Caminamos bajo el resplandor de la luna, de verdad que me parecía hermosa esa noche entendí porque a mi hermana le gustaba caminar en las noches en el bosque. Íbamos caminando en silencio por un rato. A la vez parecía como si se estuviera atravesando un bosque macabro, las voces de algunos animales parecían haber estado en un lugar de terror, aveces me tambaliaba en mis propios pensamientos pensando cosas malas pero luego me recomponía.
—Coreen que sea la primera y última vez que se te ocurra andar de noche por estos lugares —sentencié.
«Me imagino con las cosas que saldrá, obviamente saldrá a la defensiva»
Ya estaba acostumbrada a eso, pero a la vez me preocupaba de que ella saliera todas las noches sin decir nada, nosotros pensando que podría estar durmiendo pero resulta que los fines de semana llega a las cuatro o cinco de la mañana.
—¿Qué? ¿Y si no quiero? ¿Te da miedo? —me desafió.
—Por favor, no más desafió ¿sí? —quería pararla de su impertinencia.
«Sus retos no me gustan y cuando dice que va a cumplir algo, lo cumple porque lo cumple»
—No te voy a responder —me contestó.
—Sabes algo —continué —. Conozco de tus escapes por las noches, además tengo gente que me informa.
—¿Ah sí? ¿Y qué cosas más te han dicho de mí? —cuestionó.
Me ardía la sangre cada vez que me contradecía. Me cansé de escucharla, no iba a discutir sobre eso en ese justo momento, lo más recomendable era retroceder a casa.
—No pienso hablar de eso, será en otro momento, sólo recuerda que eres menor de edad y mientras eso suceda, no podrás andar en el mundo haciendo lo que quieras —le respondí.
—Ve y dile a nuestros padres que me escapo de casa en las noches —me desafió.
—A mí no me desafíes, no me vengas con eso y con tu comportamiento de niña malcriada —le contradije.
Yo permanecí callada y Coreen también. Yo no iba comentarle eso a mis padres, decidí que ellos mismo se enteraran por su propia cuenta, las reglas son las reglas y una de ellas para ella era estar a las 11 de la noche en casa y decir a donde estará afuera. En cambio yo podía salir sin pedir permiso y llegar a la hora que yo quisiera
Luego de pronto vimos un camino resplandeciente con hojas iluminadas por las luces de la luna. Y las luces de algunos faroles.
—¡Wow que hermoso! — exclamó mi hermana.
—Oh sí, es precioso —comenté.
—Ven vamos Denis —me incitó a ir tomándome del brazo y jalándome hacia aquel lugar.
Caminamos por el camino, mi hermana parecía maravillada en ese lugar pero de pronto fuimos rodeadas por unos lobos que salieron desde el bosque. Nuestros corazones estaban desbocados. Mi hermana se apoyó en mí con fuerza, ella y yo estábamos aterradas, terriblemente asustadas.
—¡¿Qué vamos hacer?! —gimió en voz baja mi hermana.
—Tranquila Coreen —le animé a mi hermana.
Los lobos se aproximaban cada vez más cerca y nosotras sin saber que íbamos hacer. Pero de pronto aparecieron unos lobos y atacaron a aquellos que estaban antes allí.
Ahí creció una vez más nuestro terror, cuando vimos que se alejaron nos alejamos también corrimos despavoridas, hasta ceder más lento por el cansancio. Llegamos a la casa de campo y ninguna de las dos no pronunciamos ninguna palabra.
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Editado: 29.05.2024