Del odio al amor.

Capítulo 8 ¡Vacaciones!

Ya ha pasado una semana desde que salí de vacaciones y estoy súper contenta pues me despierto tarde y me puedo dormir a la hora que sea y como no me tengo que despertar temprano no me salen ojeras, aparte de eso ¿a quién no le gusta estar de vacaciones? Siempre que estoy de vacaciones me siento como una niña pequeña hoy es sábado son las 11 de la mañana aproximadamente y todavía estoy tendida en la cama esperando a que me den ganas de levantarme que creo que no llegaran —sonrío ante lo floja que soy— mi sonrisa se disipa cuando las ganas de ir al baño me invaden y tengo que salir literalmente corriendo para no hacerme encima cuando casi llego a la puerta del baño caigo de bruces al suelo pero no hay tiempo de quejarme por el dolor solo me levanto y cuando por fin llego al retrete me siento en la gloria, después de hacer todo mi aseo personal vuelvo a la habitación con una toalla alrededor de mi cuerpo, camino hasta la gaveta de ropa interior y me coloco un conjunto de Calvin Klein gris camine por toda la habitación en ropa interior pues estoy sola en mi casa las 4 chicas de limpieza no cuentan ni Amanda tampoco pues ella siempre están aquí, el hijo de Amanda; Jeremy no esta se fue un tiempo con su padre a New York y los trabajadores hombres no vienen ahora así que soy libre por lo menos en mi habitación de andar en ropa interior y cuando salgo solo me coloco un albornoz, como soy una comedora compulsiva apenas abro los ojos ya tengo ganas de comer algo así que agarro mi albornoz y pantuflas iba camino a la cocina pero sonó el timbre y me paralice en la mitad de la escalera, ninguna de las chicas de limpieza está cerca así que me acerco sigilosa a la puerta que no para de sonar y abro solo un poco la puerta para ver quién es y no puedo creer a quién veo me quede en el lugar casi sin parpadear ni respirar, él sonríe y yo sigo ahí sin hacer ninguna reacción. « ¿Cómo es posible que él esté aquí?» eso se repite una y otra vez.

— ¿No me invitas a entrar?— pregunta aun con su sonrisa.

—Ah… Yo— balbuceo y todavía no abro completa la puerta.

—Si no es buen momento no importa, me voy— su sonrisa seguía pero se transformó en una incómoda.

—No, no es eso es solo que... que necesito un momento— termino de abrir la puerta y él al ver mi vestimenta y darle una repasada giró la cara para mirar en otra dirección. —Pase—me hago a un lado y él entra. —Necesito unos minutos para arreglarme, por favor siéntase cómodo— él asiente y yo me voy corriendo por las escaleras hasta llegar a mi habitación para poder vestirme con algo rápido para que el Sr. Smith no me espere tanto, opto por un short negro de jean alto, timberlands y una blusa negra de tirantes, en suéter blanco grande y un collar y un reloj dorado, el cabello me lo ate en una coleta alta.

Baje las escaleras muy rápido y me encontré con una de las chicas de servicio, Julia, incomodando al profesor, pues estaba limpiando el sofá donde él se había sentado y prácticamente lo atravesaba con la mirada Justin no la miraba solo tenía la vista perdida en el horizonte y tenía la mandíbula apretada «Dios, así se ve más sexy aun» calme mis hormonas y entre a la habitación, Justin ni cuenta se dio de que entre, así que carraspeo mi garganta y él alza la vista. —Julia, puedes irte— deje seria, ella levanto la mirada y se encontró con la mía ella sabe muy bien que mientras haya alguien de visita no se puede limpiar en el lugar, Justin se levantó del sofá, ella iba a decir algo pero antes de que pudiera si quiera pensar que decir yo la interrumpí. — ¡Ahora!— esta vez alce un poco la voz y ella se fue inmediatamente sin hacer nada más que caminar hacia la puerta.

—Hola— su timidez fuera del instituto me causa un poco de ternura. —No tuve oportunidad de saludarte antes—

—Sí… hola— sonreí — ¿Qué le dijo Julia?—

—Nada… solo me dio esto— me mosto un papel con el número de teléfono de ella. —Dijo que era para cuando te aburras de mi— me sonroje y el rio. —Ahora me pregunto ¿Cuántas personas vienen a visitarte?—

—No tantos como quisiera— los dos reímos. —De verdad ciento si ella lo incomodo, después arreglare las cosas con ella—

—No te preocupes no es nada, pero ahora tengo un plan de respaldo para cuando me deseches— rio.

—y… ¿Cómo ha estado Sr. Smith?—

—Muy bien pero por favor dime Justin—

—Está bien— no sé qué más decir porque podría sonar grosero pero ¿ya qué? Igual quiero saber. —Y… ¿qué lo trae por aquí?—

—Te dije la otra noche que nos veríamos pronto y pues me pareció que ya era tiempo, se me ocurrió que podríamos salir un rato—




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