Descubriendo el Amor

CAPÍTULO 34: Azotea

En mi cabeza estaba gritando despavoridamente, habría golpeado al sujeto que me tenía inmovilizada y probablemente encerrado en mi cuarto hasta haber llamado a la policía, tenía miedo por las chicas, no quería que les sucediera nada malo.

Intenté safarme de su agarre, e intenté gritar con todas mis fuerzas, pero era imposible, me arrastraba hasta la cama, dejé de hacer fuerza y comencé a llorar, sentí que estaba a punto de desmayarme.

— ¡BONNIE! ¡ BONNIE! ¡ POR DIOS REACCIONA BONNIE! — logré distinguir que una voz me estaba llamando

— No me hagas daño por favor — dije en un sollozo

— Bonnie, soy yo, soy Louis — sus manos habían tomado mi rostro

— ¿Lou? — limpié mis lágrimas y abrí muy bien mis ojos

— Love, ¿qué te sucede? ¿por qué has actuado así? ¿estás bien?

— ¡Tú! — le pegué en el hombro — ¿Por qué me has atacado? ¡Eres un tonto! — un montón de lágrimas volvieron a brotar de mis ojos

— Love, yo no te he atacado, yo solo te abracé por detrás y al ver que ibas a gritar te tapé la boca, no quiero que las chicas sepan que estoy acá, te saludé ¿acaso no escuchaste nada de lo que te dije? — limpiaba las lágrimas de mis mejillas

— No... yo... yo... no... tú... — estaba aún en shock

— Bon, ¿ha ocurrido algo contigo antes? Esa reacción ha sido demasiado, tuve que arrastrarte a la cama porque tenía miedo de que sucediera algo, tuviste un ataque de pánico.

— Tu... tu... tu ¿cómo has llegado acá?

— ¿Recuerdas una pijamada en la que los chicos y yo pasamos hasta acá desde ambos árboles que conectan ambas casas?, pues estaba en casa de Harry y quise pasar, pero sigo sin entender, ¿Bonnie estás bien?

— Mejor... pero... no entiendo, ¿por qué me has asustado así? — fruncí el ceño

— Love, tu no estas bien, cuando entraste a la habitación te saludé, sabía que te asustarías al verme y estaba muy seguro que quebrarias el vaso y el plato que traías, pero tu simplemente te dirigiste a dejarlos en la mesa de noche, y luego al tocador, te pregunté si estabas enojada conmigo y no respondiste, es por eso que decidí abrazarte pero luego tuviste el ataque de pánico y realmente estoy muy preocupado — sus ojos azules estaban llenos de confusión y miedo

— Lou, perdóname, estoy muy distraída, hablé temprano con mamá y me comentó que la abuela está enferma, así que estoy muy preocupada y triste, me gustaría viajar y ayudar a cuidarle pero no puedo, he estado pensando en lo peor y simplemente me he desconectado de todo ahora manteniéndome muy ocupada — bajé mi rostro

— No sabía eso Love, descuida, ella estará bien, estoy seguro que es una mujer fuerte — besó mi cabello

— Lo es, en verdad lo es — dí un suspiro — ahora, dime Lou ¿qué haces acá?

— Estaba en casa de los Styles, y me dí cuenta que tengo mucho tiempo de no pasar a solas contigo, así que quise darte una sorpresa pero primero le dije a Harry, no quería que se creara algún malentendido — sonrió ampliamente — el dijo que te enviaría un mensaje cuando regresara de hacer el súper con su madre y su hermana para venir a verte, mientras tú y yo cenaremos algo delicioso — levantó una bolsa lo que me hizo entender que esa era la cena.

— Gracias Lou, sólo déjame ir por unos platos y vasos ¿si?

— No hagas ruido, no quiero que sepan las chicas, luego me reclaman que por qué no les traje algo a ellas también — se rió en voz bajita

— Claro que no, es más te llevaré a otro sitio de la casa, estaremos mejor en ese lugar, espera acá, regreso en un momento.

Bajé a la cocina en busca de lo necesario para la cena y a devolver las porciones de pizza. Al regresar le indiqué a Louis el camino hacia la azotea, era pequeña y lo único que había ahí era un sofá antiguo y muchos adornos de la familia de Gissele.

— Ven, sal por acá — le dije mientras sacaba fuera de la pequeña ventana la comida

— Ten cuidado, aún estoy muy preocupado por tí

Afuera de la ventana, había una base de cemento muy ancha, parecía una pequeña banca con una mesita. Una noche que andaba deambulando por ahí, hace un año, recordé que aún no había visto esa parte de la casa. Es un armario, hay mucha ropa antigua y en el techo una cuerda que al jalarla despliega una escalera hacia la azotea. Al subir me di cuenta de esa ventana con el acabado ideal para pasar un rato a solas.

A menudo subo a leer un rato o comer un sándwich, un té, lo que sea. Las chicas han subido conmigo un par de veces, sin embargo, no son fanáticas del lugar, primero porque a Gissele le dan miedo las alturas y a Erika le da miedo el lugar, cree que saldrá un fantasma.

— La vista es genial Love, parece perfecta en la noche.

— Lo es, perdón por lo de hace un rato — revolví los fideos en mi bowl

— Quiero volver a preguntarte, ¿te ha pasado algo? ¿Alguién te ha hecho daño?, si no quieres hablar de esto, no lo hagas, solo estoy muy sorprendido y preocupado por ello. — el tomó mi mano

— Cuando... — suspiré — cuando tenía 12 años, fuí a la casa de una amiga, a estudiar para una presentación grupal, su madre es enfermera y su padre trabaja en un banco, ella recibió una llamada de emergencia que debía cubrir un turno, al parecer había ocurrido un accidente muy grave y el hospital se saturó demasiado, hacia falta personal en el lugar.

— Ella llamó a una niñera que vivía cerca de ahí para que pudiera cuidarnos mientras terminabamos y mis padres llegaban por mí.— continué narrando — Mi amiga se escapó a buscar a la niñera, y yo me quedé en su habitación un poco asustada. Me distraje un rato rayando un par de hojas para un informe, cuando de pronto su hermano, de 14 años entró a la habitación, yo no me di cuenta de eso, y me abrazó por detrás.

— Me asusté un poco, pero al ver que era él me relajé, aunque era extraño, él nunca me abrazaba. — puse un mechón de mi cabello detrás de mi oreja— él me dijo que era muy hermosa y metió su mano bajo mi blusa, le pregunté que hacía, que no me tocara, pero él continuó haciéndolo, yo comencé a llorar y quise levantarme pero solo logré safarme de su agarre. Él había asegurado la puerta, intenté huir debajo de la cama pero él me sujetó con fuerza y levantó mi blusa colocándola trás mi cabeza, lo que provocó que mis brazos quedaran hacia arriba.




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