El día pasó sin mayor novedad, estuve en la sala leyendo, hasta que me cansé y me fui a dormir, durante todo el día me sentí cansada y perdida y no deje de pensar en la decisión que tomé, no sé si fue lo mejor, pero estoy segura que el tiempo lo dirá.
A eso de la media noche escuché un ruido en la cocina, me levanté con cuidado de no hacer ruido, para no despertar a mi hermana, cuando baje las escaleras encontré a mi mamá horneando, señal que está muy estresada aunque ella ama cocinar, solo hornea cuando algo está a punto de "explotar" más a estas horas de la noche.
- Humm, huele delicioso
- Galletas de chocolate y muffins
- Que rico, sabes que me encantan las galletas.
- Me pasa un vaso con leche y ella se sirve otro, pone un plato lleno de galletas sobre el mesón y se sienta a mi lado.
- Bueno, ¿en que íbamos?
- Humm, directa, vamos a ver qué va a decir.
- Estábamos hablando de porque me escogieron, porque no un bebé, como el que habían perdido.
Toma una galleta y le da vueltas, toma un sorbo de leche y empieza.
- Bueno, como sabes cuándo Sofi tenía 3 años yo volví a quedar embarazada, fue un embarazo difícil, ahí fue cuando tomé la decisión de retirarme de trabajar, quería darle lo mejor a la niña y a su hermanita, pero las cosas se complicaron mucho los últimos meses.
Voltea la cara y le empiezan a correr lágrimas por sus mejillas.
- Mamá, no es necesario, no tienes que recordar esos momentos.
- Si mi chiquita, si es importante, porque es algo que no sabes, solo tienes seguro que tuve otra bebé y murió pero nada más. Bueno, como te decía me enferme mucho, estuve hospitalizada el último mes, cuando la bebé nació, tenía una deficiencia respiratoria y falleció a los pocos días, eso nos devastó a tu papá y a mí, la esperábamos tanto, la amábamos tanto y se fue tan pronto, a pesar del dolor que sentíamos tratábamos de hacer lo mejor para que Sofía no se entristeciera, por fortuna era muy pequeña y no entendía muy bien la situación, pero nosotros teníamos tanto amor para dar, que apenas estuve restablecida pensamos en tener otro hijo, lastimosamente el último embarazo me dejó tan mal, que no fue posible, así que decidimos adoptar, a nosotros no nos importaba que no saliera de mi, queríamos un hijo a quien amar.
- Eso no aclara por qué a mí, yo no era una bebé tenía 10 años cuando me adoptaron.
- Tenías 9 cuando te conocimos, déjame terminar.
- Ok.
- Empezamos a mirar en los lugares de acogida, buscando ese niño especial, fuimos a muchos lugares pero no nos conectabamos, éramos almas rotas y queríamos un niño especial, alguien que de verdad necesitará nuestro amor y cuidado. Y así fue, después de tanto buscar llegamos donde tú estabas, nos enseñaron las fotos de todos los bebés y cuando íbamos camino a verlos te vi, sentada en un rincón, sola, asustada, nuestros ojos se encontraron y no pude moverme más, sabía que había encontrado ese niño, y eras tú.
- Sí, me acuerdo que te quedaste mirándome y se iluminó una sonrisa, era tan hermosa que hasta yo sonreí.
- Sí, me dirigí hacia tí y la trabajadora social me dijo que todavía no eras apta, que hace poco habías llegado y que tenías un pasado muy triste y que eras una niña "difícil", pero a mí no me importaba nada, sabía que mi corazón y el tuyo se habían conectado y que no me importaba cuánto tendría que esperar, ibas a ser mi hija así te hubiera tenido que secuestrar.
Esa ocurrencia me hace reír, por fortuna no me tuvo que secuestrar, la verdad fue difícil pero lo logró, consiguió mi adopción.
- ¿No te importaba lo que había pasado, lo que había tenido que vivir? ¿Ni a mi papá o Sofía?
- Al principio lo pensamos, pero como ya te dije éramos almas rotas y así como tú me curaste con esos hermosos ojos yo te iba a curar, costara lo que me costara… pero me equivoqué pensé que te había sanado las heridas y no fue así.
- No es culpa de ustedes, es solo mía, yo fui la que decidí no hablar de eso, pensé que ignorando el dolor algún día se iría, pero solo se enterró más en mi alma, hasta el punto que se ha hecho insoportable.
- Tu eras la niña, nosotros debimos haberte protegido, pero era tanta nuestra alegría que no vimos lo que te pasaba, veíamos a Sofía tan feliz con su hermana, nuestra casa estaba tan llena de bendiciones que nunca pensamos que tu vivías tu propia infierno. Nos pusimos un velo sobre los ojos que nunca vimos la tristeza que había en tus ojos, nunca pensamos que no habías superado todo aquello, es más te veíamos tan pequeña, tan frágil que no quisimos tocar temas que se pronto te lastimaran.
- Yo lo se mamá, además fue culpa mía también, sé que algunas veces ustedes intentaban hablar, preguntar y yo evadia las cosas, todavía lo hago, es más hoy no fui capaz de hablar con la Dra de eso, es tan difícil, me duele tanto cada vez que miro hacia atrás es como abrir las heridas y meter la mano para que sangren más, nunca quise hablar de eso porque siempre los vi tan felices que no quería empañar eso, no soy más que unas intrusa entre ustedes, no quería generar más molestias, ustedes han sido tan buenos conmigo, que yo se que no me merezco todo lo que han hecho por mi.
- ¿Qué dices? Una intrusa, por favor Val cómo se te ocurre decir eso, tú eres nuestra hija, no tendrás nuestra sangre corriendo por tus venas pero eres nuestra hija, nunca olvides eso, no nos molestas, no nos quitas nada, todo te lo mereces, cuando llegaste a este hogar llenaste un vacío muy grande que había acá, y no quiero que vayas a pensar que eres un relleno, no, tu eres nuestra hija, como lo es Sofía, te amamos con la misma intensidad que la amamos a ella, nunca pienses esas cosas, no nos debes nada, al contrario, nosotros somos los que te debemos tanto.
En ese momento rompe en llanto, es tan doloroso verla así, nunca la había visto quebrarse de esa manera, la abrazo y la beso en la frente. Levanta la cabeza me mira y me vuelve a repetir que yo soy su hija, y que nadie puede decir lo contrario.
No sé en qué momento llegó el amanecer, cuando me doy cuenta mi papá está bajando las escaleras, cuando nos ve en ese estado se asusta y sale corriendo a la cocina nos pregunta por lo que nos pasa, le decimos que nada, que solo estábamos hablando de mi adopción, y que nos dejamos llevar por los sentimientos, le digo que no se preocupe que todo va a mejorar, me abraza con fuerza y yo a él, me aferro a su espalda como si fuera mi salvavidas, se siente tan bien, y me prometo que voy a dar todo de mi para salir de esta, por mi, por ellos, por Sofía.
- ¿De verdad crees que lo vas a lograr? Nunca, no salvación, estas perdida, estas dañada, y nadie te va a salvar.
No me importa lo que diga, se que estoy rota y que de pronto nunca voy a encontrar los pedazos completos, pero uniré los que pueda, algunas personas podemos juntar nuestras partes rotas, se que no es tarde, se los debo, me lo debo.