El universo de criaturas con el rango de sobrenaturales, y que comparten el plano terrenal con los seres humanos, quizá no es muy extenso en variedad, pero sí en cantidad.
La sociedad de los nephilims está dividida en dos bandos, e internamente entre ellos se conocen como los Shekhiná y los Olam. La definición más sencilla sería nephilims de la luz y nephilims de la oscuridad, eso suponiendo que quisiesen dársela a un humano, pero como no es así, nadie se preocupa mucho por las definiciones lingüísticas.
Una vez que el cisma entre ellos tuvo lugar, tres de los jefes y sus legiones de nephilims y descendientes se unieron a Satanael. La principal razón para la separación fue las innumerables oportunidades que les ofrecía Satanael en un mundo que crecía aceleradamente, mientras que Heylel, conocido en la tierra como el príncipe Virgil Dantalian, y quien se había erigido en el jefe de los nephilims por su don de liderazgo, tenía una posición poco divertida en opinión de los disidentes.
Los jefes de los Olam eran Azrael, Arhiman y Samael quien los comandaba por sus innegables habilidades como guerrero y por las que había sido nombrado jefe de los ejércitos de Satanael, y en opinión de sus seguidores, era él y no Heylel quien debía haber ostentado la jefatura suprema de todos los nephilims. Arhiman originalmente había sido un ángel de concordia, pero una vez libre, adoptó el comportamiento contrario y su principal habilidad residía en su capacidad para provocar pleitos y disensiones. Y Azrael que había sido un ángel sanador, igualmente se decantó por lo opuesto y era el responsable de las más horrorosas enfermedades y pandemias que sufría la humanidad.
Los jefes de los Shekhiná también conservaban los dones con los que habían sido creados, aunque se habían adicionado a ellos características de la humanidad que ahora poseían, de manera que Araxiel, conocido también como Noah, seguía siendo un ángel sanador, aunque también era un excelente guerrero, Limeriel o Leah, como se daba a conocer entre los mortales, era un ángel intercesor, de concordia y tenía control sobre las mentes y las emociones, Fadiel que había adoptado el nombre de Fedra, era un ángel mensajero y tenía habilidad para la manipulación de la materia, Badariel era un ángel mediador de conflictos, poseedor del don de la palabra y tenía la habilidad de manipular el tiempo, Dobiel era uno de los ángeles del amor y la compasión, y Sariel al igual que Heylel, era un ángel guerrero y posiblemente en el hecho de compartir una esencia tan similar era donde residía el origen de los constantes enfrentamientos y discusiones que se habían suscitado siempre entre ellos dos.
Entre la población de los Descendientes, denominación que recibían los hijos de los ángeles caídos, muy discutida, pero comúnmente aceptada, había algunos que se destacaban bien fuese porque habían desarrollado sus fortalezas con el correr de los años, o porque eran hijos de nephilims especialmente poderosos que les habían heredado a su vástagos el mencionado poder. Entre los últimos y en el bando de los Olam destacaban tres, Asael, Infano y Haisi, el primero hijo de Azrael, y los dos últimos, hijos de Samael. Y en el bando de los Shekhiná, los más poderosos hasta la fecha eran Haniel, Kamiel, Armeriel, Ertael, Azkel y Bastiel, aunque había otros como Devriel, que se perfilaban como otros poderosos descendientes, pero aun estaban muy jóvenes. Kamiel y Devriel eran hijos de Araxiel, mientras que Haniel y Bastiel lo eran de Sariel, Azkel de Danael, Armeriel de Limeriel, y Ertael de Dobiel.
Había aún un grupo más y muy numeroso que era el conformado por los mercenarios, y sin duda, aunque no trabajaban en equipo, quien estaba a la cabeza por su peligrosidad era Andras. Era verdad que Andras era un descendiente, pero hijo de un nephilim extremadamente peligroso como era el caso de Camel, uno de los primeros doscientos que no obedecía a nadie con la posible excepción de Samael y eso si se le antojaba, característica ésta que compartía con Kellen. Aparte de todo lo anterior, Andras compartía con Lil la poco afortunada característica de ser hijo de una shedim, de manera que en realidad era un Lilim como eran conocidos todos los descendientes de las shedims, aunque su progenitora no fuese Lilit. Pero fuera como fuere, aparte del indiscutible poder del muchachito, Satanael le había otorgado un título por demás ridículo en opinión de Heylel, ya que Andras era conocido como el Marqués de los infiernos con escudo de armas incluido y donde podía verse un enorme perro negro que era en lo que Andras solía transformarse, y una espada regalo también de Satanael que era conocida como la espada de la muerte. Como Heylel podía ser muy exasperante e incluso más irritante que Kellen y Camel juntos, cada vez que había tenido ocasión, le había echado en cara a Satanael que ni con todos sus absurdos regalos había logrado seducir a Andras, que parecía haber sido desde siempre uno de los objetivos de Satanael.
Los siguientes integrantes de aquella sociedad paralela a la humana, aunque no eran nephilims, eran los shedims, cuyo amo y señor era Satanael. Sus huestes estaban repartidas por todo el orbe, y aunque nadie parecía saber con exactitud el alcance de su poder, de lo que sí estaban seguros es que era mucho, ya que habían logrado seducir con cierto nivel de éxito incluso a algunos nephilims de los Shekhiná y a unos cuantos descendientes. Los más peligrosos aparte del obvio, eran Lilit y su más conocida habilidad radicaba en su capacidad para seducir a los hombres. Sire que podía manipular el tiempo y conducir a sus víctimas a cualquier época, pero no tenía la capacidad para modificar los eventos. Duma era el demonio del silencio, estar en presencia de aquel ser hacía que las personas experimentasen un opresivo y angustiante silencio, y aunque sentían que el mismo los estaba ahogando, no podían emitir ni un solo sonido, ya no digamos gritar pidiendo auxilio. Y Azazyel que era el demonio de la oscuridad y la destrucción, principal responsable de las masacres de guerra.