Horas más tarde...
Ya me estaba aburriendo, se podría percibir por el ambiente el ambiente pesado, las chicas se movían de un lugar a otro sin saber que hacer, por más que escucháramos música y que pondríamos programas de TV no era suficiente, hacía falta un poco más de diversión o disponerse a algo.
—Hoy nos merecemos un paseo por el campo chicas y si es posible ir al río —sugirió Ana emocionada.
Mi hermana y Lora se encantaron.
—Que buena idea, tal vez podríamos conocer gente —comentó Coreen.
—Yo traje mi traje de bañó, no sé ustedes —recordó Lora.
—¿Dónde está Ana? —preguntó Coreen.
—Durmiendo, creo que se tomó una botella de whisky anoche, se levantó, comió su desayuno y retornó a la cama —respondí.
—Talvez ella no se encuentre disponible —dijo Ana.
—Coreen, ve busca una pastilla para la resaca, está en la cocina y dáselo a Ana, si está tan mal con eso mejorará, no la dejaremos aquí —demandé.
—¿Crees que tan rápido se le quitará? —cuestionó Coreen.
—Obvio, en lo que empacamos y llegamos al río ella estará lista como nueva —le respondí.
—Entonces iremos al río —pronunció Ana.
Arreglamos nuestras cosas para llevar. Empacamos frutas, preparamos sándwiches, sumamos algo para beber como; lata de jugo, refrescos, agua y partimos. Mi padre nos prestó su minibus. Cuando llegamos al río más cercano tomé mi móvil a ver la hora y vi llamadas perdidas era mi ex novio Max.
«Otra vez este pendejo»
«Hasta cuando continuará»
«No veo nada de Julio, que bien»
Era un fastidio después de lo que me hizo tuvo el descaro de hablarme, pero no es de extrañar, los hombres no suelen darse por vencidos fácilmente, el ego es tan grande que creen que les pertenecemos de por vida, lo ignoré una vez más. Bajamos todas a las gramas donde había sombra. Los árboles no estaban muy distanciados del otro, por eso se podría apreciar mucha sombra. El río se veía hermoso. Muy hermoso. Me encantaba la conexión que sentía entre el paisaje y yo. Nos echamos un chapuzón al agua, nadamos, comimos y todo por el estilo.
Después me aparté del agua, me desvestí y me sequé procediendo a colocarme ropa seca, quería ver más a través de los árboles, que se podría ver entre ellos, caminé hasta un poco más lejos de pronto me topé con un susto inesperado. Había un chico en frente de mí, el chico me miraba con ternura, yo lo miré con admiración, tenía unos ojos hermosos, su semblante era muy hermoso y decidí romper el silencio.
—Disculpa no te vi —me disculpé. El chico me sonrió.
«Qué dirá»
—Discúlpame tú a mí, yo no te vi —pronunció —. O mejor dicho... No nos vimos.
—Bien, me retiro —le dije moviéndome hacia atrás, el chico me detuvo por el brazo.
No pude permanecer por más tiempo ya las rodillas me estaban temblando, no quería que se diera cuenta de mi debilidad. Ese chico me puso nerviosa.
—Disculpa. ¿Te conozco? —me preguntó con curiosidad. Lo miré sorprendida.
—No recuerdo haberte visto antes —le comenté.
«¿Será qué me habrá visto?»
«Ay Dios, voy a desmayarme»
Me sentía estúpida en ese momento, sabía lo que significaba mis nervios, no era algo normal, eran signos de enamoramiento.
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Editado: 29.05.2024