Así que caminé hacia cualquier sitio. Las emociones me desbordaban, y sentía que, si dejaba de moverme, las lágrimas seguirían brotando sin control desde mis ojos. Mis pasos eran cada vez más rápidos, atravesé calles en línea recta por varias cuadras, sin pararme a pensar a dónde iba. De cualquier manera, no quería regresar a casa, no aún.
El sonido de las calles y las voces de los transeúntes se habían apagado gradualmente, y ahora sólo mis pasos resonaban en el asfalto. Miré a mi alrededor y no reconocí el lugar donde estaba, así que sólo me quedé allí de pie, pensando en qué hacer a continuación. Unos metros más allá había una pequeña plaza, así que me dirigí hacia aquel lugar y extraje mi celular para ubicarme y encontrar una forma de llegar a casa, ya que ya no vivía sola y no quería preocupar a mis padres tampoco.
Mi corazón ya se había calmado en parte. Si bien sabía que tenía que hacer algo para solucionar las cosas con Jin, también sabía que éste no era el momento. Suspiré con los ojos cerrados y luego miré al cielo. Las estrellas no podían verse debido a la contaminación y un halo anaranjado circundaba los edificios, pero, pese a eso, el observar esa inmensidad sobre mí me reconfortó. Mi existencia... La existencia era tan efímera como un suspiro. Eso no era nada nuevo. Tampoco lo era el hecho de que mis problemas, por muy profundamente que estuvieran enraizados, se marchitarían pronto. El problema no era ése. El problema era que parecía que la existencia era sumergirse en el mar y que una ola tras ola te golpeara en el rostro mientras intentaras mantenerte en la superficie. Y parecía que yo no sabía nadar.
Pero si miraba al cielo podía sentir que respiraba otra vez, que lo que entraba a mis pulmones no era agua negra sino aire, aire que me llenaba y me permitía llorar de alivio. Todo parecía derrumbarse constantemente en un colapso que no parecía desatarse. Ansiaba la paz. Me pregunté si habría algún momento en el que podría mirar a las nubes sin lágrimas en los ojos o sin elevar plegarias. ¿Habría algún momento en mi vida en el que pudiera concentrarme simplemente en las impresiones de mis sentidos sin una tormenta cerniéndose sobre mis hombros? ¿Acaso por eso según algunos existe el paraíso? Pareciera como si la vida fuera simplemente una acuarela de sombras entre las que nos movemos sin despertar del todo, y ansiáramos la muerte secretamente, como la liberación de vivir a medias.
¿Qué sería vivir por completo? Cerré los ojos e intenté imaginarlo. Momentos. Eso venía a mi mente. Momentos. No. En esta vida no existía la trascendencia. Si nos elevábamos, volvíamos a caer. Pero aquellos segundos de vuelo... hacían dulce el dolor.
. ☆ ∗ .☆. ☆ ∗ .☆. ☆ ∗ .☆. ☆ ∗
¡Hola, bellas personitas!
¿Cómo han estado? Espero que estén muy bien, dentro de todo lo que está ocurriendo en el mundo.
Hoy actualizaré una segunda vez aparte de este capítulo. Les quería pedir disculpas por estar tan ausente. Este semestre ha sido complicado académicamente, y la verdad es que he tenido que priorizar mis estudios en varias ocasiones, así que por eso la novela está saliendo más lentamente de lo que me gustaría. Pero quería asegurarles, también, que terminaré el libro sin lugar a dudas. Así que, por mucho que me demore, esto tendrá fin, ¡y está cerca! Tristemente.
Bueno, queridas personitas, cuídense mucho. Cualquier cosa pueden hablarme <3