Desde mi punto de vista.

1.Mi realidad distorsionada.

¿Cuántas veces no me he mirado en un espejo y me he sentido insuficiente? 
¿Cuantás veces he visto mi reflejo y me he deprimido por lo que veo?
¿Por lo que soy? 
Si soy honesta, si contará las veces, no acabaría nunca. 

 

Por todas esas veces en las cuales las redes sociales han contribuido a mi salud mental. 
Por todos esos estereotipos "perfectos" que se ven día tras días en las redes sociales.
Comparándome físicamente con todas esas personas, cuando en realidad no debería de ser así.
Porque cada quien tiene su esencia.

 

¿Cuando vamos a entender que cambiamos día tras día?
Que no vamos a tener el mismo cuerpo que cuando teníamos 14 años. 
Venga, vale, no estaría mal. 
Pero esa no es la realidad.
La realidad es avanzar, porque mientras el mundo evoluciona, nosotros evolucionamos, progresamos. 
Nada puede permanecer igual. 

 

Por todas esas veces que me sentí insuficiente. 

Por mi reflejo. 

Por mi realidad distorsionada.

 

Es como estar en un cuarto pequeño, con cerradura, diminuto, con luces resplandecientes, tu sola. 
Sin nadie.
¿Que pasa?
Empiezas a alucinar.
Y ¡boom! 
Ahí es donde todo explota. 
Crees que ya no hay salida, no hay vuelta atrás. 

 

Y es ahí que cuando crees que no hay vuelta atrás, empiezas a dar vueltas una y otra vez, no paras, porque "no hay salida". 

No hay escape. 

Te vas alimentando de tu reflejo, te va consumiendo.

Poco a poco, hasta que lo que ves, lo crees por completo, y no hay manera de que esa realidad cambie.

O al menos eso creías.

 

Como cuando corres por horas, te ejercitas por horas.
No paras. 
No hay manera alguna de parar. 
Al contrario, te presionas más, por más cansada que estes, esta esa voz, esa voz de tu "sombra" que te recuerda como eres físicamente, que te dice todo lo que no puedes ser, que no eres suficiente. 
Así que no paras, aumentas la velocidad, aumentas el peso. 
Te cansas. 
Te mareas.
Todo a tu alrededor da vueltas constantes y es ahí cuando te das cuenta de que te estás asfixiando, con tus pensamientos. 
Y debes...

 

Como cuando tienes antojo de algo.
Pero te detienes, porque tu sombra está contigo, en todo momento. 
Moviendo la cabeza en señal de negación.
Suspiras y vuelves a la misma rutina.
Contar todas las calorías, comer muy poco o pasarla en ayuno. 
Cada vez te vas cansando más, te vas apagando. 
Despiertas y, lo primero qué haces es pesarte, tomar medidas y todo se repite. 
Contar calorías, comer muy poco, pasarla en ayuno, dormir, despertar....

 

Y es ahí cuando te das cuenta que ya no soportas estar así.

Ya no soportas llorar todos los días.

Ya no soportas que tu sombra te siga hasta en tus sueños.

Ya no soportas su voz, la voz de tu sombra.

Ya no soportas pasar todo el día cansada, apagada. 

Ya no puedes más.

Te das cuenta de que te estás ahogando con tus pensamientos, que en ese momento, son tu peor enemigo.

 

¡Y boom! 
Explota.
La cerradura del cuarto donde te encontrabas cae al piso, y por fin sales de ahí. 
Por fin pudiste salir de ahí.
Después de tanto tiempo, empiezas a respirar. 
Vuelves a respirar. 
Cuando creíste que no había salida, la hubo. 
Siempre habrá una. 

 

Empiezas con tu nueva realidad.
Te das cuenta que al final del día, te tienes a ti. 
Porque después de años de haber estado encerrada en ese cuarto, te sientes suficiente. 
Te costo, y mucho. 
Pero lo lograste.

 

Tus medidas y tu peso no te definen como persona. 
Y no lo harán nunca, no lo pueden hacer con nadie. 
Porque finalmente puedes darte tus antojos, puedes hacer ejercicio pero no matarte al hacerlo.
Porque la salud mental importa. 
Porque tú importas. 

 

Porque desde que saliste de ese cuarto, te cuidas más que nunca. 
Cuidas tu salud mental.
De hecho, la manera en la que lo haces, la disfrutas y te hace feliz. 

 

Porque después de vivir tanto tiempo con esa sombra, su voz ya no está, porque te ves en el espejo y te sientes bien contigo misma, porque finalmente te aceptaste. 
Y debes.... comenzar con tu verdadera realidad y dejar atrás, tu realidad distorsionada.

 



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En el texto hay: ansiedad, saludmental, depresion y soledad

Editado: 14.02.2021

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