Charlie
Dante llega llorando a mi casa, está tan agitado que le es imposible articular una sola palabra: no sé qué pudo haberlo causado, pero apostaría que Chase tuvo algo que ver con esto. No sé qué pasó, pero está muy mal al punto de hiperventilarse, tengo que correr a toda velocidad por una bolsa de papel para que controle su respiración, es de las pocas veces que lo he visto tener un ataque de ansiedad, así que ya sé qué hacer.
Tarda casi todo el día en tranquilizarse, si no llora tiembla como chihuahua o se vuelve a hiperventilar. Tengo que llamarle al profesor Valentine, él puede revertir todo, es el alfa; pero cuando llega casi volando me dice que no puede hacer nada al respecto, o no se la manera de hombre lobo.
— Esta vez lo haremos como gente normal, podría delatarnos a ambos —debí imaginarlo, están en guerra con Chase y su manada. Se limita a abrazar a Dante y llevarlo a casa—. Está bien, hijo, estarás bien.
Se van y me dejan solo en casa, lo que esta vez es tedioso porque estoy jodidamente preocupado. La espera por mis padres se vuelve eterna y cuando llega mi padre casi lo tiro al abrazarlo con fuerza.
— Wow, hola, campeón —aferrarme a mi familia es lo único que me queda.
— No sé qué hacer —le confieso en lágrimas, jamás pensé que todo escalaría tan rápido—. ¿Cómo llegamos a esto?
Al día siguiente ni el profesor Valentine ni Dante aparecen, no hay explicación, no hay un recado o algo, simplemente no vinieron; me estresa infinitamente no saber qué pasó, porque Dante no contesta las llamadas ni los mensajes. Y el estrés puede pasar a ser ira, ira que dejo caer en Chase.
— ¡Juro que te mataré! ¿Qué le hiciste a Dante?
Él se queda paralizado enfrente de mí, lo perseguí hasta que se separó de sus hermanos, betas o lo que sea que sean y se fue por un pasillo vacío.
— No le hice nada, te lo juro.
— ¡Dimelo, idiota!
— Yo no tenía opción —no me importa que esté a punto de orinarse, quiero saber si está involucrado en nuestros asuntos.
— Nunca tienes opción, ¡Nunca!
— Yo no quería hacerlo…
— ¡Acepta lo que hiciste de una maldita vez! Más te vale no haberlo metido en esto, si se transforma en un hombre lobo juro que te haré sufrir.
Ethan debió escucharme, aunque con mis gritos no es de sorprenderme.
— No te metas con él, te lo advierto.
— Y ustedes no se metan con Dante, esto es entre ustedes y yo, él no tiene nada que ver con esto.
— Pues lo estará.
— Hacen eso y tendrán una espada enterrada en la cabeza —los reto abiertamente y Ethan responde sacando sus garras, que a diferencia de las de la mayoría de hombres lobos, son blancas en lugar de oscuras.
— Son los deseos del alfa, un mocoso como tú no será un problema.
Vuelve a meter las garras y me suelta un puñetazo que me deja aturdido, tiene mucha fuerza; pero eso no me es impedimento para devolverle el golpe. CHase suelta un grito ahogado a la vez que pateo a Ethan en la entrepierna, se tira al suelo y mueve las piernas, haciéndome caer suelo, iniciando una extraña pelea ahí mismo, hasta que me patea en la cara y se levanta rápidamente. Me arrepiento de haberlo retado en el momento en el que me patea con fuerza en el estómago, y siendo un hombre lobo la patada es más fuerte y dolorosa, un maestro nos ve y nos detiene en el acto; a los dos nos va mal, pero a Ethan peor por haber sido el más violento de los dos. Me libro del castigo porque no nos quieren juntos y mi única consecuencia es una décima menos en mi promedio, invalidando mi esfuerzo por créditos extra.
No fui castigado porque mis padres lo hacen y no se tientan el corazón.
— ¡Provocaste una pelea… y lo hiciste contra un potencial enemigo! —mi madre está enojada, ella solo supo que me peleé con alguien que es muy peligroso—. ¿Estás consciente de lo que estás arriesgando?
— Es que ellos iniciaron, desde que vi a Chase él y sus hermanos han estado acusandome a mí y a Dante.
— No, no lo hicieron, el director nos mostró el video en el que tú iniciaste la pelea y amenazaste a tu compañero.
— Hijo, sé que ustedes son muy unidos, pero en este caso es un problema que Dante debe solucionar junto a su manada, no tú —también es problema mío, esos idiotas se la pasan acosándome a mi también, jurando que yo tengo que hacer que Dante se involucre en un mundo que, a pesar de ya pertenecer a este, no debería estar ahí.
— Pero ellos siempre están detrás de mí, siempre jurando que yo debo aliarme con ellos y más estupideces.
— Charlie, este no era tu problema, lo hiciste tuyo al defender a alguien que puede hacerlo por su cuenta.
— Están masacrando a hombres lobos, ¿Y me pidan que no haga nada?
— No, solo te pedimos que no intervengas si no es necesario, e instigar una pelea claramente es intervenir —papá no sabe qué fue lo que pasó, Ethan fue el que empezó.
— Es que…
— No nos queda otro remedio más que castigarte —¿Una semana sin televisión? ¿Un mes sin videojuegos? Puedo manejarlo—. Ya no tienes permitido hacer ninguna actividad relacionada a la cacería.