Matthew y Sam se pararon de sus asientos con la intención de golpear al joven que agredía a quien talvez aún no era su amiga, pero si era la víctima de todo esto y no era ni parecido a como Tom Mandler lo estaba pintando. Pero Christopher y Huller los detuvieron.
Thelma contuvo a Kenya y la llevó a otra habitación para asegurarse de que tuviera lo que necesitaba. Darle un vaso de agua, un té o café, y pañuelos, muchos pañuelos.
-¡Mandler! O te vas por tus propios medios o te saco yo mismo de aquí.
-Pero, pero, señor Bellington.- tartamudeando Tom trató de explicarle a Christopher que su reacción fue la correcta y que era Kenya quien había hecho las cosas mal y ahora debía abstenerse a las consecuencias.
-No me importa que es lo que tengas para decirme. Esta fue tu segunda oportunidad, y si no fuera por el inútil de tu padre te hubiera echado en el primer error.-Dijo Christopher a todo volumen.-Te vas o te saco, tú decides.
Un choque de miradas concluyó con el joven juntando sus papeles del escritorio, guardándolos luego en el maletín y retirándose en completo silencio.
-Cariño, Kenya ¿Están bien?- consultó Huller.
Las mujeres volvieron de una pequeña cocina que había en el lugar pasmadas por el reciente altercado.
- No fue una buena idea que me intentáran ayudar. - Se lamentaba Kenya aún con lágrimas en los ojos.
-Tranquila pequeña, todo saldrá bien.- Dijo Christopher para intentar calmarla.
Thelma es madre de un niño de once años y una niña de tres. Ella y Huller no sólo son pareja, sino que también han trabajado juntos por mucho tiempo y no pueden evitar sensibilizarse ante este tipo de situaciones.
Se hicieron las tres de la mañana y ahí seguían, firmes ante sus computadoras apuntando la mayor cantidad de información que Kenya les daba y lo que en sus registros nacionales e internacionales encontraban, ya que esta primer noche era crucial para aprovechar el tiempo lo más que se pueda.
Christopher tenía su propia oficina y los demás tenían escritorios personales en los que trabajaban.
Más tarde en la madrugada, Thelma y John se retiraron porque sus hijos, quienes eran cuidados por su niñera, debían ser llevados a la escuela y a la guardería temprano en la mañana, por lo que sólo quedaron los Bellington y Kenya en el lugar.
Sam se recostó en su mesa, arriba de unos papeles y Kenya en un sofá un tanto viejo pero cómodo en fin.
La estufa estaba a todo lo que daba, pero la mañana mas fría del mes estaba acercándose por lo que Matt buscó en un pequeño armario una colcha que parecía tener la misma antigüedad que el sofá, aunque era muy abrigada. Y con ésta cubrió a la joven.
Algunas veces, y por varios minutos, Matt se le quedaba viendo... Como si había algo que trataba de entender, algo que ansiaba descubrir o sólo indagar en su mente, analizar hasta el más mínimo detalle, saber aún más sobre Kenya Moore.
No fue mucho lo que durmió, pero sirvió para recobrar energía, porque el paso siguiente iba a ser aún más difícil...para todos.
Kenya se despertó con las voces de Thelma y John que llegaban con una caja de donas. Habían llevado a sus hijos a sus compromisos, habían tomado una ducha y estaban como nuevos una vez más dispuestos a seguir trabajando. ¡Eran imbatibles!
-Kenya ¿Me ayudas a preparar más café?-Preguntó la mujer quien trataba de mantener distraída a la joven
-Bien... ¿qué averiguaron? Estoy ansioso por saber. -Dijo Christopher con una taza de café en su mano.
-Tengo nombres de quienes forman parte de su banda.-Dijo Sam- En su mayoría tienen antecedentes pero Copper está limpio.
Es seguro que su tío lo mantiene así, borrándolo de cualquier expediente que lo pueda perjudicar.
-Es así-confirmó Huller- Tengo informantes en la estación principal se San Francisco y varios colegas me explicaron la forma en la que este oficial trabaja.-agregó.
-A mi me informaron que Anthony Copper, hermano del padre de Dylan Copper, envía dinero a bandas a cambio de protección a su querido sobrino, y no sólo a él sino que también a ellos mismos, asegurándose que ningún policía de la zona se entrometa en sus negocios- acotó Thelma.
-Excelente equipo.-dijo Christopher-Matt ¿Tú tienes algo hijo?-Preguntó
-Nada bueno... Ven a ver.- contestó.
Matthew encontró un reporte que vinculaba a Dylan Copper como principal sospechoso del caso de "Mulas" que transportan cocaína a distintos puntos del país.
El mismo había sido archivado para nunca ser analizado y de esa manera no haya culpables, pero si víctimas.
Luego de ver la expresión de Chris, los demás se acercaron a ver.
Thelma abrazó a su esposo y se logró oír con dificultad, ya que hundió su rostro en el pecho de Huller, "Tenía un mal presentimiento. ¡En verdad lo tenía!".
-¡Hay que actuar rápido!-Ordenó Christopher tras haber leído el documento que su hijo encontró.
-Thelma, averigua a qué más se lo vincula a éste muchacho. Agregó
-¿Qué son "mulas"?- Preguntó Kenya
-Huller, tú averigua a qué puntos del país llevan la droga.-Dijo Christopher ignorando a la joven.
-No me asusten ¿qué son "mulas"?
-Sam, ve a la casa de Richard y busca a Brett, luego pasen por la estación y busca a Frank Hughes, tú también irás a casa de Grace para que junten la mayor cantidad de información posible. Hablé con él y tiene contactos en San Francisco que nos podrán ayudar.
Yo voy a pedirle a Linnus que con su equipo intervengan la línea telefónica de los sospechosos para saber si hay algo.
Nadie quería ser Christopher Bellington en ese momento. Las miradas se posaban en John y su esposa. Sabían algo que Kenya no debía enterarse. El nerviosismo se hacía notar en aquella oficina a las 8:30 am.
Hasta que Thelma rompió el silencio
-Mi cielo, ven... quiero mostrarte algo.-Dijo a Kenya dulcemente.
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Editado: 16.07.2018