Es muy difícil contar mi historia, sin embargo, hoy me tomare el tiempo para contarles lo que alguna vez me sucedió, durante una tarde de invierno, en la que parecía que todo estaba marchando según mis planes, aun así, no era consciente de las cosas que estarían por suceder durante la fiesta de graduación.
Me dirigía con toda normalidad al evento que mis compañeros y maestros habían organizado, previamente para celebrar la culminación de nuestros estudios universitarios, jamás hubiera pensado que este día llegaría tan rápido o al menos jamás pensé que las cosas que estaban por suceder le pasarían a alguien como yo.
Después de todo… no era nadie es especial, solamente un chico común y corriente de tan solo 21 años, que había logrado terminar la universidad, con muchas dificultades y problemas causados por la rivalidad de un par de compañeros que trataban de hacer mi vida un poco más miserable de lo que ya lo era en aquel entonces.
Caminaba velozmente por las oscuras calles de mi ciudad en busca del lugar, al cual se suponía que tenia que llegar para lograr asistir al baile de graduaciones, el viento parecía estar volviéndose cada vez más frio con el pasar de los minutos, mire de reojo como es que todos mis compañeros pasaban de cercas con sus familias acompañándolos al gran día.
Me detuve repentinamente y deje salir un pequeño suspiro, mientras intentaba no dejar salir un pequeña lagrima de mis ojos, tome valor y seguí caminando la hora se estaba aproximando y las cosas no podían ponerse mucho peor en ese momento, lo que no sabia es que nunca se debe dudar de lo traicionero y desafortunado que suele ser el destino.
Mire fijamente el lugar que se encontraba iluminado por una serie de luces de color brillante, los destellos emitidos por estas, cubrían por completo casi, toda le estructura del gran salón de eventos que serviría como pista de baile para un monto de chicos que no tenían aun claras sus metas en un futuro o al menos eso pensaba, mientras que sacaba la invitación que tenia guardada dentro del bolsillo de mi pantalón.
Seguí caminando y sonreí ampliamente al ver como mis amigos se encontraban, ya en la entrada de aquel tan enorme lugar, me apresure y logre acercarme lo suficiente como para estar cercas de mi mejor amiga, su nombre era Rebeca una chica de cabello rojizo y ojos de color gris, a un lado de ella se encontraba uno de mis mejores amigos un chico de apariencia intimidadora y de cuerpo bien definido, su nombre era Ángel, aunque mucho solíamos pensar que el nombre no era realmente adecuado para él.
Su actitud en ocasiones era muy inestable en mucho de los casos solía ser una muy buena persona, sin embargo, a veces podía ser demasiado frio o egoísta con los demás, se podría decir que su carácter era demasiado voluble, incluso podría ser tan semejante al de una llama que se enciende y apaga con la dirección del viento.
Mientras que Rebeca, era una chica demasiado centrada en sus estudios, una persona que seria capaz de todo con tal de lograr sus metas, ella no era la típica chica fría o prepotente que solo pensaba en sus necesidades, en su tiempo libre solía ser voluntaria para cuidar a personas de la tercera edad o participar en eventos que ayudaran a contribuir con la salud y bienestar de los demás.
Sin embargo, yo era el único que no estaba seguro de en realidad ser alguien importante o relevante en la sociedad, pues en muchas ocasiones me limitaba a permanecer dentro de casa, tratando de resolver mis problemas familiares, aun así, en mi tiempo libre solía escribir o salir a tomar grandes caminatas que la mayor parte de las veces solían terminar en el parque, que se encontrar a solo unos cuantos metros de mi casa.
Ellos parecían realmente felices, mientras que o parecía ser algo totalmente diferente, sonreí ampliamente, al notar que la mirada de mis amigos se había tornado algo llena de preocupación, no quería arruinarles una noche como esta, el camino serial largo, pero estaba seguro de que juntos podríamos lograr nuestras metas y deseos.
Entramos rápidamente y procedimos a buscar nuestra mesa, la cual se encontraba a solo unos cuantos metros de distancia, Rebeca se apresuro y tomo asiento justo en la parte lateral, mientras que nosotros nos colocamos cercas de ella, en si teníamos demasiado espacio libre, debido a que las mesas habían sido diseñadas para ser usadas por al menos diez personas, sin embargo, ninguno de nuestros compañeros accedió a compartir la mesa con nosotros.
Sin embargo, estar solo en aquella tan importante fecha me resultaba algo demasiado incomodo, aun más al saber que el baile era solamente para parejas, extraño pero cierto la mayor parte de mis compañeros había optado por la temática de romance y amor juvenil para nuestra graduación, por lo que se inventó una pequeña dinámica para las personas que habían acudido solas aquella noche.
Dentro de mi invitación ya hacia un pequeño número inscrito debajo de mi nombre, el cual indicaba quien seria mi pareja esa noche, me levante de la mesa y camine hacia donde se encontraba la tabla de resultados, mire rápidamente y busque el numero de la persona que se me había asignado para compartir el baile y la cena romántica la noche siguiente en uno de los mejores restaurantes de la ciudad.