Todo lo dejé hecho añicos,
con la garganta ardiendo,
con los ojos secos,
con las manos rojas
(ellas siguen goteando).
Todo se oscureció,
ha quedado en el olvido,
opacado por la furia,
el engaño.
Las mentiras que todo arrasaron,
esas son las que dañaron,
destrozaron y maltrataron.
Esas son las que dijiste,
esas con las que me dejas.
Rota, herida y entumecida.