Sus manos empezaron a temblar, a la par que todo su cuerpo. El periódico del pequeño pueblo cayó de sus manos, siendo observada por todos sus compañeros de clase. Todos dejaron de prestarle atención, ya que la noticia de la portada era más importante, pero él no apartaba sus ojos de ella. Él verdaderamente sentía algo por ella, lo podía asegurar e incluso confirmar. Pero no podía permitirlo, tenía que dirigir sus ojos a otra persona. Pero estaba equivocada, y lo odió por primera vez.
Él no había leído la noticia del chico que había perdido un ojo por culpa de una chica, o cómo diría ella, un monstruo.