Al terminar la actividad, fuimos a backstage para cambiarnos y recoger nuestras cosas.
—Chicas, quiero fotos de este día, por favor —Erika estaba emocionada.
Saco su móvil y nos tomamos fotos, de pronto, los chicos llegaron y nos sacamos unas cuantas más juntos, necesitábamos inmortalizar la primera actividad de nuestras carreras universitarias.
—Bonnie, ahora yo quiero una foto solo contigo. —Harrry sacaba su móvil.
—Claro que sí, Harold, ven acá. —Lo abracé por la cintura, mientras capturaba la imagen de ambos con amplias sonrisas.
—Oye Bonnie, quiero hacerte una invitación a cenar —soltó.
—¿Otro lugar especial? —pregunté confundida ante el nerviosismo con el que me lo dijo.
—El más especial de mi vida. Mi hermana y mi madre desean conocerte, tú nunca has ido a mi casa, solo a la de los chicos, y pues, ellas quieren que vengas a cenar ahora con nosotros. —Mientras me decía eso, puso sus brazos atrás de su espalda y se balanceaba de un lado a otro
—Claro que sí, me encantaría, solo deja que me ponga un poco más cómoda. —Sonreí graciosa al ver su expresión.
—Sí, te espero afuera del auditorio y nos vamos a casa, ¿te parece?
—Está bien, vuelvo en un rato. —Agarré mi maleta para dirigirme a los vestidores.
Realmente me pone un poco nerviosa, y aún no entiendo por qué, pero creo que es el hecho de que tenga una invitación directa a una cena familiar, parece muy formal, aunque probablemente simplemente sea mi cabezota la que se está complicando más de lo que no debe.
En fin, me quité la chaqueta y me coloqué unas vans, mis pies pedían a gritos bajarme de esas botas.
Le entregué las llaves del auto a Erika para que ella condujera a casa.
Al terminar guardé todo y me dirigí a la salida para encontrarme con Harry.
—¿Nos vamos, nene? —Toqué su brazo desde atrás.
—Oh, si claro, —agarró mi maleta para ayudarme— ahora estás igual de enana que siempre. — Señalaba mis zapatos.
—JA, JA, chistosito como siempre. Debo decirte que en mi país mi estatura es muy normal.
—Pero ahorita estamos en mi país y aquí eres mi pequeñita Bonnie —Me abrazó por encima del hombro y me dio un beso en la cabeza.
—Ok, me conformo con eso —dije mientras caminábamos hacia su auto.
Acomodamos nuestras cosas en el auto y nos dirigimos a casa de Harry, en el camino hablamos un poco, pero él estaba nervioso y lo notaba, y al verlo de esa manera me ponía nerviosa a mí.
—Bienvenida a mi hogar, linda —Abrió la puerta invitándome a pasar.
—Oh, ya llegaron —dijo una voz dulce en algún lado de la casa— Hola, tú debes ser Bonnie.
—Bonnie, ella es mi madre, Anne.
—Un gusto Sra. Styles, gracias por la invitación. —Ella me abrazaba, era una mujer muy hermosa.
—Por favor, dime Anne, he escuchado tanto de ti que siento que eres parte de la familia. —Harry se sonrojó ante ese comentario de su madre.
—¿Ah, si?, ¿y puedo saber qué es lo que ha escuchado de mí?
—Sí, Edward no para de hablar de ti desde que comenzó el semestre. Me comentó que vives en casa de Gissele, que eres muy linda y eso ya lo comprobé, y pues siempre me cuenta algo de ti, como llegas vestida y…
—Ya mamá, creo que ya le quedó claro a Bonnie que te he hablado de ella, déjala que se ponga cómoda. —Me llevó a la sala, seguía sonrojado.
—Perdona, me emocioné hablando. Esta es tu casa, puedes ir a donde quieras, siéntete en confianza.
—Gracias Anne, de hecho su casa es muy linda, el decorado le encantaría a mi madre, a ella le encantan las flores y seguramente amaría ese jarrón gigante con girasoles.
Mientras hablábamos con Anne, alguien entró, aunque la verdad solo lograba ver dos cajas de pizza asomarse por el pasillo.
—¡Hola, estoy en casa, traje la cena!
—Hola, mi amor, pasa, estamos en la sala. —Anne se dirigió a ella
Harry se levantó al encuentro, para ayudar con las pizzas, y llevarlas a la cocina, era su hermana Gemma.
—¡Bonnie! —chilló y se acercó muy rápido para abrazarme, tan rápido que no logré pararme del todo para saludarle—. Me encanta tenerte aquí y conocerte al fin, soy Gemma.
—Hola, Gemma, igual es un gusto conocerlas, Harry también me habla de ti.
—No creo que hable de nosotras tanto como el habla de ti, todos los días nos cuenta algo nuevo. —Me sonrojé.
—Creo que nadie había dado tanta información de mí, ahora veo porque querían conocerme.
—Debes tener hambre, preciosa, vamos a comer, Gemma trajo las mejores pizzas de la ciudad, te van a encantar.
Nos dirigimos hacia el comedor, donde Harry se encontraba ya sirviendo un poco de soda de uva en una jarra para poder servirnos con facilidad.
Anne y Gemma se sentaron en un lado de la mesa, dejándome justo a la par de Harry.
Charlamos durante una buena parte de la noche, realmente no sentí el tiempo, me vino muy bien la cena, eran una familia maravillosa y me divertí mucho.
—Creo que ya es hora de irme, ya es un poco tarde y estoy cansada. Gracias por la cena, en verdad necesitaba esto, extraño mucho a mis padres y me sentí como en casa, con toda su atención y dulzura Anne, con tu alegría Gemma y por supuesto tu rareza Harold. —No me había dado cuenta de que se me habían salido unas cuantas lágrimas de toda la nostalgia.
—Preciosa, esta es tu casa, seremos tu segunda familia si lo deseas. Ven dame un abrazo. —Ella limpió mis lágrimas mientras me daba un abrazo, luego Gemma me abrazó también.
—Gracias y la próxima vez, déjenme cocinarles algo.
—Bonnie cocina exquisito, por favor cocina tú. —suplicó Harry.
—Mi niña, la cocina, la sala, la casa es tuya, cuando quieras, ven y cocina, yo encantada de probar la magia de tus manitas —dijo Anne mientras nos dirigimos hacia la puerta.
Me despedí de ellas y nos subimos al auto de Harry, ya sé que está cerca, pero mis cosas estaban en él.