Depresión

Capítulo 13

Me despierto temprano, siento que la cabeza me da vueltas y tengo náuseas me imagino que debe ser por los medicamentos, respiró profundo y me meto debajo de las cobijas, no quiero levantarme, solo quisiera que se abriera la tierra y me tragara entera, quisiera desaparecer.

 - Es una excelente idea, sabes yo te puedo ayudar con eso.

No puedo evitar empezar llorar, no se porque ahora me siento peor que antes. Mi mamá entra en ese momento y me ve llorando, se sienta en la cama y me abraza sin pronunciar una palabra, ese gesto me ayuda a sentirme mejor, cuando por fin logro calmarme veo que ella está llorando en silencio, eso me hace que me sienta peor, le regaló una triste sonrisa le doy beso en la frente y me dirijo al baño.

Cuando entro me doy cuenta que quitaron el espejo y las cosas con las que posiblemente me pudiera hacer daño, está más limpio que un baño de hospital,eso me entristece más, pero también me reconforta saber que no tengo nada cerca con lo que me pueda lastimar, aunque la idea de quitarme la vida no se va en ningún momento, quiero luchar por ellos, porque muy en el fondo se que lo que me dijeron es verdad, que me aman, y que soy importante, así que tomó la decisión que no importa cuánto me duela y sufra no voy a permitir que me derrote.

Me pegó una ducha rápida, salgo del baño y mi mamá sigue sentada en la cama, me quedó mirándola y parece que le hubieran pasado años por encima en solo días, se le marcan unas líneas que no tenía en la frente, los ojos los tiene cansados y apagados y unas hebras blancas se le asoman en su hermoso cabello negro, mientras la miro pienso si es por culpa mía, o será que ya presentaba esos síntomas del paso de los años, de todas formas me siento culpable por eso, no quiero que pierda su belleza y menos por mi culpa.

 - Ves, no solo eres una fracasada sino que también eres una ladrona, le estás robando la vida a tu familia, la belleza, el tiempo, de verdad que no deberías existir, debiste haberte muerto hace mucho.

Eso me tomó tan de sorpresa que pegue un brinco, hasta mi mamá se asustó, se levantó de la cama y me preguntó qué me pasaba.

 - Nada mamá, no te preocupes, discúlpame.

Ella me espera hasta que me visto y me pongo medianamente presentable, bajamos y mientras ella se come unas tostadas con café yo me tomo un té, no tengo ganas de comer nada y ella no me insiste, le preguntó por Sofía y  me dice que se fue al colegio, que aunque se quería quedar conmigo esta en exámenes y no puede faltar, tampoco quiero que pierda el año y menos por mi.

 - Lo dicho, no sólo le quitas la energía a todos, ahora sí la niña pierde el año es tu culpa, de nadie más, te va a quedar en la conciencia.

Cuando mi mamá termina, recoge los pocillos y salimos para la consulta, no quisiera salir de la casa, pero si quiero salir de estas tengo que luchar, me siento muy nerviosa no sé qué decirle a la Dra, me imagino que va a abordar las cosas desde otro punto y me aterra pensar en lo que quiera que le cuente, se que es un tema que iba a salir tarde o temprano, pero no me siento preparada.

Cuando llegamos al consultorio, no hay pacientes así que entró de una, mi mamá nuevamente se queda afuera, me siento en mi silla habitual, cierro los ojos y me tomo la cabeza, no quiero hablar, no quiero nada, ella se sienta frente a mí y se queda en silencio.

Después de un tiempo, no se cuanto, ella me pregunta por cómo me siento, si descansé. Levantó la cabeza y la miro, no le digo nada, me levanto de la silla y me pongo a dar vueltas por el consultorio,no me había fijado que eran tan bonito, tiene sus diplomas colgados.

 - Ahh, psiquiatra, psicoanalista, psicóloga ¿Porque solo pone en la placa psicóloga?
 - Es para darle confianza a los pacientes, soy psiquiatra pero más psicoanalista, si te das cuenta prefiero hacer terapia en lugar de medicar y dejar a mis pacientes fueron de escena, no va conmigo, mi formación profesional fue en psicología pero me especialicé en los demás.

Mientras  ella dice eso sigo dando vueltas, prefiero matar el tiempo antes de tocar el tema más importante.

 - Dime, ¿Te hubieras sentido cómoda el primer día, si ves que soy psiquiatra?

Me quedo quieta y la volteo a mirar, tiene razón, aunque se que lo que hice estuvo muy mal, y que mi problema es serio, no me habría gustado entrar pensando que era una "loquera" me encojo de hombros y sigo mirando las cosas, no tiene nada personal que diga quién es ella fuera de ese lugar, solo tiene sus diplomas y algunos libros de psicología y esas cosas.

 - Sabes, puedes dilatar lo que quieras, puede hacer preguntas, es más, si quieres puedes venir y sentarte a hacer nada, yo no tengo problema con eso, ya te lo dije vamos a tu ritmo, no te sientas presionada, estoy para ayudarte.
 - Jajajaja, si como no, no le creas mírala te mintió, no puedes confiar en ella, no te quiere ayudar.

Me dirijo a la silla y me siento nuevamente, en silencio.

El reloj timbra, ya se terminó el tiempo de la consulta, me siento mal por mi conducta pero no quiero ni siquiera hablar. Me levanto y me dirijo a la puerta, cuando abro la puerta me doy la vuelta y le ofrezco disculpas por mi actitud, ella me sonríe, me pone una mano en el hombro y me dice que todo está bien, le sonrió sin ganas.

Cuando salgo del consultorio mi mamá está tomándose un café, ya van dos en media mañana, eso quiere decir que está muy estresada, por mi culpa.



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En el texto hay: esperanzas, famila, suicidio y depresion

Editado: 04.04.2020

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