Desconocido [saga griegos #5]

Capítulo 3

Nicos

—¿Dónde está mamá? — Tomasso se sienta frente a mi.

—Se ha quedado en el apartamento—Tomasso sonríe.

—¿El galán vino con ella? —siento que me tenso al escuchar esa parte.

—No, ha llegado conmigo —fuerte los brazos de mi silla.

—Supongo vendrá después — se encoge de hombros, lo miró con furia.

—¿Cuál es la mierda de qué tu madre tenga un hombre en su vida?— sacó la cajetilla de cigarros y enciendo uno, Tomasso enarca una ceja.

—Pensé lo habías dejado por Andreus — le doy una calada fuerte.

—Solo es uno —apoyo mi codo en mi escritorio y agachó mi cabeza —¿La universidad?

Tomasso carraspea, levantó el rostro y lo miró.

—Eh, hoy no fui padre — doy un golpe seco en el escritorio.

—No quiero que faltes a clases Tomasso, no quiero que te involucres más con la gente de Aquiles —Tomasso me mira molestó.

—También quiero ayudar a limpiar las calles de las escorias — sujeto mi ceño, se avecina un fuerte dolor de cabeza.

—No quiero que descuides las clases —Tomasso suspira.

—Desa estudia desde casa y tú no dices nada.

—No puedo creer lo que acabas de decir; Desa acaba de tener un bebé, y aún asi está estudiando.

Tomasso baja la mirada.

—No quiero verla papá, quizás no me comprendas por que soy un chiquillo para ti pero realmente la quiero y sufro cuando la veo -—calló un momento y agarró su mano.

—Hay más chicas en esta tierra Tomasso — levanta su mirada y  mira directo a mis ojos.

—Tienes a una mujer en esta casa papá, ¿la amas como a mamá? —me recuesto en mi silla y me doy cuenta que esté chico no es para nada pendejo, ha sabido responderme y ponerme en mi sitio.

—¿Qué pretendes hacer?- él suspira.

—Déjame estudiar desde casa papá, quizás sin mirarla...la olvidé —sonreí con ironía, yo pasaba meses sin ver a Iona y cuando la lograba ver mis sentimientos eran más salvajes.

—No creo lo hagas —me pongo de pie y me acercó al gran ventanal de ahí puedo ver a Anndra en el jardín conversando con sus amigas.

— Tú lo has logrado con mamá, tienes a otra en tu vida  — cierro los ojos por que me doy cuenta que ha sido un gran error, comenzar una relación sólo por atracción sexual... la que ya estaba muriendo.

—Quiero pedirte un favor Tomasso —doy otra calada a mi cigarro — No le menciones a tu madre que soy el desconocido silencioso.

—¿Por qué? —me giró y apoyo mi cadera en el alféizar de la ventana.

—Entre menos gente lo sepa, es mejor para mi.

—Es mamá, ¿Anndra lo sabe y mamá no? —sonrió.

—Anndra no lo sabe, hijo —sigo fumando mi cigarrillo —La prensa me apodó así cuando empecé a limpiar las calles, sabes que al principio me divertía y ahora simplemente me quedé así —Tomasso asiente — me he ganado más enemigos es mejor que tú madre no lo sepa.

—Tienes razón papá — Tomasso se acerca a la ventana y mira a Anndra, hace una mueca de disgusto —No sé ha enterado que has llegado, cuando mamá era tu mujer, estaba pendiente de ti...detesto esa falta de interés de Anndra —me encogó de hombros.

—Es algo que no me quita el sueño —al principio me resintió esa parte, Iona me había mal acostumbrado. Llegaba a casa y me esperaba cerca de la puerta para abrazarme y fundirnos en un beso, Anndra no hacia nada de eso, ella era mas de estar con sus amigas, andar de tienda en tienda y por supuesto ahora con pedirme un hijo a cada rato.

—La mayoría de sus amigas están preñadas, creo es la moda entre ellas — frunzo el ceño.

—¿De qué hablas? —Tomasso se encoge de hombros.

—Son como chiquillas, viven en competencia, supongo que ahora es la de ser madres para después competir con quién va al mejor hospital, mejor parto, me dan pena  estos niños, cuando se aburran de ellos, olvidarán  a sus hijos, no quisiera estar en los zapatos de esos pobres bebé que nacerán para ser exhibidos.

Vuelvo mi mirada hacia el grupo y me siento molesto, tanto que me ha jodido la existencia para traer un hijo al mundo, simplemente  para ser exhibido ante todo ese círculo de locas de mierdas.

—Menos mal papá que tú no te prestas a su juego — agradecía a Iona el haberme dicho que me agradecía que no le había dado hijos a Anndra por que eso la haría sufrir, si ella no me hubiera dicho eso, mi respuesta a Anndra iba a ser si.

Tomasso se marchó y mi mirada no se apartó de Anndra, ella seguía  feliz con sus amigas y con una mano en su vientre, no dejaba de acariciarlo, igual que sus amigas con el ombligo hinchado. En ningún momento ella se había tomado la molestia de llamarme para saber si había llegado bien a  donde yo anduviera.

Volví a mi lugar en el escritorio pero está vez con un vaso de alcohol, me sumi en mis pensamientos, paso el rato y hasta que estaba anocheciendo mi flamante novia hizo su aparición.

—Nicos mi amor, has llegado — doy un sorbo a mi bebida y recorrí con mis ojos su cuerpo enfundado en un carisimo vestido de diseñador, era una mujer deseable... se sienta frente a mi con una gran sonrisa —¿Qué decidiste? —esbozo una sonrisa irónica.

—Olvidé que lo único que te interesa de mi es mi esperma —ella frunce el ceño — Me siento como un prostituto mal pagado.

—¿De qué hablas Nicos?— su ceño se ha fruncido muchísimo.

—Dime algo Anndra, ¿que opinas del Desconocido silencioso? —era un puto masoquista, pero entre más enterrara el dedo en la llaga,mas abriría los ojos.

—Que es un total idiota - enarcó una ceja y levantó mi vaso, mi mirada está fija en el el líquido ámbar - Como rayos va a gastar una fortuna en gente que no vale la pena —con furia estrelló mi vaso en el piso, Anndra da un salto del susto en su silla.

— ¿Gente que no vale la pena? Mi hija era una drogadicta y déjame decirte que si valía la pena.

Anndra hace su cabello hacia atrás y me mira.

—No hablo de Kaia, es de esa gentuza —niego y la miró a los ojos.

—No habrá bebé — ella se pone de pie furiosa y se me acerca.



#1485 en Novela romántica

En el texto hay: accion amor mafia

Editado: 26.01.2019

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