>>Desde los ojos de Hariel<<
No pude más que escuchar cada palabra de Tony mientras que las miradas de todos recaían en mí, con cada palabra me sentía impotente y frustrado, cada vez me daba cuenta de que no sé que hacer, por donde empezar. En cuanto Tony terminó de hablar el silencio predominó, todos esperaban mi reacción, me levante de inmediato, todos mis movimientos siendo lentos y mesurados. El corazón me late a mil por hora, mi cabeza solo le da vueltas a la idea de que de una u otra forma perdí a Florence y simplemente no puedo creermelo.
-¿Es cierto que te casarás con Mariel? (escucho la voz de Lucifer que me saca de mi ensoñación)
-No tengo opción si Florence no aparece... (me quedo pensativo con la mirada clavada en el escritorio y mis manos aferrándose al respaldo de la silla) y... aunque apareciera... por lo que me dicen no sé si será la misma Florence de la que me enamoré... (cierro los ojos invocando su recuerdo)
-¡No puedo creerlo! (escucho la voz de Sebastián, abro los ojos y lo veo molesto, frustrado) saben lo fuerte que es Florence... ella no se dejará vencer tan fácil... aunque beba toda la sangre de todos los demonios del infierno... (su respiración empieza a acelerarse) no puedo creer que después de todo lo que ha hecho por nosotros, no solo no hagamos nada para salvarla si no que dudemos de sus capacidades para sobrevivir a esto...
-Sebastián... no es que dudemos de su capacidad (dice Tony tratando de calmar su furia) pero... tampoco es cosa sencilla lo que le va a pasar o... ya le pasó...
-Si me permiten... creo que lo principal sería averiguar si aún es rescatable... no podemos hacer conjeturas antes de verla... (dice la bruja mientras nos ve a todos con reproche) busquemosla... y veamos lo que en verdad ha pasado...
-Pues... tenemos mucho que hacer... las puertas están marcadas y no entiendo por qué... y hay que buscar a Florence... además... tenemos que encontrar también a Tyra, aunque no se terminó de formar como inquisidor no quiere decir que no sea parte de nuestro equipo... (dice Gabriel meditabundo)
-Yo ya estoy en eso.. (dice Lucifer pensantivo) mandé a Monet y Héctor a buscarla... en cuando sepan algo y me lo hagan saber se los comunico... (de repente sale de la oficina sin voltear a ver a nadie, se ve que la preocupación por Tyra lo está enloqueciendo)
-Bien... Gabriel necesito que nos ayudes con lo de las puertas... que nos digas que está pasando con ellas... (escucho al voz de Tony a mis espaldas, mientras que mi mirada se queda fija en la puerta por donde salio Lucifer, decido ir tras de sus pasos) y con respecto a Florence (escuchar su nombre me congela en donde estoy, volteo lentamente hacia Tony) tenemos que buscarla... ¿te unirás al rescate? (me quedo viendolo fijamente y suspiro al recordar la promesa que me hizo hacer mi padre antes de morir)
-Lo siento Tony... tengo asuntos más complicados en el cielo... (bajo al mirada, me duele darle la espalda a Florence, pero después de lo sucedido, no puedo creer que ella esté viva y si lo está, dudo que siga estando de nuestro lado)
-Entiendo tu miedo serafin... pero la esperanza es lo único que debe de prevalecer... (escucho la voz de la hechicera, la veo directamente a los ojos, pero soy lo suficientemente viejo para saber que Florence terminó su carrera como inquisidor)
-Lo único que me da miedo de todo esto es que no encuentro la devoradora de almas, solo tenemos el predestinador que era de Eva, pero se está corrompiendo... (dice Tony apoyado contra el escritorio)
-Damelo... lo llevaré al cielo y ahí su descomposición será más lenta (estiro mi mano hacia él, Tony lo saca de entre sus cajones del escritorio y lo coloca sobre mi palma, siento el acero frío contra mi piel, lo aprieto y camino hacia la puerta)
-Creí que tu si la amabas... creí que tu si estarías con ella hasta el final.. (escucho la voz dolida de Sebastián)
-Yo no fuí quien solto su mano... ella solto la mía desde mucho antes de que la capturaran... (digo esas palabras sin siquiera voltearlo a ver, salgo de la oficina de Tony y camino desganado hacia la salida)
Cuando llego a la calle todo está nublado, amenaza con llover, aún recuerdo que este clima prevalecia cuando Florence llego a mi vida y ahora enmarca la despedida. Tengo miedo de perderla por que con ella se irá mi cordura. Cierro los ojos con fuerza, guardo la empuñadura en mi pantalón y me dispongo a salir de aquí, regresar al cielo y continuar con las preparaciones.
>>Desde los ojos de Tyra<<
Llegamos a la casa mojados, cansados, estresados. Caipora se la pasó todo el camino diciendo que era una mala idea, tanto habló y tanto se quejó que llegó un punto donde mi cerebro desconectó mis oídos haciendo que cada palabra emitida por él sonara como un simple "blah blah blah". Cuando llegamos a la casa estaban ahí todos, nos vieron sorprendidos por nuestro aspecto, pero bastante curiosos por saber como nos fué.
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Editado: 18.01.2020