Un año después...
Ya un año y estábamos felices los dos.
Nos conocimos bien, y esa chica me hizo cambiar.
Y no es que me halla obligado o algo, no, ella me hizo abrir los ojos, que tomara decisiones que tuve que haber tomado mucho antes, pero no lo hacía por cobardía.
Gracias a ella pude decir "No" a lo que tuve que negarme mucho antes, pero no lo hice.
Personas diferentes...
Conocí a personas que si valen la pena tenerlas a mi lado y me valoran.
Ya no era visto como el malo de la historia, era visto por quien era en verdad, una persona normal que buscaba la felicidad y un futuro.
Me di cuenta de que, mi vida había mejorado gracias a ella.
-Te amo- dijo ella mirandome a los ojos.
-Y yo a ti. Nos sabes cuanto. No sé que sería de mi si tú no estás en mi...- puso en la mitad de mis labios su dedo
-Nada, porque no pienso alejarme de ti.
Sonrío.
Había encontrado a la mujer de mi vida, a la que despertará en las mañanas conmigo y me llenará el corazón de felicidad con esas hermosas sonrisas.
Sus abrazos eran los que me calmaban en mis momentos más turbios y sus sonrisas eran mi cura para un malestar. Osea era ella mi todo.
En los días lluviosos los dos nos quedábamos en la cama bajo el calor de las sabanas a ver películas, y cuando se quedaba dormida me quedaba mirando aquella carita llena de paz y luz.
Cuando se enojaba era muy tierna.
-¡Deja de decir eso!- se paro del sofá molesta.
-¡No entiendes que sin ti no puedo vivir!- me pare y grite con más fuerza
-¡No lo voy a hacer, no te voy a dejar!- grito y me miró con lágrimas en sus ojos- ¡Me tienes harta con eso!
Fui hasta ella y la tome en mis brazos, la abrasé aferrandome a ella como si no hubiera un mañana.
- No puedo vivir sin ti, mi vida- dije aun abrazándola.
-No te voy a dejar- me beso tiernamente.
-Te amo.-
-Te amo.-