Desde cero

Capítulo III - La ley del más fuerte

En la mañana, una semana después de lo ocurrido en el muelle, Ju-sa se levanta de la cama y piensa.

"Ya hace una semana desde lo ocurrido con aquel joven, después de todo su abuela no tenía nada grave y solo le mentía para que este se preocupara más por su salud y dejara de irse al muelle a llorar. Después de aquello he visto al joven correr por ahí con otros chicos y parece estar en un mejor estado sentimental, es muy grato saberlo." 

Unas horas más tarde Ju-sa se pasa por algunos clubes buscando recitar sus mejores poesías en ellos, en esta semana había escrito dos, de las cuales se había enamorado y una de ellas fue inspirada en un trabajador de la obra que está frente al hotel en que se hospeda. Lo que pasó fue lo siguiente;

Una tarde en eso de las seis, al llegar al hostal se encuentra a un señor sentado en la acera mirando al suelo con una carta en las manos y lágrimas en sus ojos, su ropa estaba desgarrada y sucia, sus manos eran ásperas y llenas de cayos, al parecer su trabajo era muy forzado y se maltrataba mucho su cuerpo. Ju-sa como siempre, queriendo ayudar a todos y buscar inspiración en la soledad de los demás ya que la suya no le bastaba, se acercó a él y le preguntó.

-Disculpe señor, ¿está usted bien?

- Y ¿a usted que le importa mi estado de ánimos? - respondiéndole de una forma un tanto negativa y agresiva 

-Disculpe las molestias señor, que pase un buen día.

Cuando Ju-sa se da la vuelta y sigue caminando al hostal, a unos diez pasos más o menos, el señor le dice.

-Espere, si me pasa algo, pero no sé con quien hablar y no creo que mi mejor opción sea hablarlo con cualquier extraño. - El obrero.

-Sí, tiene razón en que hablar sus temas personales con un extraño no es la mejor opción, pero, si usted no tiene a nadie con quien hablar, que supongo que es el caso, ya que está aquí en la orilla de la carretera, llorando y lamentándose SOLO, entonces sí, su mejor opción es hablarlo con un extraño que se preocupa por usted, aún sin conocerlo. - Ju-sa

Luego de conversar con este hombre y que él le contara lo que le sucedía, Ju-sa lo plasmó en papel, haciendo ciertas modificaciones y poniéndole un poco más de drama para que sea algo llamativo y ya estaba ansioso de recitar sus obras de arte en público, pero a los últimos tres clubes que fue lo rechazaron por no ser reconocido.

Lo sentidos, pero su nombre es muy poco reconocido y no atraerá clientes como esperamos que lo haga, quizás en otra ocasión. - siendo esto lo que le han dicho en lo últimos clubes a los que a asistido.

Ahora se dirige a uno de los clubes más pequeños de la ciudad, obviamente la paga será mucho menor, pero él estaba pensando en que para darse a reconocer debe empezar por lo más bajo.  Al llegar a este club, tuvo una pequeña conversación con el administrador.

-Buenas tardes, soy Ju-sa, vine aquí porque me gustaría presentar algunas de mis poesías ya que este es un club reconocido porque de aquí han salido muchos poetas talentosos. - Ju-sa

-¿Qué tiene para ofrecerle a nuestro local? - administrador.

-Tengo muchas poesías con un gran potencial que podrían explotar en cualquier momento señor. - Ju-sa

-Perfecto, hagamos esto, preséntese esta noche por un treinta por ciento de la paga que regularmente hacemos y recite solo una poesía, si esta es aceptada por el público usted va a continuar con la segunda y recibirá el cincuenta por ciento y si de igual manera es aceptada, continúa con la tercera y por ultimo con la cuarta para recibir el cien por ciento de la paga. - Administrador.

-Perfecto, ¿a qué hora puedo venir? - Ju-sa le responde de forma confiada, pues estaba seguro que sus poesías tenían un potencial enorme.

-La tarima el día de hoy estará libre, puede venir entre las ocho pm y las once pm, a la que usted considere más cómoda o favorable, el día de hoy solo pondremos a prueba su talento. -Administrador.

Al terminar la conversación Ju-sa se fue hasta el hostal caminando, una vez allá, pensó con cual iniciaría para conmover al público. En aquellos shows era permitido hacer historias de igual manera, lo único que importaba a fin de cuenta era el entretenimiento de las personas, no importaba si tus letras eran buenas o malas, si no eras fluido, no ibas a lograr controlar el público.

Después de rato pensando el decide ir al muelle, ya tenía en la mente como iba a empezar, así que se dirigió al muelle y una vez allí, se sentó en el extremo a mirar la hermosa agua cristalina, habían unos peces pequeños que nadaban allí y una señora que vendía lo que parecía ser comida de peces, las personas le tiraban aquel alimento y ellos se aglomeraban para poder comer, Ju-sa le compró un sobre a la señora y fue lanzándolo poco a poco y mientras los observaba, notó que los peces grandes desplazaban a los pequeños, los intimidaban y se comían ellos el alimento, así que pensó.

-Así es este mundo, el más grande se aprovecha del más pequeño, el pequeño crece creyendo que esto es lo normal y una vez es grande, empieza a provecharse de los más pequeños del mismo modo, la ley del más fuerte, la ley de la selva, la cadena alimenticia. Todo va de la mano y todo se relaciona con dos simples palabras, poder y querer. Hay personas que pueden hacer algo y no lo hacen porque no quieren, en cambio hay personas que no pueden hacer algo y lo hacen porque quieren. 

Vivimos en una época en la que todos se ofenden por nada y a nadie le importa nada más que sí mismo, donde todos exigen respeto pero no lo brindan, estamos rodeados de personas en nuestro día a día, pero aun así seguimos estando solos, ¿por qué será?, la verdad es que es una duda que hoy en día todos tratamos de resolver, sin obtener resultados aparentes.




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