Desde ese BalcÓn

Capítulo 27. Los finales felices ¿Existen?

Desde que Romeo decidido irse, debo admitir que me senti mal conmigo, sabía que iba a ser imposible llevar una relación, ambos podíamos con ello, pero como siempre, me deje demandar demás por mi trabajo.

Hoy cumpliríamos 7 meses de relación, pero, bueno, eso no paso, ya son 2 meses desde que nos separamos, no decidí llamar, el por su parte no decidido insistir.

Debo admitir que lo he visto unas cuantas veces en su balcón, no es que lo espié, bueno, solo un poco, pero a veces, a través de la persiana me asomo para ver si esta, y solo en eso se queda, pero, no lo sé, tal vez, es lo mejor, me digo una y otra vez.

- ¡Hoy es sábado! - escucho a Emilio decir desde afuera, eso llama mi atención y decido salir, para poder perderme de mis pensamientos.

-En serio, ¿Qué celebras? -pregunto recargada desde el marco de la puerta de mi oficina.

-Hoy cumple 6 años mi hijo, y como mañana no ahí evento, pues, desde hoy le celebraremos.

-Eso es genial, llévale algo de aquí, podemos preparar un pastel especial ¿cierto Alessia?

-Claro, ya mismo lo hago- contesta mientras se dirige a la zona de preparación, claro que como es un pastel pequeño se puede hacer en poco tiempo.

-Gracias jefa, no lo decía por eso, pero se lo agradezco.

-Nada que agradecer, sabes que siempre podemos contar con ello.

Regreso a mi oficina para seguir con los pendientes.

Nadie me ha preguntado nada al respecto con Romeo, ya que como mencione al principio, siempre he sido reservada, aunque más que colegas seamos amigos, siempre he sido así.

Tan pronto me siento a seguir con mis pendientes, recibo un mensaje por WhatsApp.

-Hola, espero no molestar, pero de puerta casualidad no deje mi sudadera negra contigo- leo el mensaje de Romeo.

Pienso muy bien que contestar.

-Creo si, mañana estaré todo el día, puedes pasar a la hora que gustes.

Mi corazón empieza a latir muy rápido, ciento como si un ataque me dará, confieso que extraño mucho su compañía, las noches antes de regresar al trabajo, era lo mejor estar juntos.

Rayos. pienso. Una lagrima se asoma, el recordar todos esos bellos momentos, hacen que se me apachurre el alma, se que solo 5 meses fueron pocos, pero sé que fueron los suficientes para darme cuenta de que quería mi vida con él, romper sin decir más, es algo que me atraviesa el alma, día y noche.

He llorado, debo admitirlo, mis gatos son los mejores aliados a las horas de desvelo, ellos solo con su ronroneo me calman por completo.

-Sabina- escucho que me llama Camila mientras entra y cierra la puerta detrás de ella.

-Dime- contesto limpiando mi cara, casi disimuladamente, pero es obvio que no puedo.

- ¿Qué paso?

Y así sin mas preguntas, sin mas insistencia de saber, cuento todo, mi rompimiento con Romeo suena tonto llorar por alguien así, pero, me lastima, me duele mucho.

-Entiendo- dice acercándose a darme una palmada en el hombro.

-Mañana ira por una sudadera al departamento y me quema el alma verlo.

-Me imagino lo difícil que ha de ser, después de tener una conexión en tan poco tiempo, se siente como si todo se derrumba, es decir, verlo con tanta indiferencia hacia ti, te hace pensar ¿de verdad me quiso? O solo jugo conmigo para saciar sus más oscuras pasiones- comenta muy proyectada.

- ¿Te ha pasado algo igual?

-Antes de trabajar aquí, y antes de que Pablo viniera a vivir conmigo, si, tuve un romance de esos que te hacen pensar que es el indicado, pero a diferencia de ti, el era casado, sabía en lo que me metía, pero de repente, dejarme, sin su compañía, fue devastador.

-Wow -digo con asombro -tan seria y callada y mira nada más.

-Si, las serias somos tremendas- esto ultimo hace que salga una risa de mi -ve a si me gusta verte, feliz.

-No sabes lo bien que me ha hecho contarle a alguien, mis gatos ya están hartos de escucharme cada noche.

-Por eso debemos de tenernos más confianza, sabemos cuando cotorrear y cuando no, esto no se tiene que quedar con uno- me mira seria -promete acudir a nosotros si necesita algo.

-Lo promete- digo con una sonrisa sincera y llena de felicidad.

-Ya estamos, bueno son las 6, así que hora de irnos- propone.

-Solo mando este reporte y prometo irme.

Sale de la oficina, recargo mis codos en el escritorio y toco mi sien con las yemas de mis dedos.

Todos se despiden mientras me quedo un momento más, tanto que cuando menos me lo espero son las 8:45 de la noche, apago todo y salgo del local.

Conduzco a mi hogar, donde me esperan mis gatos, mis cómplices y compañeros de vida.

En la radio suena Me olvidares de Yuridia.

Sabes que yo no sé olvidar

Me tiembla el corazón me falta voluntad

Tu mi peor debilidad

Te miro y mi valor se empieza a derrumbar

Pero sé que te vas

Decidiste por los dos

Que no queda más que decir adiós

Me olvidaras y nuestro amor

Se perderá como la noche

Como el tiempo en el reloj

Unas lágrimas salen de mí, estaciono el carro cuando llego, subo el elevador, llego a mi piso, saco las llaves, camino a la puerta y para mi sorpresa ahí están.

-Sabina- se apresuran a abrazarme Camila, Francesca y Alessia.

-Decidimos que merecemos una noche de chicas.

-Ya desinfectamos todo.

-Gracias chicas, me dejan sin palabras.

Todas pasamos al departamento, saco una almohadas del closet a si como sabanas, hemos decidido hacer una velada, por lo que adaptamos la sala para ello.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.