se oculta tras mi espalda.
—¿Qué has hecho?— esa frase le devolvió la realidad a mi querida mejor amiga y trajo consigo un escalofrió que me recorrió de la planta de los pies, hasta mi cabeza.
—¡Corre, Samanta!
Y allí fue cuando lo supe, estábamos acabadas, Layla marcho con apuro hacia la puerta y detrás de ella, me encontraba, asustada y temblando, me gire y lo observe justo ahí, corriendo detrás de mi, pisándome los talones.
Me paralice por completo, mis piernas se detuvieron por si solas, justo allí. A la vuelta de mi casa, Layla apareció detrás de aquel hombre fornido con la cubierta de un basurero en sus manos, lo golpeo fuertemente en el cuello, el terror me hizo temblar fuertemente y una ráfaga de viento me envolvió en una completa oscuridad.
Después de ese día, jamás volvimos a situar nuestros pies en un bar. Al día siguiente desperté descolocada y asustada, Layla me recobro la razón. Mi amada mejor amiga había estrellado su copa de vino con la vestimenta de aquel hombre, lo cual despertó su furia contra ambas. Y pensar que por culpa de un vino, casi termino pisada por un gigante.
—Sam, no volveremos a colarnos dentro de un bar, es una promesa — bajo la vista hacia el suelo, se sentía culpable por ello — en realidad un compañero de clases organizo una fiesta de inicio primaveral.
—Si, escuche de ello la mañana pasada — arquee una ceja — es mañana en la noche ¿No?
— Nos da tiempo de ir de compras — soltó un espeluznante grito de emoción.
Ir, ¿Compras? Acaso...No puede ser...
. . .
Escucho el grito irritable de Layla. Observo nuevamente el vestido a través del espejo, un vestido negro sencillo y poco extravagante, un escote en V, mangas largas. Admitiré que me gusta, resalta mis anchas caderas y mi cintura pequeña, es un poco reducido de largo, quedando en la mitad de mis muslos.
—Te queda perfecto, parece estar diseñado para ti — sonrió mientras aplaudía silenciosamente.
Retomo mi observación, confirmando estar segura de comprarlo. Sonrió, es la primera vez que utilizo un vestido tan exhibicionista, los nervios me invaden. Seguramente muchas personas fijaran su mirada en mi y me incomodaría.
—No permitas que el miedo o las personas te impidan ser tu misma, o que quieran cambiar tu vestimenta y tu forma de ser. Porque eso te hace ser quien eres, es tu esencia y tu transparencia lo que realmente importa.
El recuerdo de las palabras de mi madre me atrapan. Sonrío a través del espejo, realmente me observaba hermosa, no tenia palabras para elogiar mi belleza, es deslumbrante. Laila asiente con su cabeza repetidas veces, definitivamente esta creado a mi medida.
—Bien, marchamos a la búsqueda de tu vestido perfecto — Mencione caminando al pequeño cuarto dentro de la tienda.
Minutos después nos encaminamos a la profundidad del lugar, Layla observo detenidamente cada uno de los vestidos, sin embargo ninguno atrajo ni un mínimo de su atención. Conozco lo suficiente a Laila, para estar lo suficientemente convencida que siempre esta en búsqueda de lo mas alucinante.
Es extraño que seamos mejores amigas, siempre hemos tenido tantas diferencias que me parece sorprendente en la manera que las dos nos complementamos tan perfecta e imperfectamente No somos las mejores amigas inseparables o las que nunca tienen discusiones y diferencias. Lo único que se, es que Layla, puede ser fácilmente mi hermana de otra sangre.
— Dije que siempre sería tu amiga, realice una promesa y la voy a cumplir.
Nuestra frase representa nuestra unión, una unión que comenzó cuando una niña cabello castaño claro, choco su helado de vainilla contra mi camisa, cuando solo tenía 7 años.
«Siempre juntas, siempre fuertes, estaré para ti cuando estés apunto de caer, seré tu fiel amiga, de aquí a la eternidad»
Supongo que tuvimos una conexión mutua desde el inicio, una unión que ha prevalecido por años. Hemos enfrentado problemas y dificultades, pero nuestras amistad a perdurado y aguardo siempre ser su mejor amiga.
— Sam, observa allí — reitero acercándose a un hermoso vestido rojo carmesí — Oh, Dios, es precioso.
— No crees que sea ese el vestido perfecto para ti.
—Sin embargo no solo lo creo, ya puedo imaginarme con ese vestido — esbozo una sonrisa divertida mientras llamaba a alguien que bajara el vestido.
Me recosté en el sillón mientras Lay, corría al probador, estaba encantada con ese vestido, lo más probable es que sea el vestido más hermoso que haya visto, no me gusta mucho comprar, pero cuando se trata de Layla, es si o si