Dependencia A Ti

Chapter Three

ADVERTENCIA: A partir de aquí la historia se volverá más oscura, y esto podría afectar a las personas que son sensibles. También si tu te identificas con una de estas situaciones te pido que busques ayuda, se relataran cosas bastantes fuertes y si a lo largo del capítulo te hace sentir mal lo que lees deja de hacerlo, nadie te obliga. Cabe aclarar que yo no intento "normalizar" estas conductas pues yo más que nadie sabe lo que duele. Yo siempre intentaré ayudar a quien sea y puedes mandarme un mensaje, siempre contesto.

•Navajas e inquietudes•

POV'S AXEL

Deslice la punta de la navaja en mi piel fuertemente, apreté los dientes con fuerza para evitar gritar ante el dolor.

La sangre salía de mis heridas y el olor a hierro se hizo presente en mis fosas nasales -olor que dejó de molestarme hace mucho.-

Tres nuevas heridas se agregan a la piel de mis piernas y me sentía aliviado. 

Suspiré, al fin me había quitado un peso de encima.

Simplemente no puedo describir lo calmado que me siento siempre que mi sangre se escurre por mi piel.

Duele.

Duele el proceso.

Duele no poder dejar de hacerlo.

Y aunque suene estúpido me sana a la vez.

¿Como algo que daña puede sanar?

No lo sabía y sinceramente es una de mis menores preocupaciones.

Deje la navaja en el lavamanos y busque lo que necesitaría. 

Vendas.

Saqué una de mi mochila, lavé la navaja y la escondí en mi ropa.

Tengo que comprar más, solo queda una.

Con ayuda de una botella moje mi pierna derecha con agua fría soportando el ardor, con ayuda de papel seque lo mojado anteriormente.

Conté las cicatrices que tenía en total.

14.

Me dolía verlas, cada una tenía una historia detrás, una razón.

Estaban ahí.

Estaban ahí como un recuerdo permanente de lo asquerosa que es mi vida.

Y cada historia me dolía de forma diferente.

Sabía que si algún día una mujer me gustaba lo suficiente para mostrarle mi desgracia se espantaría.

Por eso nadie mas que yo las había visto.

Sabía que nadie se quedaría conmigo.

Fingía que no importaba pero si lo hace.

Dudaba demasiado si algún día alguien podría entenderme completamente y eventualmente lograr que dejara de hacerlo,

Al menos tengo una pizca de esperanza.

Está en el fondo, muy escondida, pero está ahí.

Siento que no podré soportarlo más.

Que el peso de mis demonios me aplastara, que no podré con ellos.

Ya no recuerdo lo que es sentirse bien.

Sentir que no falta nada en tu vida.

Y me duele.

Le grito a la oscuridad que me deje en paz.

Que mis demonios me mataran.

Les grito pero no me escuchan, nadie lo hace.

Y la única que lo hace tiene sus propios problemas.

Me guardo mis pensamientos sabiendo que abrumaré a alguien con ellos.

Estoy tan cansado.

Ahora me pregunto.. 

¿Cuando inicie con esto? 

No lo recuerdo con exactitud, mi mente había borrado de mi memoria ese recuerdo.

De lo poco que recuerdo es que había escuchado por una chica que la hacía sentir mejor y cuando me había arrepentido de hacerlo la navaja se resbaló de mis manos y abrió una herida no tan profunda en mi pierna, simplemente sentí que el dolor en mi corazón bajó repentinamente.

¿Que si estoy consciente de que es algo malo?

Totalmente.

Pero no podría importarme menos..

Si así podía minimizar el dolor en mi corazón no me importaba nada.

Además soy un masoquista, siempre sufro con esto pero lo sigo haciendo.

Coloque la venda con cuidado colocándola firmemente sin lograr hacerme daño, la asegure con el broche de metal y acomode mi ropa en su lugar.

Me lavé las manos y salí del baño con lentitud, un movimiento brusco lograría que la venda hiciera fricción y dolería mucho.

Me dirigí a la siguiente clase con pesadez, al llegar me senté en el lugar de siempre y espere a mi mejor amiga.

Mire a la puerta esperando su entrada, sabía que odia llegar tarde.

Espere y espere pero nunca entró.

Alguien se sentó en la silla que le corresponde a Laia, voltee mi cabeza y vi al de ojos verdes.

Se llama Andrew o eso creo.

Lo mire extrañado por su acción, ¿Qué es lo que quiere? 

Puedo parecer un poco antipático pero soy un antisocial sin remedio.

Seguí mirándolo y él comenzó a hablar al ver mi expresión.

—Hola, ¿Me puedo quedar aquí?

Asentí como respuesta.

El resto de la clase no me volvió a hablar, yo prestaba atención algunas veces a lo que explicaba el profesor y miraba a Andrew en momentos cortos, seguía un poco confundido por su reciente acción, obviamente no quería hablar conmigo porque prestaba atención a la clase y no me volteaba a ver.

Bastante extraño.

El timbre anunciando el pronto inicio de una nueva clase sonó y mi mejor amiga seguía sin aparecer, me preocupe y junte mis cosas queriendo ir a buscarla.

Cuando quería irme para buscarla Andrew me detuvo tomando mi brazo.

Fruncí el ceño una vez más confundido.

Al ver mi gesto Andrew sonrió de lado y dijo.

—En la siguiente clase te explico.

Soltó mi brazo y metió sus manos en los bolsillos de su pantalón, salió del salón y yo lo seguí.

Se adelantó por el pasillo y yo le seguí hasta quedar a un lado de él.




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