Capítulo Uno
Desafortunada
Desafortunada, eso es lo que ahora mismo soy, y por muy absurdo que suene, así es como empieza todo.
Todo comenzó con lo que menos esperé, en el momento inesperado y con la persona que jamás hubiera imaginado.
Suena tonto, lo sé.
Pero, la realidad es que las cosas no siempre salen como uno imagina que llegarán a ser o el modo en que llega a suceder. Lo cierto, es qué no decidimos como será el inicio de nuestra historia ni mucho menos quién será la persona con que lo hará.
Hay ocasiones dónde simplemente las cosas se dan antes de, incluso sin que puedas darte cuenta. Supongo que por esa razón las historias tienden a ser escritas, sin importar que puedan o no leerse, finalmente, las que no dejan huella en un papel, terminan dejando una huella en el alma.
Porque esa es tu historia y éste el inicio de la mía.
Es gracioso la manera en cómo suceden las cosas, un momento caminas hacia la salida de la Dirección y al otro, te encuentras en medio del tráfico de una tarde de la CDMX.
El día de hoy no es mejor que el de ayer, el sol está qué arde y el mal olor que se genera dentro del transporte no ayuda en lo más mínimo. Siento que me derrito rumbo en camino a la casa de un "desconocido".
¿Que podría significar eso?
Nada más ni nada menos que hoy es mi día de mala suerte, volviendo a la conclusión de lo desafortunada que soy, y es que, esto no sólo implica que debo hacer algo que no quiero o que otros tampoco quieren, — sí no peor,— debo hacer algo que muchos quieren, pero ¡me toca hacerlo a mi!
Ésta claro que eso, solo es gracias a la pésima suerte que tengo.
Suerte, sí eso es lo que me hizo falta hoy y la mayoría de todos los benditos días de mi vida. Siendo franca, ese término suele ser muy utilizado como tentativo. Aunque claro, hay diferencias, mientras algunos lo toman como una simple palabra que puede acompañar una frase, otros la simbolizan a tal grado de que terminan creando toda una gran cantidad predicciones y supersticiones, comenzando a relacionarlas con el karma.
Miró el letrero que se ubica a un lado del poste de luz para asegurarme de que se trate de la calle correcta.
— Solo sé que al final esto sólo me traerá problemas. — sé que no debo ser pesimista, pero ¿cómo no serlo, si en estos momentos, voy en camino rumbo a casa de Liam Hamilton?
¿Qué quién es?
Bueno, nadie en especial.
Tan sólo es el chico malo del instituto, quien cada 2x3 se encuentra en conflictos, suspendido, o en los demás casos, expulsado.
Digamos que su historial para meterse en problemas lo precede. Se dicen muchas cosas — nada buenas, debo agregar — de él, su grupo de amigos es muy distintivo por su alto nivel de popularidad; además de que es un maldito arrogante, capaz de golpear a cualquier estudiante o profesor el primer día de clases; sólo porque sabe qué Dios lo apremio con un escultural cuerpo, una belleza de adonis e inteligencia envidiable.
《No me agrada, ni me importa pero eso no significa que sea ciega. Bueno, ocupo lentes pero...》
Alex, centrada.
Aquí la pregunta importante es: ¿Cómo diablos llegue a esta situación?
Bueno, una estudiante que busca una beca alimentaria necesita llevarse bien con todos los que pueda ¿cierto? Y si la Jefa de Docentes, La Srta. Torres, te pide que "amablemente" lo hagas.... Nah, mentira. Técnicamente me interceptó cuando salía de la dirección con solicitud en mano, me dijo que si no lo hacía podía olvidarme de realizar mi solicitud y ¡Zas! Ahora estoy aquí caminando por la banqueta con todas sus tareas y trabajos; porque el muy... flojo decidió que ya no quería honrarnos con su divina presencia, ¿se nota el sarcasmo?
Lo sé, esto es una basura.
Aunque, está claro que detesta al chico, no piensa lo mismo de las generosas donaciones que el padre de ese bad boy realiza cada vez que su "queridísimo", creído e idiota hijo se involucra en distintos problemas.
Siendo sincera, hubiera preferido que enviarán a una de sus conquistas huecas, o bien, a alguno de sus fans. Yo no quiero tener nada que ver con él, con un riquillo, el cual, por el simple echo de tener dinero se cree el dueño del universo.
Suelto un suspiro y paró en donde se supone debo hacerlo. No puedo evitar fruncir el ceño, esto debe ser un error, miro el papel que me dio la profesora, de igual modo, google maps en mi celular.
¿Cómo es que no conozco ni un poco la delegación o alcaldía vecina?
Debo admitir que con ese renombramiento me confundo demasiado. Niego un par de veces, no debe ser cierto. Yo no creo que esta sea su casa ¿o si? Digo, la casa no es fea, es mucho mejor que la mía pero yo creí que.... la casa es de dos pisos, las paredes son blancas con el retoque de algunas grietas que indican la vejez de la propiedad, el portón en apariencia debería ser rojo, aunque la pintura se encuentre demacrada y al parecer esta rodeada de mucho patio, la estructura de la casa no es grande como lo hubiese esperado.
Hamilton, es un apellido inglés ¿cierto? ¿No se supone que los ingleses son ricos? Incluso un barrendero gana bien en Inglaterra ¿no? Releí por quinta vez el papel y giré la cabeza hacia el letrero que indicaba la calle en el barandal de la luz, el número y la localidad ¡Por Dios! Incluso me aseguró de la ciudad ¡¿Qué rayos pasa conmigo!? No lo puedo creer. Esto no me lo imaginaba. Con inseguridad, muerdo mi labio y las piernas me tiemblan ¿Qué tal si no es? Tocó el timbre y puedo oír desde aquí como suena en el interior de la casa. Vaya que fuerte.
¡Ay no!
Escucho los pasos de alguien acercándose y eso tan sólo me pone la piel de gallina, tanto que me han dado ganas de orinar. Se acerca, tengo miedo de hacer el oso de mi vida, si sale y resulta no ser su casa.
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Editado: 22.05.2023