Capítulo 32

Continuamos conversando de diversas cosas, me sentía bien con Helen, aunque fuera una mujer madura, pasamos un día agradable, me quedé todo el día allá. En la noche ella me llevó a mi casa, pasó un rato en la casa conversó con mis padres y luego se retiró.

Busqué a Coreen por toda la casa y la encontré en la parte trasera tecleando su lap top. Me acerqué a ella con el fin de poder conversar. 

—Coreen. 

No me hizo caso y continuó tecleando su móvil. 

—No vengo a reprocharte —le aclaré —. Sólo quiero que confíes en mí y que me digas dónde demonios te metes todas la noches. ¿Qué haces y con quién andas?

Apartó su lap top de si y volteó su cara hacía mi mirándome mal. 

—¿Para qué diablos? ¿Para arruinaron la noche Denis? Déjame en paz ¿sí? 

—No te dejaré en paz, quiero que me digas la verdad, necesito saber con quiénes te juntas. ¿Acaso es mucho pedir?

—Sí Denis, es mucho pedir. Y te voy a pedir el favor de que me dejes tranquila. 

—¿Pero por qué no me quieres decir nada? 

Inmediatamente se levantó de donde estaba muy molesta y se giró dejándome sola, yo la seguí.

—¿Puedes dejar de perseguirme Denis? 

—No. No te voy a dejar en paz e respondí mientras la perseguía. 

—No consumo drogas y ni ando con maleantes. ¿Eso era lo que querías saber?

—No.

Coreen era terca y algo que era muy claro era que en realidad yo desconocía muchos detalles de su vida, por lo tanto si ella impedía de que yo conociera con quiénes se juntaba, yo iba a contarle la verdad a nuestros padres, porque no iba a cargar con esa cruz. 

Me rendí a la mitad de las escaleras, y la dejé que se marchara con su mal carácter y su negativa, mientras yo inmediatamente me devolví y llegué hacia donde estaba mi madre.

Helen era una mujer hermosa, no tenía arrugas, se cuidaba muy bien, mi madre siempre decía de que su amiga era fiel a las cirugías y al spa, tuve curiosidad de saber más de ella y me acerqué a mi madre que se encontraba en la cocina. Entré derrotada porque no pude convencer a Coreen y me senté para dialogar con mi madre.

Puse mis dos manos sobre la mesa y respiré un poco resignada.

—Mamá quiero preguntarte algunas cosas de Helen —le dije con mis dos manos apoyadas una sobre otra y mi barbilla encima.

Mi madre dejó de hacer lo que estaba haciendo y me miró extrañada. 

Respiró y luego habló.

—Hija, no quieras indagar en la vida de Helen por favor —me respondió —. En tu rostro puedo deducir lo que quieres.

La miré confundida.

—¿Pero por qué? ¿Por qué ella se quedó sola? No tiene hijos, nunca se casó, no entiendo ¿A caso es lesbiana? —cuestioné a mi mamá —. ¿Por qué no puedo saber? ¿Será qué ella esconde secretos turbios? No entiendo. Así que aclaráme un poco.

Mi mamá miró al techo tocando su cara con su mano derecha.

—Denis ella no quiere recordar lo que vivió en el pasado y prefiero quedarse así por decisión propia —me respondió —. ¿Por qué tanto interés en querer saber de su vida?