Desde el primer momento nadie creyó en mí, decían que soñaba mucho y que mis sueños eran muy tontos, pero dentro de mí había una chispa y a veces eso es o único que se necesita para hacer estallar cualquier cosa.
Así fue como comenzó todo, una parte de mi había muerto, sentía que no pertenecía a este mundo, que esta vida no era la mía, en realidad no era lo que había imaginado, me sentía triste y derrumbada, no sabía que pasaba conmigo, y quería gritarlo, quería que todos entendieran lo que sentía, que de algún modo se dieran cuenta de que estaba mal, pero no tenía amigos para platicarlo, en realidad me encontraba sola, completamente sola.
A decir verdad no sabía que estaba entrando esta terrible enfermedad, si pudiera describirlo de alguna manera seria que la depresión es morir en vida, en realidad sientes que nada tiene sentido, que todo está mal, no le encuentras la belleza a nada y dejas de creer en ti y en el mundo. Te cuesta trabajo despertar, respirar, comer, te cuesta trabajo absolutamente todo, te sientes sola, te sietes derrumbada, cada día es mas difícil, y es que poco a poco te va envolviendo en un manto de oscuridad que no te deja ver la luz de nada.
Los días pasaban y cada vez la chispa dentro de mí se apagaba más y más, llego un momento en el que no sentía absolutamente nada, no tenía ánimos, lo único que podía hacer era llorar y llorar a solas, aun cuando todos dormían en casa, y es que no hay peor sensación que eso, no encuentro nada peor que quedarte despierta pidiéndole a dios que todo eso acabe, que acabe con tu vida, implorándole que te de una solución mientras lloras y así hasta quedarte dormida.
La vida a veces te da jugadas horribles ¿Qué es peor que querer morir? Pues si hay algo peor y son las personas diciéndote a diario que esto es solo una tontería, que es algo de lo que puedes recuperarte rápido, que solo intentas llamar la atención, y si, tal vez lo sea para la gente que no tiene la más mínima idea de lo que significa la depresión, fácil es erigirse como juez, como médico y como psicólogo sin darse cuenta que lejos de ayudar nos están dañando, cada palabra, cada discusión y cada comentario inútil es una navaja para la persona afectada, una navaja que hace que tu cuerpo se estremezca.