Mi padre le tomó la mano pero me miró confundido, conocía a su hija y sabía que no era alguien de amigos, pero yo solo asentí para que entendiera que todo estaba bien y entonces se fue dejándonos solos.
-Vamos a hablar a otro lugar.- tomé su manos y caminé con él hasta estar detrás del gran tronco que sujetaba la casa del árbol. Lejos de todos y donde nadie podía escuchar mis gritos de frustración.
-¿Leo? ¿Es enserio?- lo miré furiosa y él solo hacia su común sonrisa burlona.
-¿Muy ordinario? Soy pésimo con los nombres.- seguía burlándose.
-Me puedes explicar qué haces aquí.- dije subiendo el tono de voz.
-Okay, tranquila relájate. Solo quería ver como estabas.- me tomó de los brazos.- Veo que mejor porque ya estás discutiendo.
Nos quedamos así un momento hasta que comenzamos a escuchar pasos de varias personas detrás de nosotros. Eran de nuevo ellos. Todos ellos. Yo solo suspiré y esperé que Leviatán (ahora Leo) entendiera que quería salir de ahí. Él solo me miro ahora serio y luego a ellos.
-Emma, creo que tomaré personal el que no quisieras jugar conmigo.- grito Emmet, yo solo podía escuchar su voz acercándose y repetía en mi cabeza el momento que había pasado un día antes.
Leviatán se puso tenso y trato de caminar hasta él, pero lo detuve agarrándolo del brazo, cuando nuestras miradas se encontraron sus ojos estaban inquietos y el rojo en ellos se había intensificado de manera casi imperceptible, pero cuando me miro se relajó un segundo y dejo de tratar de perseguirlo.
-Genial, un nuevo jugador.- dijo Addison mientras llego al lado de Leviatán y se le colgó del cuello. Cosa a la que Leviatán reacciono incómodo y se la quitó de encima con cuidado.
Addison solo rodó los ojos y empezó a maquinar un nuevo plan en su cabecita rubia. - Vamos arriba, apuesto a que Emma no te ha enseñado nuestro escondite.
Lo tomó de la mano y comenzó a hacer que caminara hacia las escaleras que subían hasta la casa. Leviatán solo me buscaba desesperadamente para que lo ayudara, así que decidí seguirlos sin separarme mucho de él.
Sin darnos cuenta todos estábamos arriba, rodeados de diferentes bebidas, humo y música. Leviatán y yo no nos separamos ni un segundo, él sabía que yo no quería estar ahí, y él tampoco estaba cómodo con el repentino acercamiento.
De pronto Emmet intento de acercarse a mi hasta que noto la presencia a mi lado, pero cuando trato de huir disimuladamente, Leviatán se le acerco y lo tomo del cuello de la camisa en señal de amenaza, yo solo me puse tensa y me acerqué detrás de el por si se le ocurría hacer algo.
-Tú y yo tenemos que hablar, te veo abajo en 2.- dijo en un tono que jamás lo había escuchado usar, su voz era más profunda y amenazante, incluso algo tenebrosa.
-Lev... Leo, por favor, es mi primo y no quiero problemas con los de aquí, por mi papá.- le dije cuando Emmet se había marchado.
-No te preocupes, solo hablaremos y nadie se dará cuenta de nada, confía en mi.- me tranquilizo, tomo un caballito de algo que estaba cerca y se fue caminando con fuertes pisadas.
Lo único que se me ocurrió fue correr hasta el pequeño balcón para escuchar lo que hablaban y reaccionar en caso de que algo pasaba, claro que sin dejar que nadie me viera, solo me escabullí y esperé a que comenzaran a hablar. Lo que alcance a escuchar fue:
L= ¿Qué haces aquí, Asmodeo?
E=Hago mi tarea a diferencia tuya, "Leo".
L= Aléjate de ella. Además, ¿Enserio el cuerpo de su primo? ¿No puedes ser más original?
E= Te sorprenderían las ventajas de tener un cuerpo adolescente humano, claro para los que no somos tan agraciados como tú, Principito.
L= No me importa lo que hagas o no, solo déjala en paz.
E= Solo estoy cumpliendo las ordenes que tú no eres capaz de cumplir.
L=Ya te lo advertí, no te vuelvas a acercar a ella.
E= Ni siquiera pudiste protegerla estando en la misma habitación, ya acéptalo y entrégala, sufrirá menos si lo hacemos de una vez.
L= Debí suponer que habías sido tú.
Todo quedó en silencio y se escuchó como empezaron a caminar hacia las escaleras. Yo volví a mi anterior lugar cuando Leviatán llego arriba con semblante serio, llego hasta mí y recargo su cabeza en mi frente tomándome por sorpresa completamente. No entendía nada de su conversación y mucho menos lo que estaba ocurriendo, solo sabía que Emmet no era Emmet, y este Emmet impostor era quien había tratado de matarme una noche antes en el hotel, y Leviatán por alguna razón me estaba tratando de proteger de algo que no tenía idea.
-Solo vamos abajo ¿Si?- dijo mientras seguía con cabeza en mi frente y los ojos cerrados. Yo solo asentí y el separó de mi pero tomando mi mano y haciéndome caminar hacia la salida.
-Cuídate, Emma.- se rio Emmet mientras besaba a dos chicas que no tenía idea de quienes eran.
El agarre de Leviatán se apretó un poco y comenzó a caminar más rápido sin mirar hacia atrás. Él bajo primero y cuando estuvo en el suelo solo suspiro fuertemente y me cargo para ayudarme a terminar de bajar, lo que me provocó escalofríos pero esta vez no desagradables.
-¿Confías en mí?- dijo mientras seguía sujetándome en el aire haciendo nuestras respiraciones chocar. Sus ojos se veían preocupados. Asentí después de unos segundos. Me bajo y sonrió ligeramente pero sin dejarme de mirar.
-Emma, cariño, que bueno que te encuentro. Les estaba diciendo que tenemos que irnos ya porque mañana tienes que ir a la universidad y yo cubro doble turno, sería bueno irnos antes de la hora de comer para descansar.- dijo mi padre para que entendiera que era hora de marcharnos porque no aguantaba tampoco estar ahí.
-Claro, solo me despido.- entendió y nos dejó solos de nuevo.
-¿Quieres ir con nosotros? Puedo decirle...- empecé a decir.
-No tranquila, yo llegué aquí por mi cuenta. Además, tengo que solucionar unas cosas. Te veo en la noche ¿Si?- yo asentí y camine hasta donde estaba mi papá esperándome.